lunes, 30 de noviembre de 2015

Hugo del Carril

El 30 de noviembre de 1912 nació en el barrio porteño de Flores, Piero Bruno Hugo Fontana, sus padres eran italianos, Hugo Fontana era pintor y arquitecto nacido en Milán, su madre Orsolina Bertani nació en Regio de Emilia.los dos años sus padres se separaron y lo entregaron al cuidado de una familia amiga formada por Francisco y Alina Faure, este abandono lo marcó fuertemente por el resto de la vida: “Yo fui abandonado por mis padres cuando tenía dos años y nunca los perdone”. “Me crié de casa en casa, rodando. Pero después cuando mis padres estuvieron mal los cuidé hasta que murieron. Eso sí, jamás fui a visitar su tumba porque nunca los perdoné. Yo soy así”.De muy joven se inició en la radio como locutor, pero siempre tuvo en claro que su objetivo era ser cantante de tangos. Se esforzó por mejorar su canto estudiando con una soprano, quién le sumó técnica a sus condiciones naturales
.En 1929 comenzó en Radio del Pueblo, allí colaboró con los coros de la mayoría de las orquestas que pasaban por la emisora, utilizando diversos nombres artísticos. También integró un cuarteto de voces que luego de la deserción de uno de los integrantes pasó a llamarse Trío París.
Posteriormente conformó el dúo Acuña-Del Carril en donde adoptó definitivamente el nombre Hugo del Carril, fue precisamente el otro integrante, Roberto Acuña, quién lo bautizó de esa manera, el dúo duró cuatro años, hasta que se produjo la muerte de Acuña.
El director de radio Nacional lo convocó para actuar como solista con el acompañamiento de guitarras. En 1936 grabó para discos Víctor con la orquesta de Tito Ribero, quien luego se convertiría en su director y asesor musical.
Ese mismo año participó en la película “Los muchachos de antes no usaban gomina” donde cantó el tango “Tiempos viejos” cuya autoría era del director de la película Manuel Romero, con la música de la orquesta de Francisco Canaro.
Alentando por Manuel Romero, que quedó muy conforme con su actuación en esa película, inició una carrera de actor que le permitió obtener una gran repercusión popular.
Fue protagonista de grandes películas como "La vuelta de Rocha" (1937), "Tres anclados en París (1938), "Madreselva" (1938), "La vida es un tango (1939), "La vida de Carlos Gardel" (1939), "Gente bien" (1939), "El astro del tango" (1940), "Confesión" ( 1940), "La canción de los barrios" (1941), "En la luz de una estrella" (1941), "Cuando canta el corazón" (1941), "La novela de un joven pobre" (1942), "Amor último modelo" (1942), "Pasión imposible" ( 1943), "La piel de zapa" (1943), "Los dos rivales" (1944), "La cabalgata del circo" (1945), "La cumparsita" (1947), "Pobre mi madre querida" (1948), "El último payador" (1950), "Senda sin culpa" o "A media luz" (1950), "Vida nocturna" (1955), "La Tierra del Fuego se apaga" (1956) y "El último perro" (1956).
En la filmación de la película “La cabalgata del circo” conoció a María Eva Duarte de quién comentó: “Con ella hablábamos de muchas cosas, pero especialmente de las necesidades de la gente humilde. Ella se sentía predispuesta a esa gente por su origen que jamás negó”.
En los años del peronismo el cine fue una de las industrias que más creció, Hugo del Carril declaró al respecto: "Aquella fue una época en la que se dio un fenómeno único, en la que se hicieron las películas más importantes. Y sobre todo no había problemas económicos, porque era un cine popular que encontraba apoyo en el público. Además, como existían férreas restricciones a los filmes extranjeros, la producción tenía la posibilidad de defenderse mucho mejor...".
Pero su éxito como actor no lo alejaron de su vocación y su pasión por el canto, siguió actuando en distintas radios y en los más variados escenarios, que incluyó giras por el Interior del país y otros países de América. Firmó un convenio con el sello Odeón donde grabó canciones que se convirtieron en grandes éxitos.
