Fue un cantante y actor que ya había alcanzado el éxito antes de la llegada del peronismo, no necesitaba definirse políticamente, por su fama difícilmente alguien se hubiera animado a molestarlo, si lo hizo fue por una firme convicción que lo impulsaba a defender a los más humildes, siempre mantuvo un espíritu independiente que lo llevó a tener encontronazos con la burocracia, pero sus problemas más graves fueron a partir del 1955 con el golpe de estado.
Como hemos visto con otros artistas o intelectuales que adhirieron al peronismo su obra es minimizada o directamente ocultada, esto ocurrió con Hugo del Carril al igual que con Leopoldo Marechal, el caso de Discépolo tal vez sea distinto pues se le reconoció su capacidad pero al precio de mantener en el silencio su apoyo al movimiento popular, se habla de Cambalache pero muy raramente se recuerda su personaje Mordisquito. Además Discépolo murió antes de 1955 por lo que los golpistas no pudieron ejercer la venganza contra su persona.
Hugo del Carril entabló una relación de amistad con el Gral. Perón desde el momento que lo conoció, así relataba una de sus anécdotas de los encuentros con el líder: "Un día me llaman para ir a cantar en la Residencia Presidencial. Voy y le digo a Homero Manzi, que ya estaba en sus últimos días: '¿Qué canto, Gordo? No puedo ir a cantarles "Mano a mano"'. Manzi me miró con calma, pidió papel y lápiz y me dijo que esperara un rato. Una hora después me entregó dos milongas, como de catorce pies cada una. La primera se llamaba ´Milonga a Perón´ y la otra, ´Milonga a Evita´. Las canté con el ritmo tradicional de la milonga pampeana. A Perón le corrieron las lágrimas...".
Pero su asociación indisoluble con el peronismo se dio cuando en 1949 decidió poner su voz a la Marcha Peronista. El pianista Norberto Ramos que integró la orquesta de Florindo Sassone, fue convocado en 1948 por un grupo de obreros gráficos para que le pusiera música a una letra que habían escrito esos trabajadores con el fin de contar con una marcha para el sindicato. Se estrenó el 2 de mayo de 1948 con el título: “Los gráficos peronistas”, nada menos que en el Teatro Colón interpretada por una orquesta sinfónica y el coro estable, en dicha presentación se encontraban presente Perón y Eva, la ejecución provocó un alto impacto entre los presentes. Luego se le cambió la palabra gráficos por muchachos y quedó instaurada como la marcha del movimiento.
Hay otra historia que es la que cuenta el periodista Néstor Pinsón, los antecedentes de la Marcha comienzan en el año 1931 en el club Barracas Central, donde Juan Raimundo Streiff-Garaventa compone la música y Juan Mufarri los versos para una canción que identificara al club. La letra decía: “Los muchachos de Barracas / todos juntos cantaremos / y al mismo tiempo daremos / un hurra de corazón. / Por esos bravos muchachos / que lucharon con fervor / por defender los colores / de esta gran institución.”. Esta canción fue sufriendo modificaciones, cuando llega al poder el peronismo Rafael Lauría y Oscar Ivanisevich escriben la letra que se conoce en la actualidad. Esta versión no niega que Norberto Ramos haya contribuido con alguna parte de la música, aunque la melodía ya existía anteriormente.
Hugo del Carril la grabó en 1949, alguna vez dijo: "Grabé centenares de tangos, pero hasta que me muera me van a recordar por la marchita...".
Producido el golpe de estado de 1955 estuvo detenido 41 días y luego decidió partir hacia el exilio en México, aún cuando pudo seguir trabajando por su popularidad en aquél país, que siempre fue generoso con los exilados argentinos, vivió ese destierro con mucha tristeza, todo lo que había producido en cuando a música y cine estaba relacionado con su tierra. Algunas de sus películas que se encontraban en la cartelera de los cines argentinos fueron bajadas, la dictadura no quería que quedaran rastros de este extraordinario artista.
Retornó al país con el gobierno de Frondizi donde volvió a filmar y desarrolló varios proyectos algunos vinculados con el espectáculo y otros no, montó “La carpa del pueblo” con la finalidad de difundir la música nacional, particularmente el folklore y el tango, pero aclaró que también “música moderna, pero nuestra”.
También se dedicó a la crianza de nutrias así lo explicó: "Me gustó el animalito; yo era un chiquilín que venía merodeando por el bañado de Flores, y ahí lo conocí. Cincuenta años después (...) un empuje inconsciente (...) me llevó de nuevo a él. El criadero está en el Tigre, a hora y media del embarcadero, y se llama ´Idahome´. Ya son ocho años de crianza y me va muy bien. Tengo 2600 hembras de cría, y para este fin de año completaremos unas 4000. La finalidad es la exportación (...). Hay un gran interés por la piel de nutria en Estados Unidos, España e Italia (...); lo turbio de las aguas produce un constante masaje sobre la piel que hace que nuestra nutria tenga una sedosidad tan especial (...). Va a ser una buena entrada de divisas para el país (...). Si lo logramos, en pocos años más puede significar una de las exportaciones del agro más importantes...".
Pero no tuvo suerte con este proyecto, le faltaron tierras para poder expandirse. Hizo gestiones para utilizar Las Lagunas Encadenadas ubicadas en la provincia de Buenos Aires como criadero natural pero no fue escuchado, significó un duro fracaso porque había puesto mucho esfuerzo e ilusiones en el mismo.
No dejó muchas obras escritas por él. Compuso dos tangos: "Como la mariposa" y "Viejo camarada", la milonga "Felicita", la canción infantil "Blanca nube" ("Blanche nuage") y el tango partidista "Un solo corazón", con música de Jorge Dragone.
En cuanto a su vida sentimental tuvo una relación con la actriz Ana María Lynch con quién filmó en 1941 “En la luz de una estrella”, cuando se separaron, ella se radicó en los Estados Unidos donde siguió actuando. También tuvo una relación con la actriz Gilda Lousek a la que conoció en la filmación de “Una cita con la vida”.
En 1959 conoció a una empleada de SADAIC, Violeta Courtois, se casaron en 1971 después de una larga convivencia, tuvieron cuatro hijos Marcela Alejandra, Hugo Miguel, Amorina Eva y Eva Cristina. El padrino de todos ellos fue nada más ni nada menos que el general Perón, que estando en el exilio apelaba a un emisario que lo representaba en las ceremonias de bautismo.
También trabajó intensamente en la televisión argentina a su retorno del exilio, en 1962 participa en la miniserie “La Calesita” por Canal 9. El 1963 en el canal 7 fue la figura estelar de “El show de CAP”. Alejandro Romay dueño principal de canal 9 lo convocó en reiteradas oportunidades, se puso en el aire el sainete “El conventillo de la Paloma” donde ocupaba el rol protagónico. En el canal 7 en 1971 protagoniza el programa “Del pueblo” que se basaba en el espectáculo que presentaba en “La carpa del pueblo”. En 1972 en canal 11 participa en el programa “El tango del millón” que producen los hermanos Sofovich. Romay lo vuelve a convocar en 1975 para realizar en el canal 9 una serie de espectaculares. Durante un 1976 protagoniza el afamado ciclo “Grandes Valores del Tango”, pero producido el golpe de estado, en una actitud que lo enaltece, decide dejar la televisión y no participar ni siquiera de reportajes.
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