miércoles, 29 de mayo de 2013

Homenaje a Juan Carlos Cobián: El Chopin del Tango

El 1 de junio a las 21 hs en el Teatro Español de su ciudad natal se le rendirá Homenaje a Juan Carlos Cobián auténtico evolucionista del tango, tanto en su calidad de ejecutante como de compositor, en el año del 60 aniversario de su fallecimiento.
Como pianista, siempre mostrando delicada interpretación, fue el primero en llenar con adornos en los bajos los silencios de la melodía –procedimiento que sería luego sistematizado por Francisco De Caro.
Como compositor, basta mencionar algunas de sus obras para dimensionar la inmensa repercusión e inmortalidad de su legado: “Los Mareados”, “La casita de mis viejos”, “El cantor de Buenos Aires”, “Shusheta”, “Nieblas del riachuelo”, “A pan y agua” y el tango quizás más versionado de la historia: “Nostalgias”. Además, cabe destacar que fue uno de los creadores del Tango Romanza, estilo que sin perder las características clásicas del tango se presta más a la escucha que al baile, y que le valió más de un cuestionamiento acerca de la pertenencia o no al género.

Gaby
La Municipalidad de Pigüé por iniciativa del Intedente Hugo Corvatta junto a Dandy Producciones han decidido renovar el tributo a este grande de la música ciudadana con dos jornadas de homenaje. El viernes 31 de mayo a las 11 hs se colocará una referencia histórica donde se emplaza el monumento que lo estampó para siempre en el paisaje pigüense, justamente donde comienza la calle que lleva su nombre, cerca de la entrada a la localidad.
El sábado 1 de junio a las 21 hs, en el Teatro Español y con entrada libre y gratuita, se presentará el espectáculo "EL MOTIVO" con Gaby "La Voz Sensual del Tango", Florencia Albanesi, Emi Cobián y artistas locales.

GABY "LA VOZ SENSUAL DEL TANGO"
Con una carrera iniciada a los 14 años, Gaby lleva editados 6 CD de tangos con distribución y venta nacional e internacional, el último de ellos titulado "LA COPA ROTA". Ha realizado giras por Cuba, Chile, Uruguay y todo el interior del país e integra el trío femenino de cantantes “Muñecas Bravas” junto a Patricia Malanca y Geraldine Trenza Cobre que en poco tiempo se ha ubicado entre los números mejor aceptados por el gran público nacional.
La voz de Gaby es sin duda una de las voces más dulces, consigue transmitir un cúmulo de sensaciones impresionantes y su peculiar fraseo está cargado de gran profundidad, tanto de contenido como de sentimientos. Ante este portento bahiense sólo se puede aplaudir y decir ¡bravo! Cada disco que edita denota evolución, crecimiento y madurez.
Además, Gaby es coautora junto a Valle y Giorlandini del libro biográfico “Carlos Di Sarli, El Señor con Alma de Niño” y actualmente se encuentra trabajando en la biografía del  whitense Roberto Achával, último cantor de Troilo.
Gaby con tan sólo 28 años, ha conseguido abrirse hueco entre las mejores voces femeninas de nuestra época, y sin duda eso lo demuestra el gran éxito que va cosechando con trabajo y esfuerzo.

FLORENCIA ALBANESI

F.Albanesi
Esta encantadora periodista y docente, extremadamente popular en la región por su labor en la radio líder de la ciudad de Bahía Blanca, es también una excelente profesional del arte. Y no nos limitamos a hablar de intérprete vocal de tango porque su trabajo sobre el escenario excede el fraseo de una melodía: en cada presentación “Flor” hace de cantante, filósofa, consejera, humorista y cómplice de su público que explota en aplausos y sonrisas con sus comentarios ocurrentes y se emociona con cada referencia a las desavenencias de la vida.
“CANCIONES DE AMOR Y DE HUMOR” es el show que ha creado para interpretar en primera persona y se ha vuelto un clásico bahiense. Allí, Florencia cuenta con humor y picardía las peripecias de una mujer a los 40; sus amores y desamores con los hombres, desencuentros con el cuerpo, suegras y ex novias. Tangos, milongas, boleros y melódicos enlazan la historia con momentos de emoción y de risas.

EMI COBIAN

Oriunda de Pigüé y frecuente protagonista de los escenarios porteños, esta cantante con apellido de tango cuenta: “Me gusta interactuar con la gente, con los mejores tangos. Suelo partir desde Gardel y llegar a los contemporáneos, desde melodías arrabaleras hasta Piazzolla, pasando por Discépolo, los hermanos Expósito y Azucena Maizani. Recorro muchísimos autores y de toda época. Me gusta variar el repertorio y hacer las piezas poco habituales en otros cantantes aunque a veces debo caer en los tangos más pedidos por la gente como es el caso de “Camabalache’ y “Yira yira’, dos tangos que el público disfruta mucho”.

Emi participó en el Festival Internacional de Tango de San Luis 2012 y desde siempre evocó en su voz tangos de todos los tiempos en escenarios de San Telmo, restaurantes de La Boca y Barracas, entre otros.