Le puso la voz a títulos inolvidables de nuestra música popular como “Percal”, “Nostalgias”, “Nada más”, “Betinotti”, “Pobre mi madre querida”, “Sosiego en la noche”, “Nubes de humo”, “Buenos Aires”, “Tres esquinas”, entre otros.
En 1933 se presentó en el tradicional y prestigioso teatro Solís de Montevideo, luego viajó a Chile y Colombia. Su gira más notoria la realizó en 1941 donde consiguió gran repercusión en Cuba, en este país sus películas eran un éxito y el tango obtenía más repercusión que algunos ritmos caribeños.
En 1946 en México protagonizó las películas “Canción desesperada” y “La noche y tú” con singular éxito y donde se lució interpretando temas como “Compadrón”, “Che, papusa, oí” y “Pobre mi madre querida”, tema éste último sobre el que luego se realizaría una película.
También incursionó en la dirección cinematográfica, su debut fue con “Historia del 900”(1949), también fue el realizador de "Surcos de sangre" (1950), “El negro que tenía el alma blanca" (1953), “La quintrala”(1955), “Mas allá del olvido”(1956) . Pero su mayor éxito fue “Las aguas bajan turbias”(1952) donde puso en evidencia su compromiso social y político.
Según el crítico cinematográfico Fernando Perales “Las aguas bajan turbias” podría ubicarse entre las cinco o diez mejores películas argentinas de todos los tiempos. Se relata la vida de los mensúes, los trabajadores de los yerbatales de la Mesopotamia y la explotación de la que eran víctimas, también se propuso mostrar la importancia de la solidaridad entre los trabajadores que se plasmaba mediante la lucha sindical, única herramienta con que contaban para enfrentar a patrones que eran los amos y señores de la región. Además la película contenía escenas de hondo realismo caracterizadas por un contenido violento que podía molestar a ciertos espectadores más acostumbrados a contenidos mucho más suaves.

A pesar que podría decirse que la película tenía un cierto tono partidario al contrastar la situación previa a la llegada del peronismo con esos días de justicia social, Hugo del Carril tuvo problemas con la burocracia peronista, principalmente con el censor Raul Apold que le significaron la exclusión de algunos de sus trabajos, porque esta película se basa en el libro de un escritor con ideas de izquierda, Alfredo Varela, que se encontraba detenido en los días de filmación, Del Carril hizo gestiones ante Perón para que fuera liberado, tratativa que concluyó con éxito.
"Las aguas bajan turbias" recibió varios premios como el "Diploma de honor" (Festival de Venecia de 1952), la "Espiga de oro" (Festival Internacional de la Exposición Agrícola de Roma en 1953) y "Mejor película de habla hispana" (Asociación de Críticos de Radio Cine y Teatro del Perú, 1953).
Hugo del Carril era un porteño cabal, que a pesar de las múltiples actividades se hacía tiempo para frecuentar la barra del café, donde compartía sueños y proyectos con Homero Manzi, Enrique Santos Discépolo y Mario Soficci, entre otros. También concurría a las carreras de caballos y era un fumador empedernido. En 1957 sufrió un preinfarto estando en Uruguay producto del consumo de 80 cigarrillos diarios.
Fue un cantante y actor que ya había alcanzado el éxito antes de la llegada del peronismo, no necesitaba definirse políticamente, por su fama difícilmente alguien se hubiera animado a molestarlo, si lo hizo fue por una firme convicción que lo impulsaba a defender a los más humildes, siempre mantuvo un espíritu independiente que lo llevó a tener encontronazos con la burocracia, pero sus problemas más graves fueron a partir del 1955 con el golpe de estado.
Como hemos visto con otros artistas o intelectuales que adhirieron al peronismo su obra es minimizada o directamente ocultada, esto ocurrió con Hugo del Carril al igual que con Leopoldo Marechal, el caso de Discépolo tal vez sea distinto pues se le reconoció su capacidad pero al precio de mantener en el silencio su apoyo al movimiento popular, se habla de Cambalache pero muy raramente se recuerda su personaje Mordisquito. Además Discépolo murió antes de 1955 por lo que los golpistas no pudieron ejercer la venganza contra su persona.

