El cierre del Segundo Festival Nacional de Tango de Monte Hermoso tuvo lugar en en el Centro Cultural , el domingo 22 de la mano de Muñecas Bravas, el trío integrado por Paula Barrio, Florencia Albanesi y Gaby “La voz sensual del tango” acompañadas por Víctor Volpe en piano.
Las chicas dieron cátedra de buen humor y profesionalidad, con logradas interpretaciones, gran ductilidad para los diferentes ritmos que contempla la música ciudadana, espontaneidad y buen gusto. El show, que se extendió por unos 75 minutos, hizo reír a carcajadas y emocionar, culminando con un reiterado bis a pedido del público que no dejaba retirar a las artistas del escenario.
Es que Muñecas Bravas ha logrado una comunicación con la gente pocas veces vista. Con recursos sencillos pero efectivos, buen libreto, afinadas voces y mucho talento, Gaby, Florencia y Paula encuentran la llave de los corazones tangueros.
El balance de esta fiesta del tango es sumamente positivo, cada vez son más los artistas y las personas que se suman a participar de las actividades, con renovado entusiasmo y mucho apego por “lo nuestro”. Esa es la idea. Que el tango sea considerado parte de lo popular es un derecho de nuestra música ciudadana y un deber de las políticas culturales; Monte Hermoso lo ha comprendido así y nos alegramos de ello.
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martes, 24 de febrero de 2015
Inauguran un monumento a Carlos Gardel En Monte Hermoso
El viernes 20 de Febrero a las 18 horas iniciaron las actividades del 2do Festival Nacional de Tango de
Monte Hermoso con una interesantísima conferencia sobre “Gardel y las mujeres” ofrecida por el Ing. Carlos Benítez, historiador, coleccionista y profundo admirador del zorzal criollo. Un repaso por las novias oficiales, los amoríos pasajeros y las amantes platónicas que signaron la historia del morocho del Abasto fueron motivo de sonrisas y sorpresas en el repleto Centro de Convenciones.
Benítez dedicó su exposición a Juan Carlos Schimizzi Seibel, quien fuera su querido amigo, y que aquella tarde también fue reconocido por el Centro de Estudios y Difusión de la Cultural Popular Argentina. El Presidente de esta entidad y Director del Festival, José Valle, hizo entrega de una medalla y diploma in memorian a la familia de Schimizzi: su viuda Pety y su hijo Fabián que asistió con su esposa y agradeció con emocionadas palabras el recuerdo de su padre.
El CEDICUPO hizo lo propio con el Intendente de Monte Hermoso, otorgándole un reconocimiento por su apoyo a la cultura popular. Marcos Fernández agradeció a todo su equipo de trabajo y las diferentes áreas involucradas en la organización del festival y recalcó la intención de difundir la música argentina y mantener dentro de la oferta cultural de la ciudad un festival de folklore y uno de tango como este verano.
En compañía de autoridades, artistas, la 2da Reina Nacional del Tango, Denisse Carrero y la 2da Princesa del tango 2014, electas en el Festival Carlos Di Sarli de Bahía Blanca, los tangueros presentes y otros que se sumaron en el camino se dirigieron a Peatonal Dufaur donde quedó oficialmente inaugurada la primera escultura en conmemoración del 80 Aniversario del fallecimiento de Carlos Gardel en el accidente de Medellín. En sólo la primera jornada del Festival, fueron cientas las fotografías que se tomaron junto a la figura del inolvidable cantante. Seguidamente, en la misma peatonal inició una clase práctica de baile, ofrecida por los bailarines Natalia y Gustavo, quienes, además, deleitaron a los presentes con dos excelentes coreografías que abrieron la pista a la milonga callejera animada por el trío de Juan Carlos Polizzi, integrado por su director en piano, Eduardo Polizzi en bajo eléctrico y Osvaldo Lucero en bandoneón. Decenas de parejas colmaron la intersección de Costanera y Peatonal Dufaur por más de dos horas que sólo fueron interrumpidas para escuchar interpretaciones de la cantante Patricia Báez, quien ofreció piezas de Mores, Manzi, Piana, Gardel, Le Pera, Batistella y Contursi, entre otros.