Pascual Contursi :Filoso, crítico y sarcástico

Quizás el entendido medio en el tango no sienta la novedad cuando se diga que los versos de "Mi noche triste", escritos en 1916 por Pascual Contursi, son el molde poético definitivo para el Tango-Canción. Los escribió para la pieza de Samuel Castriota titulada "Lita", tango conocido pero no famoso hasta que se empezó a interpretar con los versos y el nuevo título: "Mi noche triste".

Hay letras anteriores a 1916, porque en esta obra colectiva que es el tango, nada nace sin un rumor en el aire, sin anticipaciones propiciatorias. pero el salto de un estado a otro, de lo que no había a lo que empezó a ser, lo da Pascual Contursi. Medio Payador (cantor que, acompañándose con la guitarra, improvisa coplas sobre diversos asuntos), cantor de bodegones y cabarets, zapatero, etc., nació en buenos Aires, en 1988. Mucho de su vida habrá en sus tangos, siendo un nocheriego, perdedor y perdido por sus amores, un tentador de la fortuna que a los comienzos fuera magra; al fin, uno constata que se escribe mejor de lo que más se conoce.

"Mi noche triste" fue estrenado por Gardel en el teatro Esmeralda, en la temporada de 1917. Al año siguiente se incluyó como pieza cantada en la interpretación de la obra teatral "Los dientes del perro". El éxito estuvo desde entonces asegurado, cuando la gente lo llevaba a sus labios espontáneamente para cantarlo. A partir de allí, por Contursi y otros numerosos letristas, se disparó una notable producción del Tango-Canción.

¿Qué hay en "Mi noche triste"?. En primer lugar, el reencuentro a través de los versos con el magma suburbial del tango, con el escenario de sus puestas más genuinas, en lo que a lenguaje y ámbitos se refiere. "Percanta que me amuraste / en lo mejor de mi vida ...". Antes que el lamento inoperante, el lloro exclamativo y afásico, hay la tristeza de una historia que se fundó con Ella que "era mi alegría y mi sueño abrasador" y que ahora no está porque se ha ido y no vuelve más. En efecto, hay abandono donde antes hubo amor. hay pérdida, nostalgia por lo perdido, desconsuelo, canción. pascual Contursi escribe en octosílabos como cantaron los payadores y mucho antes los autores del romancero español. escribe desde la sencillez de un "cotorro" o un "bulín" que tal vez sea el lugar que más habitó en su vida. Allí transcurre el sentimiento de fatalismo ante el abandono. Emplea un lenguaje cruzado de lunfardías, en esta historia contada en la brevedad de un tango donde están presentes las distintas vicisitudes del protagonista "amurado". obsérvese: "Y si vieras la catrera / cómo se pone cabrera / cuando no nos vé a los dos". Metáfora donde el protagonista al estar solo da vueltas y revueltas en la cama, insomne. las cosas no están como entonces cuando ella con él convivía, están tocadas de muerte: el espejo, los frasquitos, la catrera, la guitarra, ... y la lámpara que finalmente lo deja a oscuras.

Pascual Contursi continúa escribiendo tangos que le grabará Gardel. En 1919 se estrenó como autor teatral en compañía de Ivo Pelay; desde entonces la insistente producción de sainetes llevarán consecutivo un tango glosando el tema central de la obra. resulta de esto un puñado de tangos excelentes y exitosos donde hay sujetos abandonados por la querendona y abrasadora percante. En algunos, el autor puede situarse en el lugar de ella, que es feliz al irse (siempre "con otro bacán mejor ..."), o situarse, incluso, en la posición de la muchacha que, aburrida de la vida que comparte con el protagonista, un día lía sus bártulos, se va y le dice: "Yo quiero una cama que tenga acolchado y quiero una estufa pa' entrar en calor, que venga un mucamo corriendo apurado y diga .. ¡Señora araca está el Ford!".

Se asomaron en sus tangos, pintorescos, los cambios en las costumbres que se afianzaban en la posguerra y en la década de 1920. Si bien el perfil sociológico no supera el escenario de la noche, Pascual Contursi registra aquella independencia que alegre, árdua, resistida, va lográndose en la posición de las mujeres. lo hace con doble sentimiento: la complicidad y la queja por prerrogativas masculinas que pierde.  

Evidentemente, lo visita la fortuna: sus obras teatrales suelen tener éxito de taquilla, y el derecho del autor de letras también. ¿Qué hacer con el dinero?. Disfrutó en gastarlo, en noches rioplatenses y en noches parisinas, como se estilaba entonces. Asimismo, perseveró en la continuidad temática, a riesgo de reiterarse. Curiosamente, también escribió la letra mejor lograda para el tango "La Cumparsita". Sin embargo, el nuevo título pergeñado "Si supieras" tuvo que ceder ante el original inobjetable: La Cumparsita, música de Gerardo Matos Rodríguez. de la huella de Pascual Contursi hasta hoy, se escriben los tangos con otros lenguajes, distintos temas y estilos. Es claro que sus modos y maneras, a veces, suenan válidos para los museos de la moda; más, siempre nos conmueve ese aire intemporal que   late bajo el esmalte de la época.

