La excelente cantante, actriz y autora, Amelita Baltar, ofrece una clase magistral de interpretación, amor y pasión por el tango en el Café Vinilo de Buenos Aires, junto al pianista Aldo Saralegui con quien comparte escenario desde hace 14 años.
Recién llegada de Tokio, donde fue homenajeada por su espectáculo “Tangos de Piazzolla”, decidió brindar dos conciertos que muestran toda la gama de su repertorio, incorporando aquellos temas de folklore y boleros que canta en los tiempos libres junto a sus amigas, como cuando tenía 18 años. Así es como aborda varias formas de la canción popular, sin descuidar su especialidad que es el tango, género declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2009.
La inconfundible voz de Amelita Baltar lleva 75 años vibrando y recorriendo el mundo tras medio siglo de trayectoria. Desde los míticos rincones porteños hasta países como Holanda, Alemania, Bélgica, Francia, Suiza, o Turquía, donde es considerada “la diva del tango”.
El espectáculo “De mil amores”, a modo de café concert, comenzó con unas variaciones tangueras al piano por parte del maestro Saralegui. La entrada de Amelita al escenario causó una ovación total seguida de alguna que otra risa por algunas letras impresas que venían, bailaban y venían, cayendo del atril a propósito de su entrada. El primer tango que interpretaron a dúo fue de Carlos Gardel. Amelita recordó su profunda admiración por “el morocho del Abasto” y mencionó un episodio del año pasado cuando había sido invitada al Festival de Tango de Medellín donde le pidieron algunos tangos del zorzal. Desde ese entonces, decidió meterse de lleno en emblemas del género nacional como “Volver” o “Melodías de arrabal”.
Así entre canciones y anécdotas va sucediendo su vida, la familia, los amigos… Y una carrera que nace con la aparición de su primer disco (publicado en 1968) al obtener el premio revelación en un festival marplatense y llegando a oídos del M° Astor Piazzolla, quien la convoca para protagonizar su ópera “María de Buenos Aires” compuesta junto aHoracio Ferrer. Es a partir de ese encuentro que ambos encuentran en ella la cantante ideal, por el carácter dramático de sus interpretaciones. “Con su voz misteriosa, tabacosa, sugestiva y distinta, con su temperamento y autenticidad de mujer del Buenos Aires moderno, creó una nueva manera de interpretar el tango. En su talento, nuestros temas encontraban el eco exacto que nosotros pedíamos” afirmaba el letrista que años más tarde intentaría prohibirle su participación en una nueva versión de la ópera en Japón.
Junto al dúo Piazzolla-Ferrer, formó un trío único que revolucionó el tango. Su peculiar registro de mezzosoprano y su histrionismo actoral en cada interpretación, le valieron memorables colaboraciones como “Chiquilín de Bachín”, “La bicicleta blanca”, “Balada para mi muerte”, o una versión de “Che tango che” que, a diferencia de la cruda pero intensa Milva, pudo demostrar su delicado fraseo en un francés fluido que también se hizo presente durante el concierto del domingo.
En la segunda parte del show, aprovechó para desahogarse ante la platea por las intrincadas y extenuantes letras de Homero Manzi, ironizando sobre uno de sus tangos que “se llama gota de lluvia, pero en realidad es una tormenta eléctrica”. Recordó al brasileño Vinicius con alguna que otra lágrima, y regaló un par de canciones de bossa nova, dejando como broche de oro su “Balada para un loco” con la esencia vocal y la fuerza actoral que la caracteriza. Aquella balada que interpretó por primera vez un 16 de noviembre de 1969 en el Luna Park y que por su carácter innovador, causó un revuelo entre adeptos y detractores de la vieja guardia tanguera.
Nombrada Mujer Destacada en el Ámbito Nacional en 1996, Personalidad Destacada de la Ciudad de Buenos Aires en 2005 y Visitante Ilustre de Montevideo en 2014, cuenta con 17 discos en su haber. El año pasado recibió el Konex de Platino por tratarse de una de las 5 mejores cantantes femeninas de tango de la década en Argentina. Actualmente brinda conciertos en forma ininterrumpida, conduce su programa radial “El Nuevo Rumbo” en la FM porteña 92.7 (la 2x4) todos los jueves por la noche y a mediados de año presentará un CD y DVD grabado en vivo junto a la Orquesta Filarmónica del Teatro Solís de Montevideo.
Aquellos que se acerquen al Café Vinilo el próximo domingo, encontrarán no solo un dúo de grandes artistas, sino una voz surgida en ese tango que en los setenta se mezclaba con el jazz y la música académica, pero que ahora en su madurez vuelve a las raíces del tango original.