Dejando un halo de alegría y satisfacción, culminó de esta forma el primer día de actividades en la ciudad balnearia, para continuar el sábado 21 en el Centro Cultural con un bellísimo espectáculo que inició a las 20,30 hs con las voces de Julio Ciccola y Cristina Marinissen, dos voces opuestas y prometedoras del tango zonal. Ciccola con tangos arrabaleros y alguna página de Cacho Castaña; Cristina con tangos tradicionales como “Paciencia” y más modernos como “María de Buenos Aires” junto a baladas románticas que matizaron la noche que marchaba al ritmo del 2x4. El cierre estuvo a cargo del Sexteto Mayor, integrado por jóvenes músicos como ADRIÁN ENRIQUEZ (Piano), LUCIANO SCIARRETA (Bandoneón), PABLO AGRI (violín) y HORACIO ROMO (Bandoneón y Dirección), alguno con mayor experiencia como ENRIQUE GUERRA (Contrabajo) y consagrados en el arte y en la vida, como el simpatiquísimo y talentoso EDUARDO WALCZAK, uno de los miembros fundadores de la agrupación que hizo vibrar el teatro y estallar aplausos en reiteradas oportunidades con sus solos de violín. Tras más de 60 minutos de música, el Sexteto se despidió del escenario con la platea de pie.
Benítez dedicó su exposición a Juan Carlos Schimizzi Seibel, quien fuera su querido amigo, y que aquella tarde también fue reconocido por el Centro de Estudios y Difusión de la Cultural Popular Argentina. El Presidente de esta entidad y Director del Festival, José Valle, hizo entrega de una medalla y diploma in memorian a la familia de Schimizzi: su viuda Pety y su hijo Fabián que asistió con su esposa y agradeció con emocionadas palabras el recuerdo de su padre.
El CEDICUPO hizo lo propio con el Intendente de Monte Hermoso, otorgándole un reconocimiento por su apoyo a la cultura popular. Marcos Fernández agradeció a todo su equipo de trabajo y las diferentes áreas involucradas en la organización del festival y recalcó la intención de difundir la música argentina y mantener dentro de la oferta cultural de la ciudad un festival de folklore y uno de tango como este verano.
En compañía de autoridades, artistas, la 2da Reina Nacional del Tango, Denisse Carrero y la 2da Princesa del tango 2014, electas en el Festival Carlos Di Sarli de Bahía Blanca, los tangueros presentes y otros que se sumaron en el camino se dirigieron a Peatonal Dufaur donde quedó oficialmente inaugurada la primera escultura en conmemoración del 80 Aniversario del fallecimiento de Carlos Gardel en el accidente de Medellín. En sólo la primera jornada del Festival, fueron cientas las fotografías que se tomaron junto a la figura del inolvidable cantante. Seguidamente, en la misma peatonal inició una clase práctica de baile, ofrecida por los bailarines Natalia y Gustavo, quienes, además, deleitaron a los presentes con dos excelentes coreografías que abrieron la pista a la milonga callejera animada por el trío de Juan Carlos Polizzi, integrado por su director en piano, Eduardo Polizzi en bajo eléctrico y Osvaldo Lucero en bandoneón. Decenas de parejas colmaron la intersección de Costanera y Peatonal Dufaur por más de dos horas que sólo fueron interrumpidas para escuchar interpretaciones de la cantante Patricia Báez, quien ofreció piezas de Mores, Manzi, Piana, Gardel, Le Pera, Batistella y Contursi, entre otros.
Dejando un halo de alegría y satisfacción, culminó de esta forma el primer día de actividades en la ciudad balnearia, para continuar el sábado 21 en el Centro Cultural con un bellísimo espectáculo que inició a las 20,30 hs con las voces de Julio Ciccola y Cristina Marinissen, dos voces opuestas y prometedoras del tango zonal. Ciccola con tangos arrabaleros y alguna página de Cacho Castaña; Cristina con tangos tradicionales como “Paciencia” y más modernos como “María de Buenos Aires” junto a baladas románticas que matizaron la noche que marchaba al ritmo del 2x4. El cierre estuvo a cargo del Sexteto Mayor, integrado por jóvenes músicos como ADRIÁN ENRIQUEZ (Piano), LUCIANO SCIARRETA (Bandoneón), PABLO AGRI (violín) y HORACIO ROMO (Bandoneón y Dirección), alguno con mayor experiencia como ENRIQUE GUERRA (Contrabajo) y consagrados en el arte y en la vida, como el simpatiquísimo y talentoso EDUARDO WALCZAK, uno de los miembros fundadores de la agrupación que hizo vibrar el teatro y estallar aplausos en reiteradas oportunidades con sus solos de violín. Tras más de 60 minutos de música, el Sexteto se despidió del escenario con la platea de pie.