En su último viaje a Paris, aunque viviera en hotel acomodado, se nota que, desde algún lugar de su alma, seguía viviendo en el bulín. Allí escribió, en 1928, la obra final de la que tenemos constancia: "Bandoneón Arrabalero", para música de su amigo "Bachicha" Deambroggio. En ella compara al bandoneón-viejo-fuelle desinflado (al que Contursi y el mismísimo tango encontraron en la calle) con un "pebete abandonado". lo lleva para su cuarto donde le dice: "Has querido consolarme con tu voz enronquecida y tus notas doloridas aumento mi berretín".

Después de esta fecha, aparecieron los síntomas del extravío en el hablar inentendible, o presentarse en el nevado invierno parisino vestido de impecable traje de playa. A partir de entonces, sus amigos supieron que, mas que una broma, aquello era una mueca del delirio. lo embarcaron, piadosamente engañado, rumbo a Buenos Aires, donde murió internado en un hospicio de salud mental, en el año 1932.

   

domingo, 26 de mayo de 2013

JOSE VALLE PROPUSO A CFK QUE LA COPA DEL TORNEO DE FUTBOL DE 1RA DIVISIÓN DE AFA DEL AÑO 2014 SE DENOMINE "COPA ANIBAL TROILO"

El historiador y productor musical José Valle le presentó a la Sra. presidenta de la Republica, Dra. Cristina Fernández de Kirchner, una propuesta para que la copa del torneo de futbol de 1ra división de AFA del año 2014 se denomine "COPA ANIBAL TROILO", teniendo en cuenta que el 11 de julio de ese año se cumple el centenario del nacimiento del genial Pichuco.
"Un personaje tan arraigado en el cariño popular como Aníbal Troilo es merecedor de este reconocimiento. Espero que esta propuesta llegue a buen puerto ya que ligaría el deporte más popular que tenemos los argentinos -el futbol- con el tango, música nacional y popular tan nuestra que necesita recuperar presencia en los medios nacionales", expresó Valle.
La iniciativa es interesante. Ligar la cultura al deporte popular es reconocer que ambos ámbitos son sumamente importantes para el enriquecimiento de nuestra identidad nacional. Ninguna sirve sin la otra ya que históricamente se han enriquecido: las prácticas sociales y culturales son inherentes al hombre como también la política, que ha tenido gran protagonismo en los últimos años en los torneos nacionales de fútbol.
Este deporte es una pasión argentina que mueve multitudes  y llevar la música ciudadana a su lado de la mano de uno de sus mayores referentes, otorgándole presencia en todos los medios masivos de comunicación es saldar una deuda que el Estado y los argentinos tenemos con el tango.
Aníbal Troilo fue una persona sumamente querida por sus pares; generoso, talentoso para la composición, la dirección y la ejecución del fuelle. Maestro de músicos y cantores, forjador de amistades indestructibles y protagonista de anécdotas memorables, el gordo Troilo merece que a 100 años de su nacimiento los homenajes sean múltiples. “Su calidad artística y humana han sido ejemplares convirtiéndolo en importante referente como hombre y argentino, hoy, cuando encontrar un espejo donde mirarse es una tarea difícil”, culminó Valle.


viernes, 17 de mayo de 2013

José María “Katunga” Contursi


José María “Katunga” Contursi nació en Lanús el 31 de octubre de 1911.
Finalizó el bachillerato en 1933 en el Colegio San José, donde fue distinguido con el cargo de bibliotecario de su academia. La lectura de libros de materias diversas, le brindaron la base de conocimientos necesarios para desempeñarse en las redacciones periodísticas.
Entre 1933 y 1938 fue locutor de Radio Stentor, y crítico cinematográfico. Heredó de su padre la aptitud para el verso, pero su poesía fue diametrialmente opuesta, tanto en la temática como en el empleo del lenguaje.
Fue letrista ajeno al lunfardismo, dedicado a temas del amor herido o la del individuo mancillado, temas comunes en la época. “Katunga” fue el poeta sentimental del tango por excelencia y sus letras, se basaron en el amor frustrado.
Compuso más de cien canciones, de permanente frescura. Entre sus títulos más importantes figuran “Verdemar” con Carlos Di Sarli; “Sin lágrimas” con Charlo; “Vieja amiga” y “Es mejor perdonar” con Pedro Láurenz ; “Tabaco” y “Lluvia sobre el mar” con Armando Pontier; “Evocándote”, “Y no puede ser”, “Toda mi vida”, “Garras”, “Mi tango triste” con Aníbal Troilo;”Si de mi te has olvidado” con Osvaldo Fresedo, etc. etc.
Compuso para el cine el libro “Mi noche triste”, en colaboración con Francisco García Jiménez. El amor no consumado fue su tema dominante, que lo acompañó toda la vida.
El tango “Gricel”, escrito en 1939, estaba dedicado al amor de su vida, mujer a la que siguió y con la que se casó más tardíamente, pero el matrimonio no fue feliz. José María Contursi fue un renovador literario junto a Enrique Cadícamo, Homero Manzi, Alfredo Lepera, Luis César Amadori entre otros.
Afectado de una afección pulmonar, pasó sus últimos años en Capilla del Monte, Córdoba, donde falleció el 11 de Mayo de 1972. Katunga fue el romántico indiscutido del tango, que lo endulzó con su poesía en ese Buenos Aires que se fue.

