Eduardo
Giorlandini fue amigo personal de "El feo", compartieron vivencias,
cariño y respeto mutuo y hasta compusieron juntos tangos lunfardos, como es el
caso de "Aguja Brava". Quizás la pasión por ese
"pseudo-idioma" fue lo que los ligó más fuertemente aunque la calidad
humana de los dos seguramente tuvo más que ver con esa amistad indestructible.
Repetimos aquí las líneas que el Dr. Giorlandini dedicó a Edmundo Rivero en uno de sus libros y les recordamos que pueden encontrar en este blog un bello texto sobre "El Viejo Almacén", fundado por el cantante de voz grave.
Repetimos aquí las líneas que el Dr. Giorlandini dedicó a Edmundo Rivero en uno de sus libros y les recordamos que pueden encontrar en este blog un bello texto sobre "El Viejo Almacén", fundado por el cantante de voz grave.
Rivero y yo
Conocí a
Edmundo Rivero en la cárcel, pero no “en cana”. El había ido a cantar para los
encanutados. Yo frecuentaba la cárcel, pero pedía permiso para entrar, a
estudiar el vocabulario canero y recopilar palabras. Nos hicimos amigos pero
comenzamos a frecuentarnos cotidianamente a partir de 1965 aproximadamente.
Hace casi 42
años me incorporaron a la Academia Porteña del Lunfardo y mucho
después se produce la incorporación de Rivero. Fue en 1966 que Leonel se enteró
de mis versos lunfas y me pidió un libro que yo había publicado, con prólogo de
José Gobello.
Seleccionó dos
temas y se entusiasmó con Aguja Brava. Luego de dos años de pruebas
y correcciones se publicó la partitura y se grabó. Y a partir de esto y de una
común pasión por el lunfardo se formó una amistad, de tal modo que una noche,
antes de la actuación en “El Viejo Almacén”, Rivero dijo ante numerosas
personas que yo era el mejor amigo que tenía. Por lo que le dije: “No diga
esto, Leonel... Usted tiene muchos amigos que lo quieren”. Y me contestó: “Yo
digo la verdad”.
La historia de
Aguja Brava
En el
libro Una Luz de Almacén, del mismo Rivero, cuenta la historia,
entre otras. Si bien colaboré con el libro, junto a otros amigos y por lo cual
el cantor nos agradeció en el final de la obra, no tuve oportunidad de contarle
con detalles como escribí la letra.
El personaje
existió. La historia me la contaron. Yo la reflejé tal como la escuché, con
alguna variante. En un café un día el amigo que me empujó a escribirla me dijo:
“¿Ves ese tipo que está en esa mesa, de camisa blanca y pantalón oscuro?. Es
“Aguja Brava”.
Yo le puse, o
intenté ponerle humor al asunto. Hasta creí que era una historia de mala vida.
Pero el periodista Miguel Ángel Cavallo expresó que era una historia de amor,
en cierto ambiente y con un lenguaje lunfa de cripta.
Las
interpretaciones de Rivero
El tango se
estrenó en Caño 14. Desde ese momento Rivero debía cantarlo todas las noche. Y
al igual que “Línea 9” antes de cantarlo lo explicaba. Eran los dos
únicos temas que explicaba y que el público pedía insistentemente. Así continuó
años después en “El Viejo Almacén”.
Se hicieron
varias grabaciones y se incluyó en el álbum “En Lunfardo”. Recientemente fue
incluido por Gobello en la selección de temas en “Letras de Tango”.
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