sábado, 31 de mayo de 2014

JUAN CARLOS COBIAN “EL ARISTOCRATA DEL TANGO”

Hay, entre tantas casas perdidas en el tiempo, una que en Bahía Blanca adquiere una dimensión singular.
Estaba ubicada en calle Moreno al 300, a pocos metros de la esquina con calle Castelli, y en ella vivía, desde fines del siglo XIX, la familia de los Cobián. En ella vivió, llegado junto con su familia desde Pigué cuando tenía 3 años de edad, quien sería uno de los grandes compositores y ejecutantes más destacados del tango: Juan Carlos Cobián. Luego de completar la escuela primaria y estudiar música en el Conservatorio Williams, Cobián se marchó a la Capital Federal, para probar suerte con su pasión musical. Era apenas un adolescente, pero su nombre se grabaría para siempre entre los grandes creadores del tango. Luego de mucho trajinar, Cobián encontró un ladero de lujo en Enrique Cadícamo, con quien compuso, entre otros temas, los tangos Los Maredos, Nostalgias y La Casita de Mis viejos. Precisamente este último tema da cuenta a esta historia. Porque la letra de La Casita...fue escrita por Cadícamo en referencia a la particular historia de Cobián, quien tras alejarse de Bahía Blanca en 1913 no regresó sino luego de 22 años , para visitar a sus padres, en 1935. La historia recién se hizo pública en 1976, cuando en una nota en TV el propio Cadícamo señaló que la letra del tango estaba inspirada en ese hecho. Ese mismo año, un periodista de La Nueva Provincia se acercó al lugar para conocer la de pronto "singular" casona y solo encontró...escombros: había sido demolida unas semanas antes para dar lugar a la construcción de un edificio en altura. Para la historia, la modesta referencia histórica que al menos da cuenta al ocasional transeúnte de tan  trascendente circunstancia.

"Vuelvo vencido a la casita de mis viejos,
cada cosa es un recuerdo que se agita en mi memoria,
mis veinte abriles me llevaron lejos...
locuras juveniles, la falta de consejo.
Hay en la casa un hondo y cruel silencio huraño,
y al golpear, como un extraño,me recibe el viejo criado...
Habré cambiado totalmente, que el anciano por la voz
tan sólo me reconoció.Pobre viejita la encontré
enfermita; yo le hablé
y me miró con unos ojos...Con esos ojos
nublados por el llanto
como diciéndome porqué tardaste tanto...
Ya nunca más he de partir
y a tu lado he de sentirel calor de un gran cariño...
Sólo una madre nos perdona en esta vida,
es la única verdad,
es mentira lo demás"
(De La Casita de mis Viejos, fragmento, 1932, Cobián y Cadícamo)