LA VERDADERA HISTORIA DE GRICEL
Que el tango es una síntesis musical de amor y pasión no es extraño para los amantes del género, solo que pocos tangos reflejan este sentimiento en forma tan expresiva como "Gricel", compuesto por Mariano Mores, que José María Contursi -Katunga para los amigos-, dedicara al gran amor de su vida: Susana Gricel Viganó.
Aquí la primer aclaración documentada: su nombre fue Gricel y no Griselda como lo sostienen algunos estudiosos del tango.
Gricel había nacido en el porteño barrio de San Cristóbal el 15 de abril de 1920. Hija de Egidio Viganó y María Antonia Andersch Curie, ésta última eligió el nombre para su hija inspirada en un personaje de una novela francesa. El matrimonio Viganó vivió luego en Quilmes, Guaiminí (provincia de Buenos Aires) y posteriormente en la ciudad cordobesa de Capilla del Monte, en las serranías de dicha provincia, cuando Egidio Viganó debió trasladarse para oxigenar los pulmones de su esposa.
No fue fácil la vida de Gricel en Capilla del Monte. Lejos de sus amigas y del entretenimiento con sus patines de rulemanes, se dedicó a colaborar en la estación de servicio Texaco que explotaba su padre, vestida con riguroso mameluco blanco, mientras recibía los cálidos piropos de los choferes de la línea de ómnibus que hacía el servicio desde la ciudad de Córdoba hasta la ciudad de La Rioja. Simultáneamente recibía clases de piano por parte de la señora Dolly C. de Nuvolone, también porteña y radicada en esa ciudad con su marido quien colaboraba con Egidio Viganó. La hija de la señora de Nuvolone, amiga de Gricel, es hoy una renombrada pintora radicada en la ciudad de Córdoba.
Pero la monotonía a menudo es quebrada por el destino. Así fue que un día recibió una carta de sus grandes amigas de Guaiminí, Nelly y Gory Omar, quienes la invitaban a pasar unos días en Buenos Aires. Gricel no dudó. Hizo aprisa sus valijas y tomó el tren que la llevaría a un destino de amor y llanto.
Los días de Buenos Aires fueron pocos pero vertiginosos. Cafés, restaurantes y negocios de la Avenida de Mayo eran visitados en forma permanente por las hermanas Omar. Pero algo más formaba parte de la vida de la gran ciudad: las audiciones radiales. Gricel y su madre fueron a presenciar la actuación de las hermanas Omar en Radio Stentor, las que le presentaron a un joven y engominado locutor que se presentó formalmente: José María Contursi, dijo él. Gricel, contestó ella. Sin sospechar que comenzaba a elaborarse uno de los tangos más sentidos y románticos.
Su regreso a Capilla del Monte mostró a una Gricel distinta. Comenzaba a desafinar en el piano ante la preocupación de la señora de Nuvolone. Saludaba a los colectiveros con la mirada distante y contemplaba las hermosas puestas de sol con profundos suspiros. Corrían los años 1935 y 1936. En ese entonces ganó todos los concursos de belleza que se realizaban en las sierras de Córdoba, pero la banda de "Miss" no alcanzaba y los suspiros proseguían.
Fue entonces que el destino dio otro golpe: en 1938 acosado por una fiebre intestinal y sin antibióticos, Contursi recibió el clásico consejo médico de aquellos años: los aires de las sierras de Córdoba. Las hermanas Omar le dijeron entonces: «¿Te acuerdas de Gricel? Vive en Capilla del Monte, en plenas sierras cordobesas».
Hacia allí partió Contursi dejando en Buenos Aires a su esposa Alina Zárate y a una hija del matrimonio, llevando consigo no solo su enfermedad sino también su afición por las faldas femeninas, su amor por el turf y por su San Lorenzo querido.
Egidio Viganó resultó impotente para impedir el romance entre su hija y un seductor "de academia". Así regresó Katunga a Buenos Aires, luciendo una nueva estrella en su bandera de seductor y tal vez canturreando: "Yo anduve siempre en amores, qué me van a hablar de amor". Pero se equivocó rotundamente. Ignoraba que al poco tiempo clamaría: "¡Qué ganas de llorar en esta tarde gris!".
Al poco tiempo necesitó regresar a Capilla del Monte inventando otra fiebre intestinal que obligó a su esposa a derramar llanto por mera intuición femenina. Fue la oportunidad en que Contursi se entregó de lleno al desenfreno amoroso que lo impulsó a escribir tantas letras de tango. Finalmente un día tuvo que optar, y como hombre cabal volvió al lado de su esposa con intestinos sanos pero con el corazón destrozado al igual que Gricel, quien vio partir el tren destruida en sus afectos pero jurando no llorar nunca más.
Luego vino un epistolario amoroso que presentaba una marcada diferencia: las cartas que llegaban de Buenos Aires estaban impregnadas de profunda tristeza; las que partían desde Capilla del Monte lo eran con letra firme. Esto fue así hasta que un día, llegó una carta con la letra de "Gricel".
Todo cambió: Don Egidio Viganó, su alemana esposa, los colectiveros y los residentes en la ciudad comenzaron a vivir un clima lacrimógeno y Gricel comenzó a ser llamada: "Gricel, la del tango". No hubo concurso de belleza realizado en el Valle de Punilla que no fuese ganado por Gricel quien comenzó a frecuentar los bailes del Hotel Victoria de Capilla del Monte donde se disputaban el privilegio de bailar con ella. Todo era insuficiente, pero Gricel no quería llorar pese a su desventura y se propuso recomponer su vida.