El “Tigre del Bandoneón”
“Derecho viejo” fue una de las grandes creaciones de Arolas, dueño de un repertorio calificado donde se destacan verdaderas joyas del género como “La cachila”, “El Marne”, “Rawson”, “Catamarca”, “Comme il faut”, “Maipo”, “Viborita”, “Marrón glacé”, “Una noche de garufa” y el póstumo, el escrito pocos instantes antes de su muerte: “Place Pigall”.
Sobre su calidad de compositor todos los grandes maestros coinciden en destacar que fue realmente notable. Astor Piazzolla, que nunca fue generoso con los elogios, le dedicó un tema que se llama “Juan Sebastián Arolas”, toda una definición de lo que el maestro pensaba sobre su antecesor. Pugliese, Di Sarli, Troilo, Salgán, por mencionar los mejores, siempre incorporaron los temas de Arolas al repertorio. Gabriel Clausi declaró en una entrevista que “Arolas como compositor es la mayor figura del tango de todos los tiempos”. Un crítico no vacila en compararlo con Mozart, sobre todo por su precocidad. Otro crítico dice lo siguiente: “Fue un refucilo, un relámpago, un estruendo que conmocionó a toda una generación de excelentes músicos”.
Lo sorprendente es que Arolas vivió apenas 32 años, pero ese tiempo le alcanzó para componer más de trescientos tangos y para ser la vanguardia en el corazón de la llamada guardia vieja del tango. Algunos temas los compuso de memoria, otros los alcanzó a escribir con la ayuda de otros músicos, su creatividad fue tan desordenada como fértil, tan inspirada como talentosa.
Arolas nació en 1892 en Buenos Aires en el muy tanguero barrio de Barracas. Los que lo comparan con Gardel dicen que tenían en común la pinta, la labia, el don musical y ser hijos de franceses. Quien será reconocido en el futuro como uno de los grandes bandoneonistas se inició curiosamente con la guitarra. Se explica. El bandoneón para esa época recién se estaba ganando un lugar en las orquestas. Arolas fue uno de los pioneros en la tarea de instalar en la orquesta el bandoneón en lugar de la alegre acordeona italiana o la clásica flauta.
Fue fundamentalmente un autodidacta, pero se preocupó por estudiar durante tres años teoría, solfeo y armonía con uno de los grandes músicos de su tiempo: el maestro José Bombig. No había cumplido los veinte años cuando ya era un personaje de la vida nocturna porteña. A su talento musical le sumaba su apostura, el desenfado para seducir a las mujeres y su exquisito vestuario donde se destacaban los guantes con un anillo en cada dedo, los pantalones con polainas, los chalecos dorados, los sacos con trencillas y el lustroso peinado a la gomina.
No sólo cuidaba su vestuario. También se preocupaba por su carrera musical. En 1911, integra el primer trío con Ernesto Ponzio, el temible “Pibe Ernesto”, en violín, y Leopoldo Thompson, en guitarra. Al año siguiente está con Agustín Bardi y Tito Roccatagliatta. Meses después constituye el cuarteto con José Astudillo, en flauta; Emilio Fernández, con guitarra de nueve cuerdas, y Tito Roccatagliatta, en violín
Roberto Firpo lo convoca para actuar en el cabaret Armenonville donde se relacionará con Francisco Canaro. Ya para 1917 es famoso por su calidad musical, su creatividad como compositor y sus hazañas como hombre de la noche. Actúa en Buenos Aires y en Montevideo, es la estrella del famoso Teatro Casino. Sus afanes vanguardistas lo llevan a incorporar a la orquesta el banjo y el saxofón.
