El café Marzotto de calle Corrientes fue el escenario de grandes orquestas y cantores de los años cuarenta. En el palco ubicado al fondo del salón, actuaron Troilo, Caló y debutó Floreal Ruiz. Fue allí donde se presentó por primera vez Osmar Maderna con su flamante orquesta constituida poco tiempo después de que se separara de Miguel Caló, con quien había conformado la célebre “orquesta de las estrellas” a la que había ingresado en 1939 en reemplazo de Héctor Stamponi.
Para 1946 Maderna ya era una personalidad artística reconocida por los mejores músicos de su tiempo. El fraseo de su piano, sus clásicas notas agudas en los acordes finales, sus fantaseos solos, fueron la marca distintiva de un estilo elegante, sugestivo y discreto, un estilo ubicado en las antípodas del de Juan D’Arienzo o Alfredo De Angelis, pero también ajeno a cualquier aspiración sinfónica .
Osmar Maderna nació en la localidad bonaerense de Pehuajó en 1918. Su padre tocaba el acordeón y siempre apoyó las aspiraciones musicales de su hijo.
Maderna dirigió su propia orquesta durante cinco años. Grabó 56 temas y allí está lo más representativo y original de su obra. Entre esos temas merecen destacarse entre otros: “Fantasías en tiempo de tango”, “Lluvia de estrellas”, “Concierto a la luna”, “El elegante”, “Loca bohemia”, “Qué noche”, “En tus ojos el cielo”, “Escalas en azul”, “La noche que te fuiste”, “Volvió a llover”, “Rincón de París”, “Cuento azul”, “Lirio”, “Amor sin adiós” y “Rouge”. El primer tema grabado por la flamante orquesta es “Margó”, el poema de Homero Expósito interpretado por Verri. También de Expósito es “Te llaman pequeña” su tema fetiche, con el que iniciaba y concluía sus presentaciones. Otro de los temas destacados es “Tarde gris”, un tango que Gardel había interpretado en 1930 y que Maderna graba en 1946 acompañado por la voz afinada de Pedro Dátila.
Como todo vanguardista, Maderna no fue un músico de multitudes, pero fue muy respetado por sus colegas y muy considerado por la crítica especializada. Los temas que impuso adquirieron fama internacional. “Te llaman pequeña” fue cantado, entre otros, por Pedro Vargas. “Lluvia de estrellas”, figuró en una película de Walt Disney. Y “Concierto a la luna” fue interpretado, entre otros, por Paul Whiteman.
Maderna murió a los 33 años en un accidente de avión. Como Gardel, ganó la inmortalidad en una tragedia aérea. En marzo de 1951 había obtenido el brevet de aviador. Un mes después se mató junto con su acompañante Ernesto Rodríguez en el límite de Lomas de Zamora. Ya se retiraba del aeródromo cuando un amigo lo desafió para hacer unas pruebas en el aire. Su esposa -Olga Mazzei- intentó disuadirlo, pero fue en vano.
Osmar Maderna murió en su hora de esplendor, cuando el futuro se abría generoso a su talento e inspiración.
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