Juan Carlos Cobián :fue un auténtico evolucionista del tango, tanto en su calidad de
ejecutante como de compositor. Como pianista, fue el primero en llenar con adornos en los bajos de los silencios de la melodía –procedimiento que sería luego sistematizado por Francisco De Caro-, además de su delicadeza en la interpretación.
Como compositor es, junto con Enrique Delfino, el creador del denominado "tango-romanza"; en 1917 este último produjo "Sans Souci", y Cobián, "Salomé", con los que abrieron el camino para el tango de avanzada. A tal punto fue un evolucionista Cobián que las editoriales le rechazaban sus tangos iniciales por considerarlos "mal compuestos". La realidad es que estaban muy por encima de la música popular de la época.
Nació lejos de la ciudad que lo consagró, en Pigüe (provincia de Buenos Aires), el 31 de mayo de 1896 –hijo de Manuel Cobián, español, y Silvana Coria, argentina- y ya de pequeño se sintió irresistiblemente atraído por el piano de su casa, que tocaba su hermana Dolores, cuando ya la familia estaba radicada en Bahía Blanca. Admirada por lo que los dedos del pequeño conseguían arrancarle al teclado, Dolores influyó con los padres para que lo hicieran estudiar música. Así ingresó Juan Carlos en el Coservatorio Williams de esa ciudad, donde tuvo como profesor a Numa Rossotti, quien a su vez, fue alumno de Vincent d'Indy, en París, donde llegó a estrenar la "Berceuse heroïque", de Debussy.
En 1913, ya recibido, Cobián arribaba a la ciudad de Buenos Aires, y se ganaba sus primeros pesitos como pianista en un oscuro trajín por una cervecería alemana y varios cines, en los que ponía la cuota de música al silencio de las películas.
De allí pasó a tocar con uno de los más cotizados bandoneonistas del momento, Genaro Espósito, en un trío que completaba el violinista Ernesto Zambonini, autor de "La clavada" y hombre de facón al cinto. Juan Carlos estaba en la vereda opuesta de este músico: era el típico "cajetilla" al que le bastaban sus certeras trompadas, generalmente por cuestiones de polleras, ya que siempre fue un mujeriego empedernido.
En 1916, integró un trío con Eduardo Arolas en bandoneón y Tito Roccatagliatta en violín, en el escenario del cabaret "Montmartre", que compartían con Pepita Avellaneda, la primera mujer que cantó tangos en público.
Ese mismo año era el de su servicio militar, que postergó por decisión propia y que debió cumplir forzosamente tres años más tarde, generalmente bajo arresto; no por nada compuso entonces su luego famoso "A pan y agua". Pero para entonces ya eran conocidos sus tangos iniciales: "Salomé", "El motivo", "Mano a mano" (que luego, a raíz del éxito del homónimo escrito por Gardel, Razzano y Flores, retituló "Viejo bandoneón"), "El orejano", "El botija", "La catanga", "Sea breve", "El trino", "El gaucho" y quizá algún otro.
Posteriormente, pasó a la orquesta de Arolas y luego formó trío con Ricardo González "Muchila" (bandoneón) y Julio Doutry (violín).
Gaby,Galo y J. Valle homenaje en Pigüé
Después de algo más de un año bajo bandera en el Regimiento 2 de Infantería, obtuvo la ansiada baja y continuó con su vida normal, es decir, la que ocurría al amparo de las sombras nocturnas, entre buenos tangos, buen whisky y buenas minas.
En 1922, integró el sexteto de Osvaldo Fresedo, con el que estrenó su bellísimo "Mi refugio", en el "Abdullah Club". Meses más tarde, al retirarse Fresedo de ese escenario, el gerente de la casa le propuso formar su propio sexteto. Y así lo hizo, con Pedro Maffia y Luis Petrucelli (bandoneones), Julio De Caro y Agesilao Ferrazzano (violines), Humberto Constanzo (contrabajo) y, por supuesto, él en el piano. No le duró demasiado tiempo: en 1923 dejó todo y corrió detrás de una dama hacia los Estados Unidos.
Poco antes, Julio De Caro se había alejado del conjunto por un malentendido con el director, y se llevó a Maffia y Petrucelli, es decir, la mitad de la formación. De Caro sumó a sus hermanos Francisco (piano) y Emilio (violín) y a Leopoldo Thompson (contrabajo) para constituir el famoso sexteto que revolucionaría definitivamente la ejecución del tango.
En el país del norte, se vio obligado a tocar jazz –alternando con alguno que otro tanguito– con su "Argenine Band"; secundó al "crooner" Rudy Vallée y puso música a los sofisticado cortes –o lo que fueran– de Rodolfo Valentino.
Fue en esas latitudes donde compuso los tangos "¿Me querés?", "Ladrón", "Vení... vení" –los tres con letra del mexicano Luis Spúlveda–, el célebre "Nostalgias" y el son "Yes or no?" ("¿Sí o no?"), con versos de Al Stillman.
Otros de sus tangos son "Biscuit" (letra de F. Warley), "Los dopados" (Raúl Doblas y Alberto Weisbach, luego retitulado "Los mareados", con letra de Enrique Cadícamo), "La casita de mis viejos", "Gitana", "El cantor de Buenos Aires", "Shusheta", "Dolor milonguero", "Piropos", "Pico de oro", "Niebla del Riachuelo", "Hambre", "Rubí" (los diez con letra de Cadícamo), "Es preciso que te vayas" (Celedonio Flores), "Volvé a mi lado", "No me cortes las alas", "Has cambiado por completo" (los tres con Enrique Dizeo), "La noche de los dos", "Monedita de plomo" (ambos con letra propia) y muchos otros.
Además, Cadícamo versificó los ya mencionados "Salomé", "Viejo bandoneón", "Nostalgias" y "A pan y agua"; Pedro Numa Córdoba, "Mi refugio" y Pascual Contursi, "El motivo" (que también llevó unos versos no divulgados de Cadícamo).
Harto del whisky falsificado de los gángsters y de tener que alternar el jazz con el tango, regresó de los Estados Unidos en 1928.
Formó una orquesta que tuvo como vocalista a Francisco Fiorentino; dirigió luego, una agrupación de jazz; tocó en el Trío Nº 1, con Ciriaco Ortiz (bandoneón) y Cayetano Puglisi (violín); volvió a organizar su típica; regresó a los Estados Unidos –donde permaneció hasta 1943– y continuó, aquí al frente de su orquesta, con la que actuó en Radio El Mundo.
Luego, "se alejó de la actividad musical voluntariamente, recluyéndose en su modesto departamentito de la calle Montevideo", según recordaba ese maestro de historiadores que fue Luis Adolfo Sierra.
El 10 de diciembre de 1953, dejaba este mundo. Tenía 57 años, pero había conocido la vida como si acabara de cumplir un siglo. "¿Había algo que hacer en la tierra después de haberlo conocido todo?", dijo al respecto Enrique Cadícamo, su colaborador de siempre.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Las huellas de la inmigración italiana en el tango