Así fue que en la vieja y clásica Confitería del Plata de la ciudad de Córdoba, propiedad de Egidio Belloni, y en la que Gricel escuchó alguna vez a Gregorio Barrios cantar el bolero "Final", conoció a Jorge Camba con el que contrajo matrimonio en 1949. Tuvieron una hija, Susana Jorgelina, pero hubo un problema: Camba también era afecto a las faldas y la abandonó en uno de sus frecuentes viajes al Chaco uniéndose a Vilma Rabez. Gricel tampoco lloró. Había heredado el fuerte carácter alemán de su madre. Sus días transcurrían aplicados a la educación de su hija, al dictado de clases de telar en dos colegios y al cultivo de los idiomas inglés e italiano.
Un día del año 1962 llegó a Capilla del Monte el célebre bandoneonista cordobés Ciriaco Ortiz. Le traía la noticia de la viudez de Contursi, jurando que no era emisario de nadie. También le transmitió que su gran amor sólo encontraba consuelo en el alcohol que consumía en la confitería El Molino. Nuevamente el fuerte carácter heredado de su madre se hizo presente y con algunas mentiras y excusas dirigidas a su hija partió en el ómnibus de la Costera Criolla rumbo a Buenos Aires. Se encontró con su gran amor en esa confitería
Ignoramos excusas y perdones, pero a partir de ese momento Gricel viajó permanentemente a Buenos Aires alojándose en la casa de Contursi en calle Chaco nº 20, 3er. Piso "H". Los hijos de Katunga a su vez viajaban a Capilla del Monte acompañando a Susana y su abuela alemana.
Pero una constante en la familia Contursi seguía presente: el alcohol, con el consecuente deterioro de la salud de Contursi. Fue entonces cuando Gricel tomó la decisión: "Nos vamos a Capilla del Monte". Pero el whisky queda aquí. Gricel y Contursi volvieron a Capilla del Monte a disfrutar las puesta de sol sin obstáculo alguno. No obstante la salud de Katunga, sufría verdaderos estragos hasta que en Cosquín, localidad ubicada a solo 30 kilómetros de Capilla del Monte, el Dr. Santos Sarmiento logró una pausa en ese deterioro. Fue sólo eso, una pausa, pese a lo cual el momento anhelado por Gricel y Contursi llegó el 16 de agosto de 1967, oportunidad en que en el folio 275, libro III, el párroco César Emilio Ferreira dijo:
«El día 16 de agosto de 1967, el infrascripto Párroco de Capilla del Monte en la Capilla de las Hermanas Cabrini, requerido y obtenido el mutuo consentimiento, unió en matrimonio a Don José María Contursi, de 56 años de edad, viudo de Doña Elina Zárate, con Doña Susana Gricel Viganó, de 47 años de edad, de estado soltera».
Una aclaración documental: Gricel contrajo matrimonio con Camba únicamente por casamiento civil. Para la Iglesia permanecía soltera.
El matrimonio duró cuatro años y nueve meses. Hacia 1970 frecuentaban la casa de un amigo común con el autor de esta nota, Emilio Velich, ex gerente de SADAIC e hijo de Juan Velich, en reuniones donde se desgranaban anécdotas y se cantaban tangos, pero la felicidad duró poco tiempo. El 11 de mayo de 1972 Contursi abandonó el tango y este mundo. Lo hizo en brazos del novio de Susana, Oscar Iacobelli, quien con lágrimas en los ojos, me confesó: «Contursi murió como era. Murió en mis brazos, como un señor». Gricel lo había acompañado hasta el día anterior pero presintiendo el desenlace no quiso llorar.
Gricel vivió luego en Villa Allende, localidad también ubicada a tan solo 35 kilómetros de Córdoba para finalizar sus días en la calle Las Palmeras nº 229 de Villa Rivera Indarte, en las cercanías de Villa Allende y Córdoba en una casa rodeada de palmeras y vegetación. En la casa vecina, ubicada en el nº 231, residió su hija Susana. Gricel tenía diagnosticada leucemia. No pudo vencer a la muerte pero sí venció al dolor. Falleció el 25 de julio de 1994 víctima de un derrame cerebral. Sus cenizas reposan en Villa Rivera Indarte, mientras que los restos de Contursi descansan en el Panteón de SADAIC en Buenos Aires.
José María Contursi dejó cuatro hijos de su matrimonio: el único varón, Lucio, falleció muy joven víctima de cáncer. Sus hermanas Ethel y Amalia residen en Buenos Aires y Hebe en la ciudad de Mendoza. Amalia, gran admiradora de las sierras cordobesas, vivió hasta hace dos años en la calle Las Palmeras 229.
La familia Viganó se prolongó a través de Susana Jorgelina, posteriormente de Iacobelli, en tres hijos: Santiago, Luciana y Gricel (15). Los que hemos tenido el privilegio de conocerlos podemos afirmar que las nietas de Gricel compiten en belleza con su abuela. Susana Jorgelina vive actualmente con sus hijas en la ciudad de Viedma donde ejerce su profesión de nutricionista.
Algo más en esta tierna y dramática historia: Jorge Camba y Vilma Rabez volvieron a Córdoba viviendo en la casa de Susana o sea contigua a la de Gricel durante dos años antes de la muerte de ésta y en una rara y perfecta armonía. Camba, por su parte, falleció en 1996. Vilma Rabez aún vive a la fecha de esta nota (marzo de 2002).