Hugo del Carril entabló una relación de amistad con el Gral. Perón desde el momento que lo conoció, así relataba una de sus anécdotas de los encuentros con el líder: "Un día me llaman para ir a cantar en la Residencia Presidencial. Voy y le digo a Homero Manzi, que ya estaba en sus últimos días: '¿Qué canto, Gordo? No puedo ir a cantarles "Mano a mano"'. Manzi me miró con calma, pidió papel y lápiz y me dijo que esperara un rato. Una hora después me entregó dos milongas, como de catorce pies cada una. La primera se llamaba ´Milonga a Perón´ y la otra, ´Milonga a Evita´. Las canté con el ritmo tradicional de la milonga pampeana. A Perón le corrieron las lágrimas...".
Pero su asociación indisoluble con el peronismo se dio cuando en 1949 decidió poner su voz a la Marcha Peronista. El pianista Norberto Ramos que integró la orquesta de Florindo Sassone, fue convocado en 1948 por un grupo de obreros gráficos para que le pusiera música a una letra que habían escrito esos trabajadores con el fin de contar con una marcha para el sindicato. Se estrenó el 2 de mayo de 1948 con el título: “Los gráficos peronistas”, nada menos que en el Teatro Colón interpretada por una orquesta sinfónica y el coro estable, en dicha presentación se encontraban presente Perón y Eva, la ejecución provocó un alto impacto entre los presentes. Luego se le cambió la palabra gráficos por muchachos y quedó instaurada como la marcha del movimiento.
Hay otra historia que es la que cuenta el periodista Néstor Pinsón, los antecedentes de la Marcha comienzan en el año 1931 en el club Barracas Central, donde Juan Raimundo Streiff-Garaventa compone la música y Juan Mufarri los versos para una canción que identificara al club. La letra decía: “Los muchachos de Barracas / todos juntos cantaremos / y al mismo tiempo daremos / un hurra de corazón. / Por esos bravos muchachos / que lucharon con fervor / por defender los colores / de esta gran institución.”. Esta canción fue sufriendo modificaciones, cuando llega al poder el peronismo Rafael Lauría y Oscar Ivanisevich escriben la letra que se conoce en la actualidad. Esta versión no niega que Norberto Ramos haya contribuido con alguna parte de la música, aunque la melodía ya existía anteriormente.
Hugo del Carril la grabó en 1949, alguna vez dijo: "Grabé centenares de tangos, pero hasta que me muera me van a recordar por la marchita...".
Producido el golpe de estado de 1955 estuvo detenido 41 días y luego decidió partir hacia el exilio en México, aún cuando pudo seguir trabajando por su popularidad en aquél país, que siempre fue generoso con los exilados argentinos, vivió ese destierro con mucha tristeza, todo lo que había producido en cuando a música y cine estaba relacionado con su tierra. Algunas de sus películas que se encontraban en la cartelera de los cines argentinos fueron bajadas, la dictadura no quería que quedaran rastros de este extraordinario artista.
Retornó al país con el gobierno de Frondizi donde volvió a filmar y desarrolló varios proyectos algunos vinculados con el espectáculo y otros no, montó “La carpa del pueblo” con la finalidad de difundir la música nacional, particularmente el folklore y el tango, pero aclaró que también “música moderna, pero nuestra”.
También se dedicó a la crianza de nutrias así lo explicó: "Me gustó el animalito; yo era un chiquilín que venía merodeando por el bañado de Flores, y ahí lo conocí. Cincuenta años después (...) un empuje inconsciente (...) me llevó de nuevo a él. El criadero está en el Tigre, a hora y media del embarcadero, y se llama ´Idahome´. Ya son ocho años de crianza y me va muy bien. Tengo 2600 hembras de cría, y para este fin de año completaremos unas 4000. La finalidad es la exportación (...). Hay un gran interés por la piel de nutria en Estados Unidos, España e Italia (...); lo turbio de las aguas produce un constante masaje sobre la piel que hace que nuestra nutria tenga una sedosidad tan especial (...). Va a ser una buena entrada de divisas para el país (...). Si lo logramos, en pocos años más puede significar una de las exportaciones del agro más importantes...".