Lamentablemente, no han quedado versiones grabadas en buen estado que permitan apreciar su calidad como intérprete. Sobre el tema están los que dicen que no fue un gran bandoneonista, que no se le pueden atribuir aportes importantes al género. Sin embargo, un músico de la calidad de Julio de Caro no piensa lo mismo y afirma que fue el creador del rezongo y el fraseo. En la misma línea, se asegura que Arolas fue el inventor de los fraseos octaveados y lo pasajes terciados a dos manos. También el creador de suaves melodías que transmiten una sobrecogedora belleza.
En homenaje a la biografía, recordemos que hasta 1913 se llamó Lorenzo Arola y le decían “el Pibe de Barracas” como a Osvaldo Fresedo lo conocían como “el Pibe de la Paternal”. En 1913, pasó a llamarse Eduardo Arolas y se ganó el apodo del “Tigre del Bandoneón”. Con ese apodo conquistó la inmortalidad, aunque es atendible suponer que su mayor talento fue el de compositor, un talento insólito por lo precoz, amplio e inspirado.
Quien dispuso de excepcionales condiciones para el arte no las dispuso para la vida privada y el amor. A los grandes artistas les suelen ocurrir estas cosas. Arolas siempre disfrutó de la vida nocturna y de todos sus excesos. Como todos los calaveras, los disfrutó al principio y los padeció luego. Su relación con las mujeres nunca fue serena. Asumió sin complejos su condición de cafisho y hasta se jactaba de ello. Los tangos dedicados a las mujeres no los escribió en homenaje a un amor sino a una pupila, a la de turno.
Sin embargo, a este bon vivant de la noche fue una mujer la que lo precipitó a la ruina. Por lo menos es lo que aseguran sus biógrafos. Como en el más típico drama tanguero, la mujer que amó se fue con su hermano mayor. Dicen que nunca se pudo recuperar de ese golpe. A los machos bravos les suele pasar esas cosas. Decepcionado del amor y de la vida, viajó a París. Ya no era el mismo. El alcohol y las drogas no sólo han minado su salud sino que le impidieron el mínimo de disciplina para actuar en los escenarios de la Ciudad Luz.
En París, es tan famoso como criticado.A su afición al alcohol y las drogas le suma su oficio de cafisho y los riesgos que de allí se derivan. Una noche de 1924, es emboscado por una patota de macrós que le propina una gran paliza y un tiro de gracia. Los amigos para no ensañarse con su memoria dijeron que murió en un hospital víctima de la tuberculosis. No fue así. Murió en la calle y en su ley. Tenía 32 años y le decían “el Tigre del Bandoneón”. Enrique Cadícamo le dedicó un poema a su triste y solitario final: “En esta calleja/ solo y amasijao por sorpresa/ fue que cayó Eduardo Arolas/ por robarse una francesa”.
miércoles, 18 de febrero de 2015
El viernes comienza el Segundo Festival Nacional de Tango de Monte Hermoso
Auspiciado
y Declarado de Interés Cultural por el Ministerio de Cultura de la Nación, el
tango llegará nuevamente a las playas más cálidas del país este verano. La
Municipalidad de Monte Hermoso, la Secretaría de la Tercera Edad, dirigida por
José Abraham, junto a Dandy Producciones han programado interesantes
actividades para el Segundo Festival Nacional de Tango de esa localidad que se
desarrollará los días 20, 21 y 22 de febrero.
El
viernes 20 a las 18 horas se realizará la apertura oficial con palabras del
Director del Festival, José Valle, y autoridades municipales, además de la
entrega de distinciones del Centro de Estudios y Difusión de la Cultura Popular
Argentina. “In memoriam” será para el difusor montehermoseño, Juan Carlos
Schimizzi Seibel, por su labor de apoyo y permanente difusión de la música
ciudadana.
Schimizzi, locutor y poeta residente hasta
sus últimos días en Monte Hermoso, nació en Punta Alta y se radicó en la ciudad
balnearia en 1968 siendo el primer cerrajero del lugar. Su pasión por el acerbo
criollo tradicional hizo que creara el 6 de marzo de 1994 el programa
"Defendiendo lo Nuestro" difundiendo nuestra musica ciudadana y
folklórica. Entre los premios a los que se ha hecho acreedor figura el Galena
2000 y 2001 como el mejor programa en su género organizado por La Plata
Publicidad y el Consejo Deliberante de La Plata, capital de la provincia de
Buenos Aires.