Es la historia real de un tango que conmovió a generaciones por su belleza y profundidad como todo lo que escribió Contursi, gran parte de los cuales estuvieron inspirados en este amor que por momentos parecía imposible.
Nuestra presencia en los lugares descriptos, unidos al contacto con los seres allegados a Gricel y a sus pertenencias, incluyendo a su perro "Colita" que aún la sobrevive no hacen más que reavivar lo que esta hermosa pieza musical ya provocaba en nuestra juventud.

jueves, 9 de mayo de 2013

EL MALEVO MUÑOZ


Carlos Muñoz del Solar, más conocido como Carlos de la Púa o Malevo Muñoz, nació en La Plata en 1898 y, según apuntes autobiográficos, vivió en la zona de Once, a la que le dedicó un tango. 
     El Malevo también dejó su huella en la historia del cine. Fue guionista, junto a Luis José Moglia Barth, de Tango (1933) en la cual intervino la orquesta de Juan de Dios Filiberto y actuaron Tita Merello, Libertad Lamarque, Luis Sandrini y Pepe Arias, entre otros. Esta fue la primera película sonora de Argentina. Otras dos realizaciones integraron su repertorio: Galería de esperanzas (1934) e Internado (1935).
    Sin embargo, este vecino de aquel antiguo Balvanera es recordado por ser considerado el autor más importante del lunfardo al haber publicado en 1928 su único libro: La crencha engrasada, subtitulado Poemas Bajos. Entre los escritos más destacados están “Puente Alsina”, “Línea 9”, entre tantos otros.
    En cuanto a su labor periodística, colaboró con la revista El Hogar y luego en 1925 se incorporó al diario Crítica, dirigido por Natalio Botana. Allí compartió redacción con Enrique y Raúl González Tuñón (a quien llamaba el “otro poeta suburbano”), Nicolás Olivari y Roberto Tálice. 
    De la Púa, según varios escritos, fue amigo del vecino abastense Carlos Gardel. También compartió largas veladas con otros intelectuales y artistas de la época como Jorge Luis Borges, Roberto Arlt, y Enrique Cadícamo. Este último en su libro Café de Camareras (1993), que describe lugares del Buenos Aires del centenario, revivió un encuentro de estos tangueros en la confitería Real, de Corrientes y Talcahuano.
     Según el historiador y poeta argentino Nicolás Olivari, Muñoz falleció a los 52 años el 5 de mayo de 1950. Otras versiones aseguran que fue en realidad el 9 e incluso que el mes del fallecimiento fue en marzo o septiembre.El fue quien coronó definitivamente a la musa rea con la gran tiara formal y esdrújula, concluyendo un cielo que comenzaron honestamente los otros poetas menores. El Malevo Muñoz fue el bardo sintetizador y perfecto, porque su libro -su único libro- es definitivo y concluyente y no se le puede encontrar desperdicio ocasional, ripio maloliente, traición a los suyos, infidelidad alguna. Muy pálida puede parecer esta afirmación si no la confrontamos con sus versos impares en nuestra literatura de bajo fondo. Bueno, esto de bajo fondo lo uso como definición y ubicación y nunca con acento peyorativo, porque vale tanto como decir alto nivel u otra macana por el estilo. Lo que vale por sus cabales es el contenido y su despliegue hacia el reconocimiento sentimentalmente topográfico de una ciudad como la nuestra, cuyo cosmopolitismo de puerto franco tenía que ser cuajado en lo desgarrado de la imagen, en la tenaza de la metáfora como solamente el Malevo Muñoz pudo hacerlo.
    El Malevo desde su barrio de Once retrató en sus poemas la vida cotidiana de un Buenos Aires reo. Pero a la vez, le imprimió una cuota de ternura y nostalgia tanguera. A través de los versos de este pintoresco vecino, vuelven a nosotros esos patios de la infancia y esos adoquines caminados por la vieja barriada.