El inmigrante italiano trajo el bagaje de una cultura y valores milenarios y como condición innata su alma de artista. Se caracterizó por su capacidad para amoldarse velozmente a las pautas de la sociedad argentina, creando no sólo fuertes mecanismos de convivencia, sino también, haciendo suyos los símbolos, las costumbres y el habla de la tierra adoptiva. Es decir la inmigración italiana, más que un proceso de adaptación a las costumbres y culturas preexistentes entre los argentinos, hizo un proceso de fusión. No ocurrió lo mismo con otras corrientes migratorias que pusieron su empeño en mantener su identidad. La gravitación de la inmigración italiana en los usos, costumbres, lengua, ideas políticas y desarrollo cultural de la Argentina es irrefutable. 
El tango no fue ajeno a esa influencia, a pesar que algunos investigadores no coincidan en esta apreciación. Las estructuras musicales que han conformado el tango tal como hoy se conoce, han sido muchas y muy variadas. La tríada payada-milonga-tango van entretejiendo ritmos, cadencia y poesía hasta alcanzar su expresión definitiva en el tango: resultante cultural -artística, musical y literaria- de un largo proceso. 
La guitarra, introducida por los conquistadores y jesuitas, fue el instrumento preferido por el gaucho para acompañar con una melodía sencilla y casi monótona su poesía cantada e improvisada (payada); siendo lo principal la expresión oral y no la música. A comienzos de 1880 la milonga ocupó un lugar destacado en el gusto popular, en su esencia parecida a la payada; con la diferencia que esta era propia del gaucho payador y la milonga lo era del compadraje de la ciudad y la campaña. Así como matriz o en forma paralela, la milonga y la payada se encuentran en la génesis del tango. 
A pesar de haber similitudes coreográficas con el candombe, no se pueden verificar en el tango una ascendencia negra en su raíz musical. Nunca hubo un instrumento de percusión (panderetas, tambores, bongoes, tumbadoras, bombos) en los conjuntos iniciales en los albores del tango. Pero sí abundaron las flautas, los violines y las arpas y más tarde el piano y el bandoneón. Todos estos instrumentos europeos y la mayoría de ascendencia itálica. 