Pero no tuvo suerte con este proyecto, le faltaron tierras para poder expandirse. Hizo gestiones para utilizar Las Lagunas Encadenadas ubicadas en la provincia de Buenos Aires como criadero natural pero no fue escuchado, significó un duro fracaso porque había puesto mucho esfuerzo e ilusiones en el mismo.

No dejó muchas obras escritas por él. Compuso dos tangos: "Como la mariposa" y "Viejo camarada", la milonga "Felicita", la canción infantil "Blanca nube" ("Blanche nuage") y el tango partidista "Un solo corazón", con música de Jorge Dragone.
En cuanto a su vida sentimental tuvo una relación con la actriz Ana María Lynch con quién filmó en 1941 “En la luz de una estrella”, cuando se separaron, ella se radicó en los Estados Unidos donde siguió actuando. También tuvo una relación con la actriz Gilda Lousek a la que conoció en la filmación de “Una cita con la vida”.
En 1959 conoció a una empleada de SADAIC, Violeta Courtois, se casaron en 1971 después de una larga convivencia, tuvieron cuatro hijos Marcela Alejandra, Hugo Miguel, Amorina Eva y Eva Cristina. El padrino de todos ellos fue nada más ni nada menos que el general Perón, que estando en el exilio apelaba a un emisario que lo representaba en las ceremonias de bautismo.
También trabajó intensamente en la televisión argentina a su retorno del exilio, en 1962 participa en la miniserie “La Calesita” por Canal 9. El 1963 en el canal 7 fue la figura estelar de “El show de CAP”. Alejandro Romay dueño principal de canal 9 lo convocó en reiteradas oportunidades, se puso en el aire el sainete “El conventillo de la Paloma” donde ocupaba el rol protagónico. En el canal 7 en 1971 protagoniza el programa “Del pueblo” que se basaba en el espectáculo que presentaba en “La carpa del pueblo”. En 1972 en canal 11 participa en el programa “El tango del millón” que producen los hermanos Sofovich. Romay lo vuelve a convocar en 1975 para realizar en el canal 9 una serie de espectaculares. Durante un 1976 protagoniza el afamado ciclo “Grandes Valores del Tango”, pero producido el golpe de estado, en una actitud que lo enaltece, decide dejar la televisión y no participar ni siquiera de reportajes.
A su regreso del exilio protagonizó una larga serie de películas como "Che, Buenos Aires" o "Buenos Aires, Buenos Aires" (1960), "El día que me quieras" (1969), "Viva la vida" (1969), "Amalio Reyes, un hombre" (1970), "La mala vida" (1972), " Siempre fuimos compañeros" (1973) y "El canto cuenta su historia" (1976).
También retornó a la dirección cinematográfica con títulos como "Una cita con la vida" (1958), "Las tierras blancas" (1959), "Culpable" (1960), "Amorina" (1961), “Esta tierra es mía" (1961), "La calesita" (1963), " La sentencia" (1964), "Buenas noches, Buenos Aires" (1964) y "Yo maté a Facundo" (1975).
En 1962 dirigió dos películas en las que trabajaba Tita Merello, “Amorina” y “Esta tierra es mía”, la actriz y cantante declaró sobre el método de trabajo de Del Carril: “Ni sueñen que es fácil trabajar con él. Hugo es muy exigente. Con el hay que ensayar y ensayar, y solo cuando considera que se ha alcanzado el punto ideal, se pasa a filmar”.
El 6 de marzo de 1980 debutó en Caño 14 ante un público enfervorizado. Siempre mostró una sensibilidad muy especial, cada vez que se enteraba de que un colega pasaba por un momento difícil se acercaba para ayudarlo si su situación económica se lo permitía, o bien para hacerle llegar una palabra de aliento.
En 1982 declaró: “Todas las noches, cuando me acuesto, recorro a mis muertos. La lista es cada vez más larga, pero los voy evocando lentamente. Recuerdo a cada uno de mis viejos amigos y disfruto de nuevo los momentos felices que pasé con ellos. Eso me acerca a Dios, y así, despacito… me quedo dormido”.
