Después de 17 años del fallecimiento en Buenos Aires del cantor whitense Roberto Achával, esta mañana sus restos fueron despedidos por su viuda, Juana “Negra” Dodero, y amigos en el cementerio de Bahía Blanca. La breve y emotiva ceremonia fue conducida por Mariel Estrada, quien refirió a la vida artística y personal de “Cacho” e invitó a Monseñor Horacio Fuhr a realizar el Responso religioso para su letargo final.
En una parcela donada por el Municipio de Bahía Blanca gracias a la gestión de José Valle y el Instituto Cultural de esa ciudad, sobre el ataúd que fue traído desde Chacarita por la empresa Bonacorsi, se levanta un monolito con imagen del cantor -donada por Dandy Producciones- para cumplir el sueño de muchos que querían ver a Oscar Aníbal Crudeli en la tierra que jamás pudo despedir. La obra fue descubierta por la Sra de Crudelli, Sergio Raimondi, Dir. del IC de B. Bca, y José Valle, mentor del emprendimiento, frente a allegados de la familia, Héctor Quiroga (Director del Cementerio), el Concejal Roberto Ursino, Maximiliano Cenizo (Sec. De Prensa de la Municipalidad de B. Bca.) y numerosos medios que llegaron hasta el lugar para transmitir el acontecimiento a toda la comunidad bahiense.
Allí quedará para la eternidad, aguardando la visita de quienes lo llevan en el recuerdo y el corazón o supieron apreciar su talento. "Lo cierto es que Roberto Achával merece permanecer en la memoria de bahienses y argentinos porque su talento lo amerita. Es indiscutible la importancia de Achával como cantor porque lo eligió Troilo y cantar con el gordo era jugar en primera. Sin profundizar en la calidad o gusto de las orquestas, los cantantes de Pichuco fueron los mejores: todos son buenos, no puede discutirse la calidad de ninguno de sus vocalistas", confirma Valle.
La viuda de Achával, Juana Dodero, con mucha emoción, confiesa que creía que era más fuerte, que podría superar cada vez mejor la ausencia del que fuera y sigue siendo el amor de su vida, pero cada día lo extraña más.
"Fue maravilloso y un padre ejemplar. Si tuviera que volver a elegir, nuevamente me casaría con Cacho", expresa.
Juana se enamoró de Roberto a los 15 años y vivió a su lado cada momento de su carrera, lo apoyó y acompañó incondicionalmente, inclusive cuando eso significara trasladarse a la gran urbe porteña alejando a sus hijos del entorno que les era familiar.
Es una mujer que a pesar del dolor y los años conserva una vitalidad y memoria envidiables. Lamenta que la reivindicación haya llegado un tanto tarde para su galán.
"El reconocimiento merecido llegó con Valle, quien desde su programa radial y sus producciones lo recuerda permanentemente; le debemos mucho".
Nació en Ingeniero White, puerto de Bahía Blanca. Desde los ocho años de edad estudió teoría, solfeo y violín con su tío Aliveo Crudelli. integró la orquesta de Aníbal Troncoso, y ya en Bahía Blanca la que dirigía Luis Bonnat, quien le enseñó a tocar bandoneón, perfeccionándose con Antonio Ríos. Debutó como vocalista en dicha orquesta bahiense. Y corría 1967 cuando obtuvo el segundo lugar entre los intérpretes vocales en el certamen del Festival de La Falda.
Dos años después llegó a Buenos Aires, participando en el concurso del programa Grandes Valores del Tango: dadas sus condiciones, fue separado de la competencia ofreciéndole Canal 9 un contrato por tres años. Actuó luego en El Bulín de la Calle Ayacucho,.Fue figura en Malena al Sur y El Viejo Almacén: allí, pudo estimarlo el público más exigente, fue un barítono que imprimía gran fuerza y dramatismo en sus interpretaciones, sin caer en ningún exceso. Además, cuando lo escucha con atención y detenimiento, descubre que no le faltaba ductilidad y que muchas veces, su dramatismo era un lamento romántico En 1977 fue figura central en la boite Mimo's. Cantó, también, en los recitales de Radio Municipal, en los programas de Canal 7, y como artista invitado con la orquesta de Osvaldo Piro, con la que registró sus interpretaciones para el disco.
Canto con la orquesta de Carlos Garcia y fue nada mas y nada menos que el ultimo cantor del bandoneón mayor de Buenos Aires: Anibal Troilo.
Su versión del tango “Te llaman Malevo” (Troilo y Expósito) fue la cortina musical de la novela Malevo que emitiera canal 9 con rotundo éxito entre los años 1972 y 1974 escrita por Abel Santa Cruz y protagonizada por Rodolfo Beban y Gabriela Gilli.