A partir de 1880, con la llegada de los inmigrantes, se genera una significativa transformación cultural, por un lado un fortalecimiento del espíritu criollo (circo criollo -o nacional o porteño-, tango criollo, tango argentino, payada urbana y, por otro lado, la inclusión de la cultura de la inmigración, presente en el lunfardo, el sainete y el tango). Sin dudas una de las fuentes más gravitantes en la formación del tango, fue el aluvión de inmigrantes italianos que trajo gran cantidad de músicos, algunos de formación académica, de conservatorio, otros, los intuitivos, los que a pesar de no saber la escritura musical, tenían una gran habilidad natural para expresarse a través de sus instrumentos.
El desarrollo inicial del tango fue casi simultáneo en Buenos Aires y en otras ciudades del interior, donde la inmigración italiana fue preponderante. Así, en la ciudad de Rosario, según la crónica del diario La Capital del 22 de junio de 1905, el músico italiano José Baracco estrenó en el café Martín, a toda orquesta, la pieza Agarrate Catalina, constituyendo así el tango más antiguo registrado en Rosario compuesto a fines del siglo XIX y un suceso musical que perduró varios años. Otro maestro italiano, el profesor Pascual Romano, llegado a la Argentina en 1887 y radicado de inmediato en Rosario, compuso también un tango primitivo ¡Qué flechazo!. 
En la ciudad de Córdoba, se radicaron los maestros de música italianos Rafael Fraccasi y Alfredo Seghini y fueron autores de tangos inaugurales en los primeros años del 1900 y directores de los más renombrados conjuntos tangueros cordobeses de las primeras décadas del siglo XX. 
Jorge Luis Borges y Daniel Vidart hacen responsables a la inmigración italiana de la supuesta tristeza del tango, que podría originarse por la fuerte presencia de italianos en el barrio La Boca que aportaron con la romanza ese dejo de tristeza y nostalgia propia del desarraigo. En la revista Caras y Caretas del 7 de febrero de 1903, apareció un artículo titulado "El Tango criollo" donde se adjudica al italiano acriollado en el barrio de la Boca ser el más fiel cultivador del tango desde sus orígenes.
En las letras de los tangos se mezcla la poesía de Evaristo Carriego, Almafuerte, José Ingenieros y otros con el “lunfardo” vocabulario que se originado en el idioma italiano y sus dialectos. Esas letras de tango que tuvieron un tratamiento dispar para el inmigrante italiano; a veces aparecía de modo pintoresco, al igual que en los sainetes de la época, expresándose en su media lengua (mitad dialectos regionales, mitad española) y en otras nostálgico, doliente, trágico y efusivo; pero siempre como fiel prototipo del fenómeno inmigratorio. 
El inmigrante italiano contribuyó a consolidar la estructura musical de tango a través de los muchísimos músicos llegados a fines del siglo XIX y principios del XX, que tenían sólidos conocimientos musicales, que se sumaron no sólo a la interpretación sino a la creación tanguera. Otros pasaron al pentagrama tangos, con el agregado de algunas partes -reminiscencias de canzonetas y romanzas- que les dieron ese toque de belleza perdurable a través de los años.

Entre los muchos que dejaron su aporte al tango, se podrían mencionar: Amleto Vergiatti (Julián Centeya), autor de libros y de letras de tango; Luis César Amadori, autor de tangos y cineasta; Mario Battistella, poeta tanguero; otros lo hicieron a través de la interpretación del tango como Ignacio Corsini Siciliano, Alberto Marino (A. Marinaro), Alberto Morán (Remo Recagno). Fueron hijos de italianos, Armando y Enrique Santos Discépolo (su padre, Santo, fue director de bandas y compositor); Vicente Greco, Ernesto Ponzio, Augusto P. Berto, Pascual Contursi, Roberto Firpo, Juan Maglio “Pacho”, Francisco Canaro, Francisco Lomuto, los hermanos De Caro, Carlos Di Sarli, Juan D´Arienzo, Astor Piazzolla, Pedro Maffia, Jorge Casal (S. Pappalardo), Ricardo Tanturi, Enrique M. Francini, Osvaldo Pugliese, Homero Manzi (Manzione Prestera), Federico Scorticatti, Rodolfo Biaggi, Osvaldo Ruggiero, Alfredo de Ángelis, Ángel D´Agostino, por mencionar algunos de los tantos…..
En el tango se evidencia esa fuerte confluencia de culturas que a lo largo de los tiempos y en tierra argentina tomaron formas y expresiones propias, a punto tal de crear lo autóctono.