El 12 de abril de 1986 recibe un duro golpe con la muerte de su esposa Violeta. Ese mismo año fue designado Ciudadano Ilustre de Buenos Aires en una ceremonia presidida por el intendente radical Julio Cesar Saguier, cuando un grupo intentó entonar la Marcha Peronista, expresó: "Compañeros, sería una falta de respeto para los autoridades que aquí se encuentran presentes".
El 16 de enero de 1988 Hugo Del Carril ingresó a la sala de terapia intensiva del Hospital Privado de Mar del Plata con un complejo cuadro de infarto de miocardio. La recuperación fue lenta y progresiva, lo suficiente para asistir a un homenaje que se le realizó al cumplirse 50 años de su primera actuación.
El 8 de septiembre de 1988 se realizó el homenaje a Hugo del Carril en el Luna Park, Lionel Godoy fue el encargado de la dirección general y la animación, actuaron entre otros. Nelly Omar, Virginia Luque, Jorge Sobral, Nelly Vazquez, Carlos Acuña, Alberto Castillo, Hugo Marcel, Roberto Goyeneche, Hugo del Carril(h), Nestor Fabian, Leopoldo Federico, Atilio Stampone.
Hugo murió el 13 de agosto de 1989 a las 19.40 en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires, a causa de una descompensación cardíaca. Fue velado en el Salón de los Pasos Perdidos del Concejo Deliberante porteño. Una multitud de admiradores lo despidió. Sus restos descansan junto a los de su esposa Violeta en una bóveda en el cementerio de Olivos.

Hugo del Carril tuvo mucho de esos héroes que interpretaba en sus películas, dispuesto a jugarse la vida por el honor y las convicciones, muchos lo quisieron con fervor, unos pocos tal vez lo odiaron pero no a su persona sino por las ideas que nunca dejó de sustentar aún en los momentos más peligrosos.
Se comenta que luego del golpe de 1955 un jefe militar lo entrevistó cuando se encontraba detenido, le ofertó no ser molestado y la posibilidad de continuar con su carrera plagada de éxitos a cambio de que realizar unas declaraciones contrarias a Perón, le bastó una palabra para explicarse “¡Jamás!”, tal vez esa sola palabra haga innecesarias todas las demás que debimos utilizar para escribir esta biografía de Hugo del Carril.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Gaby "la voz sensual del tango" en La Botica del Ángel y en La Boca

La morocha bahiense Gaby “La voz sensual del Tango” se despedirá del público capitalino con dos presentaciones en diferentes escenarios de la ciudad de Buenos Aires el jueves 12 de noviembre.

A las 21 hs Gaby ofrecerá una selección de tangos en homenaje a grandes artistas y personalidades de nuestra cultura nacional en La Botica del Ángel (Luis Sáenz Peña 543) dentro del espectáculo titulado "Nostalgias" donde también participarán el maestro Mario Valdéz y las cantantes Florencia Presedo y Valentina Etchebest.
El espectáculo será acompañado por el Centro de Estudios y Difusión de la Cultura Popular Argentina que, de mano de su Presidente, José Valle, distinguirá por su trayectoria a figuras como el productor Héctor Caballero, los actores Héctor Fernández Rubio, Villanueva Cosse, Cristina Tejedor, Roly Serrano y Luis Brandoni, los pianistas José Colángelo y Beba Pugliese, la cantante y productora Elba Cristian y Ramona Galarza, los ex futbolistas Norberto Madurga y Daniel Bertoni, los periodistas Roberto Di Sandro, Luis Pedro Toni y Adela Montes. Asimismo recibirán el premio "CARLOS DI SARLI" el Vicepresidente de la Academia Nacional del Tango Osvaldo Minian, el pianista Mario Valdez  y el Embajador de la Paz Osvaldo García Napo.
Seguidamente, cerca de la medianoche, Gaby cerrará la segunda jornada del Sexto Festival de Tango de la República de la Boca en la cantina “Il Píccolo Navío” ubicada en la tradicional y tanguera esquina de Suárez y Necochea, acompañada por el pianista Norberto Vogel.