Otro de los reconocimientos que entregará el
CEDICUPO será para el Intendente de Monte Hermoso, Marcos Fernández, por su
apoyo a la cultura nacional y popular ya que, una vez más, apuesta por el tango
en la localidad balnearia para deleitar a turistas y vecinos de la ciudad.
Trío Polizzi y Natalia y Gustavo |
Seguidamente,
en el mismo Centro de Convenciones, el Ing. Carlos Benítez ofrecerá la charla
audiovisual “Gardel y las Mujeres”. Benítez es un incansable investigador de la
vida y obra de Carlos Gardel y Custodio Honorario del Monumento a Gardel en
Punta Alta; ha realizado esta charla en otras ocasiones con muchísimo éxito, ya
que se trata de una temática que despierta interés en el público tanguero
debido al poco conocimiento acerca de la vida privada y amorosa del artista.
El
Ingeniero es, además, coleccionista, reparador y restaurador de radios
antiguas. Egresado en la Universidad Nacional del Sur de Bahía Blanca. Recibió
Capacitación Docente Nivel I en el
Instituto Avanza. Engalanan su currículum los títulos de Subjefe de
Mantenimiento Eléctrico de la Central Termoeléctrica Luis Piedrabuena,
Capacitador personal CTLPB, Jefe de Trabajos Prácticos de la Catedra
Electrotecnia II (Universidad Nacional del Sur), Técnico Clase III Taller
Aeronaval Central, Director EEST N° 1 de Ing. White, Vicedirector EEST N°1 de
Ing. White.
Las
actividades continuarán en Peatonal Dufaur y Costanera; alrededor de las 19
horas se inaugurará un monumento a “Carlos Gardel” en el año del 80 aniversario
del adiós del zorzal criollo. Se trata de la primera conmemoración a nivel
nacional que se realiza con este propósito donde el morocho del Abasto quedará
inmortalizado para el deleite popular.
Patricia Báez |
Emulando
las ya conocidas esculturas donde uno puede sentarse junto a diversas estrellas
en distintas ciudades argentinas, Gardel se encontrará sentado en banco de
plaza, esperando la postal para el recuerdo con risueñas figuras y el bello
paisaje estival del sur bonaerense.
“Buscamos
un monumento realista que uno pueda confundir con el paisaje: a color, en
posición distendida, que llame la atención de quien lo observa e invite a posar
en una fotografía. La experiencia bahiense resultó muy exitosa y junto a las
autoridades locales decidimos seguir esa misma estética en Monte. La autora es
una joven artista, Monona Helguera, no muy popular en la zona, pero realmente
talentosa. Nos ha presentado un proyecto realmente convincente y, como es
nuestra costumbre, intentamos darle lugar a la juventud y todo el que se tome
la actividad cultural con responsabilidad y profesionalidad”, explica José
Valle, coordinador del Festival.
Simultáneamente,
comenzará una clase práctica de baile con la reconocida pareja bahiense
compuesta por Natalia y Gustavo, finalistas en reiteradas oportunidades del
Mundial de Tango de Buenos Aires e impulsores de una de las milongas estables
de la ciudad de Bahía Blanca y la tanguería El Motivo. Tras esta introducción
para que todos se animen a sacarle viruta al piso, llegará el Trío de Juan
Carlos Polizzi para amenizar la milonga callejera que tanto éxito tuvo en la
primera edición del Festival, junto a los Amigos del Tango de Monte Hermoso y
la bella cantante bahiense Patricia Báez, que llegará desde Capital Federal
(donde reside) para sumarse a la fiesta montermoseña.
Estará
presente en la jornada de apertura del 2do Festival Nacional de Tango de Monte
Hermoso, la 2da Reina Nacional del Tango electa en Octubre de 2014 en el 4to
Festival Nacional Carlos Di Sarli de Bahía Blanca, Denisse Carrero.
El Sexteto Mayor engalanará la segunda velada de tango en Monte
Hermoso
La
segunda Jornada del Festival Nacional de Tango de Monte Hermoso 2015 tendrá
como escenario el Centro Cultural de la ciudad, sito en NÉLIDA FOSSATI y
DUFAUR.