lunes, 19 de mayo de 2014

Ruth Durante :La cantante vedette

Una cantante con espíritu de vodevil. La Polaca reivindica su peculiar estilo de «cantante vedette», que inició en 1971, y afirma sentirse continuadora del estilo de Roberto Goyeneche.
Nos citamos en una confitería próxima a su casa en el pasaje Finochietto. La cuadra es corta y al fondo asoma el paredón que la divide con ese primer puente de Constitución y, a sus pies, «fragor de trenes que tejían laberintos de hierro» que describió admirablemente Jorge Luis Borges en “Mateo XXV 30”.
Allí, en ese barrio, el silbido de las locomotoras se confunde con el ladrido de los cuarenta y siete perros que, igual que Cátulo Castillo, aloja nuestro personaje en su vivienda como resabio de la localidad campera que la vio nacer.
Ruth Durante, que de ella se trata, balcarceña y de un hogar humilde y agricultor, era de las que soñaba junto al receptor con ser actriz y acceder a la fortuna y la bonanza económica que suponía tan sólo reservada a los comediantes.
En 1957, Radio Belgrano y la revista Radiofilm propiciaron un concurso para noveles cantantes, y Ruth, que jamás había interpretado tangos, provista de la partitura de “Bailemos”, se presentó en la emisora para competir. El pianista Miguel Nijensohn, que probaba a los postulantes, casi la rechaza por suponer que era una profesional; pudo continuar y así llegó a las semifinales en el Teatro Comedia, donde perdió en medio de una gran batahola.
Pero si bien no obtuvo el premio mayor, logró que Orestes Lacquanitti, director artístico de la radio, la propusiera para la orquesta de Héctor María Artola, compartiendo rubro con Carlos Yanel (hoy Siro San Román) y luego a la Orquesta Símbolo Osmar Maderna, dirigida por Aquiles Roggero, con la que grabó un inhallable “No, no llores más”.
En 1971, se jugó por el cartel propio y desde entonces es solista. Un año después se presentó en el Lincoln Center, de Nueva York, con la batuta de Mariano Mores.
De ahí en más, las grandes casas porteñas la contaron como figura: Caño 14, Relieve, Michelangelo, Karina, King y, fundamentalmente, Karim, donde se presentó durante quince años consecutivos, junto a baluartes como Aníbal Troilo, el Quinteto Real y fundamentalmente Roberto Goyeneche. Con el Polaco inauguraron la primera tanguería en Mar del Plata y, una noche en que Ruth revoleaba su larga cabellera roja, enfundada en su vestido transparente, un espectador le gritó «¡Grande, polaca!», y de ahí en más Héctor Gagliardi la bautizó así.
Participó en 1977, en el tercer festival del tango de La Falda (Córdoba), junto a Floreal Ruiz, Raúl Lavié, María de la Fuente, Héctor Varela, Mercedes Simone y Ángel Cárdenas.
Ella se siente continuadora del legado de Goyeneche, como decidora del tango, en el énfasis de las grandes letras del género.
También resalta su condición de “cantante vedette”, y el vestuario desenfadado y revisteril de escotes profundos, lentejuelas y tacos altos que lució en el Teatro Maipo junto a Jorge Porcel y Nélida Roca, y luego en España, contratada por Luis César Amadori.
A raíz de su desparpajo percibe que es resistida, pero la Durante, por taurina y empecinada, persevera en el estilo y un repertorio no ortodoxo, por ejemplo, “Y no puedo olvidarte”, éxito de su admirado Alberto Morán.
Grabó un solo disco larga duración, hace ya 27 años (1970), para el sello RCA-Victor (CAL-3244), junto a Cacho Tirao, Hugo Baralis, Néstor Marconi y Omar Murtagh, entre otros, con títulos de antología.
Su faceta dramática la condujo también al bolero, “La noche de anoche” y “Cuánto te debo”, por caso, resultando una verdadera revelación. Y a páginas de otro género, por ejemplo, el vals peruano “Odiame”, que interpreta admirablemente sentada en una banqueta junto a su fueye y una luz mortecina. Eso acontece en el local La Cumparsita, de Chile y Balcarce, siempre a full, mientras revolea su mano cargada de perlas y la mata rubí de su testa.
Porque la “polaca” Ruth es así, Lola Flores del dos por cuatro, vehemente y dramática como un cante jondo, que cuenta sus tangos igual a la voz de un bandoneón y entre esos pliegues guarda las plenitudes de su alma.
En los últimos años actuó en Mar del Plata, en el Café Orión, en la compañía musical Tango Bravo Club, dirigido por Daniel Canales y con la actuación de Rubén Cané.