Este Festival se desarrollará desde el 11 hasta el 14 de Noviembre, teniendo en su acto de apertura oficial la actuación de la Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto dirigida por Atilio Stampone y Oscar De Lía, el miércoles a las 19,30 hs en el Teatro Catalinas Sur (Benito Pérez Galdós 93).

Homero Expósito

Existe un amplio consenso en admitir que las letras de tango de Homero Expósito constituyen la expresión más alta de la poética de un género que para la época en que este escritor, nacido en Campana pero criado en Zárate, empieza a escribir, ya hacía rato que Discépolo, Manzi, Le Pera, Cadícamo o Contursi, para citar a los más notables pero no los únicos, habían conectado al tango con la mejor literatura. Seguramente esas consideraciones tuvo en cuenta en su momento ese excelente poeta que fue Raúl Gustavo Aguirre, cuando decidió incorporar en su antología de poesía argentina a algunos de los principales creadores del llamado ritmo del dos por cuatro.
Habitualmente los críticos, para referirse a la complejidad de los poemas de Expósito o a la singularidad de sus metáforas, citan los primeros versos del tango “Óyeme” escrito en 1947: “Tu forma de partir / me dio la sensación / de un arco de violín / clavado en un gorrión”, letra dedicada no a un amor perdido o ausente, sino a la muerte del hermano de Enrique Mario Francini.
El fragmento sin duda es representativo de una escritura diferente a lo que se conocía hasta entonces en el género, sobre todo si se tiene en cuenta que para 1947 Expósito aún no había cumplido los treinta años y ya había escrito algunos de sus tangos más célebres, entre otros, su máxima creación “Naranjo en flor”, compuesto con su hermano Virgilio en 1944, para no citar tangos anteriores como “Maquillaje”, “Percal”, “Trenzas”, “Yuyo verde” “Margo”, “Pedacito de cielo”, “Tristeza de la calle Corrientes” o “Qué me van a hablar de amor”, por lo que muy bien puede decirse que para 1947 la poética de Expósito ya estaba lograda aunque, como suele ocurrir con toda poesía innovadora, se necesitaron muchos años y la aprobación de los mejores cantores y directores de orquesta para que se acepte. Algo parecido había ocurrido en su momento con los tangos de Discépolo “Qué vachaché” y “Yira yira”, que fueron recibidos por el público no sólo con indiferencia sino con cierta hostilidad. O los primeros tangos que Le Pera le escribió a Gardel, letras de alta calidad poética que de todos modos diferían con el modelo clásico impuesto por el género.
En los tangos de Expósito, el paisaje deja de ser una manifestación “realista” para transformarse en un símbolo cargado de significados y sugerencias a través de las imágenes y las metáforas, muchas de ellas relacionadas con el paisaje y otras referidas a la tradición del tango pero elaboradas en otra escala. Los títulos de tres de sus letras aluden a esta relación con la naturaleza: “Naranjo en flor”, “Yuyo verde” y “Flor de lino”, y no deja de llamar la atención que estos versos, cuyo objeto parecieran ser una celebración a la naturaleza, aludan a un paisaje íntimo alejado del naturalismo o el paisajismo.
Por supuesto que semejantes transgresiones a la tradición provocó incomprensiones y más de un malentendido. Sin ir más lejos, “Naranjo en flor” recién mereció la aprobación del gran público cuando Goyeneche lo interpreta en 1974 acompañado de la orquesta de Atilio Stampone. Si bien este tango ya había sido grabado por Troilo con la voz de Floreal Ruiz, fue Goyeneche el que logró darle el tono justo y la acentuación adecuada para un público que ya empezaba a estar preparado para asimilar estas novedades.