Recién llegada de Tokio, donde fue homenajeada por su espectáculo “Tangos de Piazzolla”, decidió brindar dos conciertos que muestran toda la gama de su repertorio, incorporando aquellos temas de folklore y boleros que canta en los tiempos libres junto a sus amigas, como cuando tenía 18 años. Así es como aborda varias formas de la canción popular, sin descuidar su especialidad que es el tango, género declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2009.
La inconfundible voz de Amelita Baltar lleva 75 años vibrando y recorriendo el mundo tras medio siglo de trayectoria. Desde los míticos rincones porteños hasta países como Holanda, Alemania, Bélgica, Francia, Suiza, o Turquía, donde es considerada “la diva del tango”.
El espectáculo “De mil amores”, a modo de café concert, comenzó con unas variaciones tangueras al piano por parte del maestro Saralegui. La entrada de Amelita al escenario causó una ovación total seguida de alguna que otra risa por algunas letras impresas que venían, bailaban y venían, cayendo del atril a propósito de su entrada. El primer tango que interpretaron a dúo fue de Carlos Gardel. Amelita recordó su profunda admiración por “el morocho del Abasto” y mencionó un episodio del año pasado cuando había sido invitada al Festival de Tango de Medellín donde le pidieron algunos tangos del zorzal. Desde ese entonces, decidió meterse de lleno en emblemas del género nacional como “Volver” o “Melodías de arrabal”.
Así entre canciones y anécdotas va sucediendo su vida, la familia, los amigos… Y una carrera que nace con la aparición de su primer disco (publicado en 1968) al obtener el premio revelación en un festival marplatense y llegando a oídos del M° Astor Piazzolla, quien la convoca para protagonizar su ópera “María de Buenos Aires” compuesta junto aHoracio Ferrer. Es a partir de ese encuentro que ambos encuentran en ella la cantante ideal, por el carácter dramático de sus interpretaciones. “Con su voz misteriosa, tabacosa, sugestiva y distinta, con su temperamento y autenticidad de mujer del Buenos Aires moderno, creó una nueva manera de interpretar el tango. En su talento, nuestros temas encontraban el eco exacto que nosotros pedíamos” afirmaba el letrista que años más tarde intentaría prohibirle su participación en una nueva versión de la ópera en Japón.
Junto al dúo Piazzolla-Ferrer, formó un trío único que revolucionó el tango. Su peculiar registro de mezzosoprano y su histrionismo actoral en cada interpretación, le valieron memorables colaboraciones como “Chiquilín de Bachín”, “La bicicleta blanca”, “Balada para mi muerte”, o una versión de “Che tango che” que, a diferencia de la cruda pero intensa Milva, pudo demostrar su delicado fraseo en un francés fluido que también se hizo presente durante el concierto del domingo.
En la segunda parte del show, aprovechó para desahogarse ante la platea por las intrincadas y extenuantes letras de Homero Manzi, ironizando sobre uno de sus tangos que “se llama gota de lluvia, pero en realidad es una tormenta eléctrica”. Recordó al brasileño Vinicius con alguna que otra lágrima, y regaló un par de canciones de bossa nova, dejando como broche de oro su “Balada para un loco” con la esencia vocal y la fuerza actoral que la caracteriza. Aquella balada que interpretó por primera vez un 16 de noviembre de 1969 en el Luna Park y que por su carácter innovador, causó un revuelo entre adeptos y detractores de la vieja guardia tanguera.
Nombrada Mujer Destacada en el Ámbito Nacional en 1996, Personalidad Destacada de la Ciudad de Buenos Aires en 2005 y Visitante Ilustre de Montevideo en 2014, cuenta con 17 discos en su haber. El año pasado recibió el Konex de Platino por tratarse de una de las 5 mejores cantantes femeninas de tango de la década en Argentina. Actualmente brinda conciertos en forma ininterrumpida, conduce su programa radial “El Nuevo Rumbo” en la FM porteña 92.7 (la 2x4) todos los jueves por la noche y a mediados de año presentará un CD y DVD grabado en vivo junto a la Orquesta Filarmónica del Teatro Solís de Montevideo.
Aquellos que se acerquen al Café Vinilo el próximo domingo, encontrarán no solo un dúo de grandes artistas, sino una voz surgida en ese tango que en los setenta se mezclaba con el jazz y la música académica, pero que ahora en su madurez vuelve a las raíces del tango original.
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