   Felipe Yofre.  Publicado en el diario La Nación, el 29 de junio de 1997. 

lunes, 12 de mayo de 2014

OSVALDO ROJAS:"AQUEL CANTOR DE MI PUEBLO"

El próximo sábado 17 de mayo a las 21,30 hs el cantor Osvaldo Rojas se presentará en el Café Histórico de Bahía Blanca (Av. Colón 602), en la segunda entrega del Ciclo de Tango “Remembranzas” producido por José Valle para Dandy Producciones y su nutrido proyecto “Bahía Blanca NO Olvida”.
Se trata de la reaparición en escena del reconocido vocalista después de larga ausencia, ofreciendo su espectáculo “El cantor de mi pueblo”, una muestra de sus mejores canciones junto al Trío Arrabal Amargo, con el preámbulo de Juan Carlos Deambrossi quien ofrecerá páginas tradicionales de la música ciudadana.
Osvaldo Rojas nació en Rosario, provincia de Santa Fe y allí hizo sus primeras armas con el tango en la Orquesta de Julio Conti. Trasladado a la Base Naval Puerto Belgrano para realizar el servicio militar, se aquerenció con Bahía Blanca y jamás la abandonó. Participó inicialmente de la orquesta Típica Buenos Aires de Punta Alta dirigida por el Sub-Oficial Roberto Morel y luego con la Típica Martínez-Meloni (donde el querido “Gallego” Martínez oficiaba de bandoneonista, director y arreglador). Más tarde llegaría a las formaciones de Mario Grossi y Lucio Passarelli, y sería acompañado por Volpe y las guitarras “Bahía Trío” y “El Cuerdazo”.
Rojas fue compañero de escenario de Roberto Achával, cuando éste aún era conocido como Cacho Randall y se desempeñaba en la orquesta de Luis Bonnat como violinista. El primer encuentro sucedió en los tradicionales carnavales que se realizaban en el Salón de los Deportes. La noche forjó entre ellos una sincera relación que se prolongó hasta la llegada de “Cacho” a Buenos Aires donde compartieron noches de trabajo y bohemia en ocasiones que Rojas visitaba como invitado los boliches de tango porteños.
Osvaldo no sólo se dedicó a cantar sino que ofició de productor de espectáculos tangueros desde su peña “Mi Botica” (Darregueira y Av. Colón) donde los cantores de Buenos Aires que recalaban en la ciudad tenían cita incondicional.
Rojas sumerge al oyente en un repertorio poco “fatigado” donde las imágenes trasladan a un territorio en el que el aroma de glicinas y malvones y un cielo nocturno poblado de estrellas invaden el barrio del recuerdo, transido de melancolía. Paul Gaughin, el gran pintor del post impresionismo francés decía metafóricamente: "Cierro los ojos para ver". Así puede escucharse a Rojas y ser transportado a un tiempo adolescente, romántico y dulzón. Su voz no es especialmente caudalosa, su canto es espontáneo y sin adornos, con la única pretensión de comunicar los sentimientos más entrañables. Osvaldo supo crear y perfeccionar un estilo sobrio e intimista, muy personal engalanado por su gran prestancia frente al micrófono: esbelto, respetuoso y elegante.