A partir de allí “Naranjo en flor” se transformó en un éxito interpretado por cantantes provenientes de los más diversos géneros y corrientes, un reconocimiento que a los Expósito no los debe haber sorprendido porque para entonces no sólo algunos de sus mejores tangos ya estaban incorporados al repertorio de las grandes orquestas, sino que ya circulaba por el mundo el bolero “Vete de mí” grabado por primera vez por el célebre Bola de Nieve, por no mencionar un popular fox trox, impuesto por un grupo musical considerado en esa época como uno de los emblemas de la “nueva ola”; me refiero a los TNT, quienes vendieron cientos de miles de discos con una letra escrita por Homero y que para quienes lo conocieron aseguran que fue el producto de una apuesta o una broma, porque se trata de “Eso”, una letra que más que poema es un juego de palabras liviano, una licencia poética -para designarla de alguna manera- “travesura” que para ellos no significaba ninguna novedad, porque Virgilio en su momento había arreglado canciones y acompañado con su orquesta de jazz las proezas de su primo, el entonces popular Billy Cafaro.
Homero y Virgilio -hay un tercer hermano que no se dedicó ni a la poesía ni a la música- se criaron en Zárate y en esa ciudad levantada a orillas del río donde abundan los naranjos, las flores de lino y los yuyos verdes, desarrollaron sus vocaciones. Los biógrafos destacan la influencia que sobre ellos tuvo su padre, un anarquista cuya pasión por los clásicos se expresó en los nombres que les puso a sus hijos. Homero y Virgilio conocerán en la biblioteca de la casa a los grandes escritores y músicos de su tiempo. Zárate en esos años se transforma en un centro de creación musical como lo prueban la presencia de Armando Pontier, Enrique Delfino, Osmar Maderna, Miguel Caló y los hermanos Berón: Adolfo, Elba y Raúl. En una de sus últimas entrevistas, Virgilio se refiere a la influencia que sobre ellos tuvo Juan Elhert, un violinista alemán que llegó a Zárate e inició una notable generación en los misterios de la música.
Si hasta principios de los años cuarenta las principales influencias de los escritores de tango fueron Rubén Darío, Amado Nervo e incluso Evaristo Carriego, con Expósito las influencias se amplían hacia los poetas contemporáneos. Rimbaud, Verlaine, Baudelaire son algunos de los autores que empiezan a gravitar. Esta influencia se hace visible en la calidad de las imágenes y en el recurso del verso libre. Homero siempre consideró que para escribir un tango primero era necesario saber escribir un soneto y conocer el valor de las palabras por su sonido y musicalidad. Sus letras disponen de una rima no convencional, fiel a su principio que “quien nace con cadencia no necesita de rimas”.
Obsesivo con sus versos, se dice que el tango “Chau, no va más” lo corrigió sesenta y tres veces. Algo parecido ocurrió con “Flor de lino” y “Te llaman malevo” grabado por Troilo en 1957 con una inolvidable interpretación de Ángel Cárdenas. Las primera estrofa que escribió de “Naranjo en flor” fue la que sedujo a Emile Cioran: “Primero hay que saber sufrir / después amar / después partir / y al fin andar sin pensamientos”. Con esos versos fue elaborando luego los restantes, incluido ese sorprendente inicio que para más de un crítico constituye un haiku perfecto: “Era más blanda que el agua, que el agua blanda...”.
Con Expósito el debate entre forma y contenido, el anacrónico debate entre forma y contenido, se resuelve a través de la única manera que se debe resolver esa contradicción, a través de la poesía, del trabajo obsesivo con las palabras, portadoras mediante la creación de una singular percepción del mundo. Expósito practica en su oficio de poeta aquello que Ezra Pound ya había formulado con su habitual lucidez: “La poesía es el idioma cargado de sentido hasta el grado máximo”.

martes, 3 de noviembre de 2015

Armando Tejada Gómez

Nace el 21 de abril de 1929 en Mendoza. Es penúltimo hijo de 24 hermanos que tuvieron Lucas Tejada y Florencia Gómez, el padre ejercía el oficio de tropero, es decir llevaba ganado a través de la cordillera a la provincia de San Juan y a Chile.
Cuando fallece su padre debe de ser criado por su tía Fidela Pavón en el campo, fue ella quien le enseño a leer, en su infancia tuvo que trabajar como canillita, lustrabotas, etc., fue autodidacta, a los 15 años, cuando era obrero de construcción civil, adquirió su primer libro: Martin Fierro, desde su lectura integró a su vida la poesía, la actividad intelectual, como un complemento a su lucha por el bienestar común.