Barrio de Once

Para vos, Barrio Once, este verso emotivo
con un cacho grandote de cielo de rayuela.
Yo soy aquel muchacho, el fulback de Sportivo
Glorias a Jorge Newbery, que alborotó la escuela.

Yo soy aquel que al rango no erraba culadera,
que hizo formidables proezas de billarda.
Rompedor de faroles con mi vieja gomera,
tuve dos enemigos: los botones y el guarda.

Y, los bolsillos bolsas de bochones y miga,
llené toda la calle de repes y de chante.
¡Mi bolita lechera!... ¿Dónde andarás, amiga?
¡Y aquella mil colores, cachuza y atorrante!

Se fueron con el viejo pepino corralero,
el terror de los trompos, mi trovero baqueano.
Partía las cascarrias con su púa de acero
y a las chicas del barrio les zumbaba en la mano.

Se fueron con los cinco carozos de damasco
de mi ainenti querido... ¡Payanita primera!
Si te habremos jugado con el grone y el vasco
y con Casimba, el hijo de la bicicletera.

Barrio mío, donde garabatié con tiza
robada del colegio: ¡Yo la quiero a Adelita!
¡Abajo el Cachirulo! ¡Boicot al Pataliza!
El que le lee esto es un... Toto afila con Lita.

Barrio mío, donde quedara abandonado
el simbólico tejo diezañero y querido,
hoy —que en esta quiniela del vivir voy sobrado—
tu recuerdo me abuena como un verso sentido.

Tu recuerdo es el gol que me da la victoria...
Porque he jugado mucho, miro claro la vida...
Barrio mío, en tus calles, está toda mi historia.
Es una piedra-libre y una gata-parida.

lunes, 6 de mayo de 2013

Ernesto "Tití" Rossi.



Nació en Guaminí, provincia de Buenos Aires. Perteneciente a una familia de músicos, su primer maestro fue su padre, que era director de orquesta y con quien ya, a los diez años, tocaba el violín y la trompeta. No obstante estudió el bandoneón, su instrumento preferido, al que dedicó su vida.
Tenía 21 años cuando llegó a Buenos Aires para probar suerte, con su hermano Carlos que era cantante. Poco tiempo después consigue su primer trabajo en la orquesta estable de Radio Belgrano, que dirigía Mario Maurano. Al tiempo, en 1939, pasa a integrar la orquesta de Nicolás Vaccaro para actuar en el “Dancing Novelty”.
Posteriormente, ingresa como músico y orquestador a la orquesta de Antonio Rodio para sus presentaciones en Radio El Mundo y Radio Splendid, allí compartían la fila de fuelles Luis Bonnat, Eduardo Rovira y Antonio Ríos. Fue por entonces que se decidió a completar sus conocimientos musicales estudiando armonía, contrapunto, fuga e instrumentación con el maestro Gilardo Gilardi, concurriendo además al Conservatorio Nacional de Música.
Entre los años 1941 y 1944, ocupó el puesto de primer bandoneón en la orquesta de Edgardo Donato, con quien recorrió radios, bailes y lugares nocturnos de la época. Luego, se ocupó de la formación del conjunto de Francisco Rotundo, donde durante once años ocupó el cargo de arreglador y primer bandoneón.
En 1956, fue arreglador en la orquesta de Héctor Varela. Además, durante más de una década compatibilizó su trabajo de intérprete con el cargo de asesor musical de la editorial Perrotti, donde constan sus innumerables arreglos especiales y sus variaciones para bandoneón.
Transcurrieron dos años y forma su propia formación. Debuta en Radio El Mundo, con sus dos cantores: Alfredo Dalton y Luis Correa, también actúa en La Armonía de la calle Corrientes, la Richmond de Esmeralda, la Novel, en bailables como el Palacio Güemes y La Argentina, en el famoso cabaret Marabú y en Radio Belgrano.pero el tango comenzaba a perder vigencia.
En 1960, decide viajar al exterior junto al cantor Alberto Marino, con un contrato por tres meses en Estados Unidos y se queda ocho años. Actuó como solista y como acompañante, entre otros, de la orquesta que interviene en la comedia musical de la Metro, “Off Broadway”, también en el Auditorium de las Naciones Unidas.
Regresa al país en 1968 y se dedica a la enseñanza y a orquestar exclusivamente para Héctor Varela.
Fue prolífico como compositor, vayan como ejemplos algunos títulos: "Bien bohemio", "Muchachos mi último tango", "Malvado", "Muñeca del Once", "Por qué me la nombran", "Siempre tu voz", "Pa’ que te oigan bandoneón”, "No me hablen de ella", un gran éxito de Varela con la voz de Rodolfo Lesica, "Me han prohibido quererte", "Así bailaban mis abuelos" y por último, la milonga " Azúcar, pimienta y sal", posiblemente, su obra con mayor difusión y la más popular.

domingo, 5 de mayo de 2013

Un recuerdo para Homero Manzi a 62 años de su muerte Por Norberto Galasso



El autor de letras de tangos que se convirtieron en verdaderos himnos porteños, fue también un orador de barricada que se pronunció siempre a favor de los más humildes. En el arte y en la vida caminó por la vereda de lo popular.