Desde las 20 hs se presentarán los cantantes
Julio Ciccola y Cristina Marinissen, dos ascendentes exponentes de la canción
popular que han desarrollado su carrera desde Bahía Blanca con gran proyección
en la provincia de Buenos Aires y el país.
Cristina Marinissen |
El cierre de la jornada será un verdadero
lujo para quienes se sumen a este Festival de Tango. El reconocido Sexteto
Mayor llegará a Monte Hermoso con páginas inolvidables del cancionero del 2x4 y
arreglos personales que marcaron la historia de esta agrupación de elite.
El Sexteto Mayor es un conjunto musical de
tango fundado el 23 de abril de 1973 por Luis Stazo y José Libertella, por
iniciativa de este último. Caracterizado por sus giras anuales, es el conjunto
de tango más famoso del mundo. Ha recibido numerosos premios y fue el primer
conjunto de tango argentino en ganar el Grammy Latino en 2003.
La formación inicial estaba integrada por:
José Libertella, bandoneonista, arreglador y codirector; Luis Stazo,
bandoneonista, arreglador y codirector; Reynaldo Nichele, violinista; Fernando
Suárez Paz, violinista; Armando Cupo, pianista y Omar Murtagh, contrabajista.
Julio Ciccola |
Con excelentes arreglos musicales el
repertorio de tango instrumental que va desde los tangos clásicos a los de autores
contemporáneos, lo ha hecho famoso en todo el mundo con un incomparable sonido
que lo hace sonar como una orquesta. En el conjunto han ido ingresando músicos
nuevos reemplazando a los anteriores pero manteniendo siempre el nivel de
calidad en la ejecución. Decía Libertella al respecto «nosotros siempre
quisimos tener músicos mejores que nosotros y creo que lo logramos».
José Libertella y Luis Stazo codirigieron el
conjunto hasta que el primero falleció el 8 de diciembre de 2004. Cuando poco
después renunciara Stazo le propusieron a Abramovich dirigir el conjunto pero
se negó porque siempre su interés fue tocar y nada más. Entonces tomó la
dirección Walter Ríos hasta que a mediados de 2005 dejó el conjunto y fue
reemplazado en la dirección por Horacio Romo, en tanto que el hijo de
Libertella asumió el gerenciamiento del conjunto que actualmente se encuentra
integrado por: EDUARDO WALCZAK (Violín), FULVIO GIRAUDO (Piano), ENRIQUE GUERRA
(Contrabajo), LUCIANO SCIARRETA (Bandoneón), HORACIO ROMO (Bandoneón y
Dirección) y MARIO ABRAMOVICH (Violín) hasta diciembre de 2014 en que cerró sus
ojos para siempre a los 88 años.
Este espectáculo será el único que cuente
con entrada paga ya que el resto de los eventos son absolútamente gratuitos,
auspiciados por la Municipalidad de Monte Hermoso.
Muñecas
Bravas cerrará el Festival de Tango de Monte Hermoso
El cierre del Segundo Festival Nacional de
Tango de Monte Hermoso ofrecerá una propuesta fresca, juvenil, divertida y para
toda la familia. El trío femenino "Muñecas Bravas" se presentará
junto al pianista Víctor Volpe en el Centro Cultural de la ciudad, el domingo
22 a las 21,30 hs con entrada libre y gratuita.
Gaby, guionista e integrante inaugural del
trío, Florencia Albanesi y Paula Barrio serán las encargadas de poner a la
figura femenina del tango donde siempre mereció estar: a la altura de los
hombres.
Muñecas Bravas |
Después de tres años de recorrer el país,
"Muñecas Bravas" presenta un show que reúne lo mejor de su
repertorio. Un recorrido por las letras de tango de todos los tiempos que han
referido a la mujer, mucho humor y algunos tangos inéditos es algo de lo que
podrá disfrutarse el próximo domingo en Monte Hermoso. Una invitación ideal
para todo el que tenga ganas de disfrutar un espectáculo sin precedentes en el
rubro; las muñecas mostrarán todo su talento individual y el potencial superior
que adquieren al juntarse en el escenario.