Su trayectoria literaria se inicia con la premiación de sus poemarios Pachamama (1953) y Tonadas de la piel (1955); En 1957 su poema La verdadera muerte del compadre también fue premiado.
Se desempeña como locutor de radio, sus comentarios le consiguen problemas con el régimen de Perón. Su poesía se orienta hacia la temática social, con sencillez y el uso del lenguaje popular su producción poética alcanza una máxima difusión.
En 1958 Apoya a la Unión Cívica Radical Intransigente; Arturo Frondizi, es elegido Presidente de la Nación y Armando Tejada Gómez, diputado provincial, ese año publica Antología de Juan , “del anónimo e innumerable Juan de todas partes del país” y Los compadres del horizonte. Al año siguiente, junto a otros diputados conforman un bloque independiente de la UCRI en rechazo a la política económica pro imperialista de Frondizi, visita China, URSS y Francia, a su retorno se afilia al partido comunista. Terminado su mandato vuelve a su puesto de trabajo en la radio.
En 1961 Los compadres del horizonte, obtiene la Primera Recomendación del Segundo Concurso Latinoamericano de Literatura "Casa de las Américas".
En 1962, Mercedes Sosa grabó su primer álbum, La voz de la zafra, con canciones de Oscar Matus y Tejada Gómez.
En 1963, Mercedes Sosa, Oscar Matus y Tejada Gómez, Eduardo Aragón y Tito Francia, dieron a conocer el manifiesto de fundación del Movimiento del Nuevo Cancionero. Ahí va Lucas Romero, es publicado este año y contiene poemas sobre la épica cotidiana de “los campesinos de greda y horizonte”.
En 1964, decide dedicarse íntegramente a su tarea artística, se asienta en Buenos Aires, allí monta un espectáculo teatral e inicia la grabación de sus discos con poemas y acompañamiento de guitarra.
En 1967 publica Tonadas para usar, y en 1968 Profeta en su tierra, que es una antología de sus primeros libros.
En Amanecer bajo los puentes publicado en 1971, relata su infancia sufrida y sus comienzos en la poesía. Sus canciones empiezan a tener reconocimiento internacional.
En Canto popular de las comidas (1974) hace un homenaje a la civilización de de Tiahuanaco destruida durante la conquista y los primeros años de la república criolla, pero que pervive en las tradiciones orales y en la práctica de la preparación de los alimentos. Este homenaje nace desde su lectura de Martin Fierro, de los chilenos Pablo de Rokha y Neruda, pero se aleja del enfoque sensitivo para relievar la importancia que tienen las actividades humanas alrededor de las comidas. Con este libro obtuvo el Premio Poesía “Casa de las Americas”.
En 1976, es incluido por el gobierno militar en el listado de composiciones y autores prohibidos, allí figuran: Canción con todos y Fuego en Animaná (con música de César Isella). Se le prohibieron las presentaciones, la difusión de sus canciones y la publicación de sus libros.
Al iniciar 1978 viaja a España, a intentar suerte, retorna en noviembre. Se entera que su novela Dios era olvido obtuvo el Premio Internacional de novela, en Bilbao. A su retorno a Argentina utiliza el seudónimoCarlos de Mendoza para registrar sus temas nuevos y poder lograr su difusión. En 1981 es finalista del Premio Plaza y Janès de Novela Argentina, por su novela Cuatrocientas Sudestadas, luego editada como El Rio de la Legua.
En 1982 participa del Primer Foro y Festival Latinoamericano de la Nueva Canción, en México, retorna a Argentina al iniciarse la guerra de las Malvinas. En 1983 es invitado a participar en festivales internacionales en: Nicaragua, Venezuela y Cuba.
En 1984 publica su cancionero Toda la Piel de América.
En 1986 Bajo estado de sangre con los poemas que escribió durante el periodo más cruento de la dictadura 1974-1983.
En 1991 publica el poemario Cosas de niños y su novela El Rio de la legua.
Fallece el 3 de noviembre de 1992 en Buenos Aires y en 1994 se edita su poemario póstumo Telares del Sol