viernes, 9 de mayo de 2014

UN 09 DE MAYO DEL 2007 PASABA A LA INMORTALIDAD EL GRAN TITO REYES

Tito Reyes, la última voz que grabó con Aníbal Troilo, murió a los 79 años víctima de una infección
pulmonar. Estaba internado en el Hospital Pirovano, donde falleció el 9 de mayo a las 8 de la mañana. Había nacido el 28 de febrero de 1928 en Puente Alsina, hijo de una lavandera napolitana. 

"Mi papá construyó la casa de madera y chapa donde vivíamos —evocaba el cantor—, elevada un metro y medio sobre el nivel del suelo, porque en esa época Valentín Alsina se inundaba muy frecuentemente. Cuando Homero Manzi dice: 'Pompeya y más allá la inundación', está nombrando a Puente Alsina, porque Pompeya no se inundaba. Ahí me crié muy pegado a mi mamá y mis hermanos". 

Tito Cosme Sconza se hizo cantor en un café —La colmena—, en rondas de copas y guitarra. Tenía 15 años cuando se dio cuenta de que "podía chorear con la gola". Era plena época de oro del tango —1943—-, y la juventud de los suburbios se embriagaba de orquestas y milongas. "Yo en realidad descubrí el tango gracias a Radio Colonia. Bah, el tango: descubrí a Gardel. Había una audición que pasaba sólo temas cantados por él. Así aprendí a cantar. Bien de chiquito. Cada tango de Gardel era una terrible clase de vocalización...". 

Antes y después de Aníbal Troilo, Tito Reyes también tuvo vida. Antes, como cantor de serenatas y peregrinando con el guitarrista Héctor Arbello por el interior del país. Después, con Baffa, en Caño 14 y El Viejo Almacén. Tras un largo ostracismo melancólico, a los 68 años grabó un disco con temas que cantaba Gardel y que iban desde los trajinados Volver y Mano a mano hasta bellezas como Una lágrima, Duelo criollo y Silbando. El disco se tituló precisamente Un tributo a Carlos Gardel y, pese a tratarse de un trabajo destacable, Reyes sostenía: "Lo malo de este disco es que va a competir con mis grabaciones con Troilo. Pero está bien. Un tipo que tiene una telaraña en la garganta no canta como canto yo después de tanto tiempo de inactividad". 

En los últimos años había vuelto a cantar. "Creo que estoy pasando por mi mejor momento artístico", aseguraba en febrero en su última entrevista con Clarín, en su departamento de Villa Lugano, donde vivía con Laura, su mujer. En esa ocasión deslizó una singular teoría sobre su público: "Soy un triunfador con admiradores desorganizados, repartidos en la Argentina y otras partes del mundo, sin nadie que los convoque. Igual, me siento un hombre de barrio, tengo la cultura de la calle". Estuvo cantando hasta hace un par de meses en el boliche Pigmalión. Y aseguraba que estaba preparando un nuevo disco. No pudo ser. Quedan por ahí grabaciones desperdigadas que ahora más que nunca esperan salir a la luz

lunes, 5 de mayo de 2014

HOMENAJE A ANIBAL TROILO Y OTRAS YERBAS EN PUNTA ALTA

  Troilo Y Achával
 Una CENA - SHOW - DEBATE, muy especial, relacionada con el CENTÉSIMO aniversario del nacimiento de ANÍBAL TROILO y otros temas tangueros se realizará, el día sábado 10 de mayo del cte. año, a las 21.00 hs. en la calle 9 de julio 522,sede de la agrupación “GOMÍAS Y GOTÁN” de Punta Alta.
En la oportunidad se exhibirá en PANTALLA GIGANTE una película/documental con la historia, vida y obra de ANÍBAL TROILO, prologada por la Presidenta de la casa municipal del tango, Prof. OLGA GIL.
Se contará con la presencia de la señora JUANA DODERO, viuda de ROBERTO ACHÁVAL, último cantor de la Orquesta de ANÍBAL TROILO, quien contara anécdotas de la orquesta y de la intervención de su esposo, etc. y nos acompañará la señora MARIEL ESTRADA, quien se referirá a aspectos de la vida y obra de MARIO IAQUINANDI - (Autor de : Contame una historia), también, con el destacado productor a nivel nacional JOSÉ VALLE, quien expondrá sobre diversas temas, relacionado con el tango, sus intérpretes y sus orquestas.
La  consagrada cancionista GABY, “LA VOZ SENSUAL DEL TANGO”, brindará un show  interpretando las obras del gran "Pichuco"
Gaby