Le tocó vivir un tiempo difícil de vasallaje y miseria popular, de artes exóticas y gobiernos reaccionarios, de banderas enfangadas y "próceres" traidores. Pero él supo encontrar las respuestas y erguirse junto a su pueblo para empujar, "de prepo", a esa historia nuestra, a veces remisa y reculadora.

Vino de su Añatuya callada y desvalida y se metió con su espíritu poblado de versos en un Boedo mistongo que se derramaba en cafetines, lustrabotas y mendigos hacia esa Chiclana amenazada siempre por la inundación. Allí caminoteó atardeceres con Cátulo Castillo, Julián Centeya y el "loco" Papa y allí resolvió en largas conversaciones con Jauretche su dilema shakesperiano trasladado al suburbio: "¿Ser hombre de letras o hacer letras para los hombres?". Allá estaba la Academia y el galardón literario, el premio municipal en la solapa y la cátedra momificada. Aquí, la fidelidad al Barrio de las Ranas, a las pibas de Alsina, a Pompeya con su farol "balanceado en la barrera" y "el codillo llenando el almacén", al Boedo legendario donde se mezclaban el caudillo radical Pedro Bidegain y aquel Eufemio Pizarro que "con vaivén de carro…/ cruzaba los ocasos / del barrio pobretón". Y Homero Nicolás Mancione desdeñó la fama oligárquica para grabar su perfil como Homero Manzi optando por el mundo de "las chatas entrando al corralón", chapaleando barro bajo el cielo de Pompeya herido de lonjas rojas, con sus gorriones y fabriqueras, con el eco de un bandoneón –"mariposa de alas negras"- brotando del último organito de una ciudad entristecida.

En ese camino, sus "versos para los hombres" acunaron a la Negra María, consolaron a la mulata abandonada, invocaron al Papá Baltasar en nombre de los chicos pobres, eternizaron al viejo ciego del violín y a aquella Malena "con voz de sombra", en el paisaje indeleble de un "Sur paredón y después". De este modo, estampó una radiografía carreguiana de personas y aconteceres de la realidad, tan humildes y por eso, precisamente, tan importantes.

Asimismo, en el terreno político, Homero también eligió la vereda popular, despreciando las canonjías que el ofrecía el radicalismo alvearizado, para lanzarse a la aventura de FORJA, aquel 29 de junio de 1935, porque sabía que "éramos una Argentina colonial" y ansiaba una "Argentina libre". La soberanía popular, la nacionalización de las empresas extranjeras y la reivindicación de los derechos de los trabajadores se hicieron punta, una y otra vez, en su vozarrón lanzado al viento en la tribuna esquinera –modesta tarima de cajoncitos de cerveza- donde chisporrotearon luminosas verdades en la sombría noche de la "Década infame".

Aquel que calificaba a la piel de una muchacha como "magnolia que mojó la luna", se transmutó entonces en orador de combate: "Nos quieren hacer creer que hay una cosa intocable en la economía: el gran capital… Nos quieren convencer que el ferrocarril apenas da ganancias a sus accionistas… Hay que crear mentalidades opuestas y nacionales que frente a esa lamentación digan sencillamente esto: ¡¡¡QUE SE VAYAN A LA PUTA QUE LOS PARIÓ ESOS ACCIONISTAS!!!".

Así batalla en la catacumba forjista, en esa época en que la tisis roe los pulmones de las mujeres que pedalean en la "Singer", cuando los rufianes controlan la calle Corrientes y las adolescentes desaparecen del conventillo atraídas por "las luces del centro". Y así se consustancia cada vez más con su pueblo. Por esa razón, en 1947, reencendiendo su vieja fe del auténtico irigoyenismo, brinda su apoyo a la caravana popular desde su perspectiva de "revolucionario", amigo del Pueblo, al que expresa en sus versos y a quien acompaña ahora en su nuevo camino jubiloso: "Quienes nos tildan de opositores se equivocan. Quienes nos tildan de oficialistas también. Nos somos oficialistas ni opositores. Somos revolucionarios… Perón es el reconstructor de la obra inconclusa de Hipólito Yrigoyen".

Poco después, la muerte le punguea el corazón en el sanatorio Costa Boero y se despide "lleno de luces y dolores… que integran mi cortejo final de despedida". Sin embargo, aún hoy, cuando en la radio en un tallercito del suburbio o en la disquería noctámbula de la calle Corrientes, florecen otra vez sus versos "con un perfume de yuyos y de alfalfa/ que nos llena de nuevo el corazón", parece como si el Homero indoblegable se pasease todavía con su cara redonda y sus ojos limpísimos de niño –esos por donde "su frente triste de pensar la vida, tiraba madrugadas por los ojos", como diría Cátulo Castillo- para mantener viva la canción y encendernos, de nuevo, la esperanza.