Concurrirán también los destacados investigadores de la vida y obra del señor CARLOS GARDEL, don CARLOS BENÍTEZ y don FRANCISCO CABEZAS.
Ambos, contestaran preguntas y disertaran brevemente sobre temas relacionados con el recordado y querido ZORZAL CRIOLLO, acompañando sus intervenciones con fotos y videos en PANTALLA GIGANTE.
A la Sra. JUANA DODERO Y al Sr. JOSÉ VALLE - se los homenajeará con un reconocimiento y presentes.
Finalmente habrá comentarios, preguntas y debate libre.
CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE ANIBAL TROILO:la serie de homenajes a la que han adherido más de 170 ciudades de todo el mundo entre ellas: Aarhus, Almirante Brown, Apulia, Arica, Bahía Blanca, Barcelona, Belén Do Pará, Belo Horizonte, Berlín, Bilbao, Bonn, Boston, Bregenz, Bruselas, Buenos Aires, Cabarias, Cali, Chicago, Chipolletto, Colonia del Sacramento, Colonia (Alemania), Copenhague, Córdoba, Distrito Federal (México), Fortaleza (Brasil), Edimburgo, Estambul, Estocolmo, Eupen, Filadelfia, Granada, Guayaquil, Hamburgo, Helsinki, Jakarta, Jerez de la Frontera, Jerusalén, Justo Daract, La Falda, La Paz, La Plata, Las Piedras, Las Vegas, Lima, Londres, Los Angeles, Luján, Maastricht, Madrid, Malmó, Mar del Plata, Medellín, Mendoza, Montevideo, Montreal, Monterrey, Neuquén, Nueva York, Palermo, Paraná, París, Passo Fundo, Pinamar, Porto Alegre, Praga, Pigué, Punta Alta, Punta del Este, Quebec, Quilmes, Rafaela, Río de Janeiro, Rosario, Salto, San Juan, San Juan de Puerto Rico, San Luis, San Petersburgo, Santiago, Sao Paulo, Seinajoki, Sevilla (España), Sofía, Sydney, Tacuarembó, Tel-aviv, Tokio, Trieste, Valparaiso, Venecia, Viena y Washington.
Hay tres acontecimientos que deben tener mención muy especial. El primero, la Digitalización de los arreglos de la Orquesta de ANIBAL TROILO: por una idea de Juan Carlos Cuacci, el Profesor Javier Cohen está coordinando y digitalizando toda la obra escrita de los arreglos de PICHUCO. Un trabajo artesanal y puntilloso para rescatar la memoria musical de la Orquesta de ANIBAL TROILO. En este trabajo participan alumnos del área de TANGO de la Escuela de Música Popular de Avellaneda (EMPA); son más de 450 arreglos que Zita Troilo conservó durante años como acervo familiar.
El Segundo, íntimamente ligado con el primero, es la filmación del Documental “PICHUCO” de Martín Turnes, donde se muestra en paralelo a la digitalización, testimonios de músicos contemporáneos a él y de quienes sin haberlo conocido gozan hoy de su obra y la interpretan.
Finalmente, destacamos  la inauguración de tres monumentos a Aníbal Troilo tallados en madera por el escultor medanense Celso Biondo que serán colocados en el mes de julio en las ciudades de Bahía Blanca, Pigué y Punta Alta.
Más información en la web oficial www.troilo.com.ar