Este audaz trío es sin duda la revelación de
los últimos tiempos. Su tarea en las tablas sorprende gratamente a los amantes
del tango y atrae al público joven ya que no se trata de simples
interpretaciones aisladas sino de una obra musical con mensajes claros,
entretenimiento y excelente desempeño de cada una de las muñecas que cumple un
rol particular dentro de la trama del espectáculo.
Con lenguaje coloquial, espontaneidad y gran
profesionalismo Muñecas Bravas ha recorrido importantes escenarios del país
entre los que se cuentan: el Festival Nacional de Tango CARLOS DI SARLI de B.
Bca., Festival Internacional de Tango de Justo Daract, la Fiesta de la
Soberanía Patagónica, Centro Cultural Recoleta y La Botica del Ángel de la
Ciudad de Buenos Aires, además de numerosos teatros del interior argentino
donde resultaron ovacionadas
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TANGO
martes, 17 de febrero de 2015
Ignacio Corsini, el caballero cantor
El 12 de mayo de 1922 en el Teatro Apolo se produce un hecho trascendente para la historia del tango. Esa noche la compañía de teatro de César Ratti estrena el sainete “El bailarín del cabaret” y en una escena Ignacio Corsini interpreta el tango de Manuel Romero y Manuel Jovés, “Patotero sentimental”. Esa noche Corsini quedó consagrado como cantor de tangos. Para que ningún detalle mítico faltase en la ceremonia, en los camerinos Corsini recibió la visita de Carlos Gardel, una amistad forjada en la admiración y respeto mutuo que se había iniciado unos cuantos años antes cuando ambos cantores se encontraron en Bahía Blanca, uno de los tantos destinos viajeros al que los conducía su oficio.
Carlos Gardel, Ignacio Corsini y Agustín Magaldi fueron las grandes figuras estelares del tango de los años treinta. A la lista podría agregarse el nombre de Charlo y el uruguayo Alberto Vila, pero ésa es otra historia. Los tres mencionados consagraron temas que los identificaron para siempre. Si Gardel fue por ejemplo- el creador de “Mano a mano” y “Tomo y obligo”; Magaldi se hizo inmensamente popular con “El penado catorce” y “Levanta la frente”, mientras que Corsini además de “Patotero sentimental” estrenó en 1927 en el Teatro Cómico su otro gran hallazgo: “Caminito”, el poema de Gabino Coria Peñaloza y Juan de Dios Filiberto, para no mencionar ese extraño tango abolerado escrito en España por Félix Garzo que se llama “Fumando espero” y que Corsini grabó en 1927.
Gardel y Magaldi murieron relativamente jóvenes, pero Corsini se retiró del canto cuando en 1948 falleció su esposa, el amor de toda su vida y a la que le dedicó el poema “Aquel cantor de mi pueblo”, muy bien interpretado luego por Edmundo Rivero. Para esa época Corsini tenía alrededor de 600 temas grabados en los sellos más prestigiosos de su tiempo, participaba en los programas más taquilleros de la radio y su popularidad en algún momento llegó a competir con la de Gardel.
Hoy hay motivos para establecer las diferencias entre estos dos grandes cantores que, conviene insistir, siempre se respetaron. Sin duda hay en Gardel un profesionalismo, un esfuerzo por enriquecer el canto, que no está presente en Corsini. De todos modos, en su momento de esplendor, Corsini convocaba multitudes y Gardel era un gran cantor de tangos, pero todavía no era un mito. Los seguidores de Corsini -que en algún momento sumaron legiones- decían que a Gardel le favoreció la muerte trágica en el mejor período de su carrera, mientras que Corsini falleció en 1967, viejo, solo y bastante olvidado.
Es verdad que la muerte trágica en plena juventud contribuye a proyectar el mito, pero más allá de estas interpretaciones históricas o sociológicas, lo que importa destacar es que Gardel no está donde está porque murió joven, sino porque fue un cantor excepcional, el más dotado o, por lo menos, el que reunía las condiciones necesarias para proyectarse como lo hizo.
Así y todo, las coincidencias entre Gardel y Corsini fueron notables. Uno nació en Toulusse en 1890 y el otro en un pueblito de la provincia italiana de Catania, en 1891. Los niños no conocieron a sus padres y fueron criados por una madre planchadora y otra cocinera. Llegaron a la Argentina cuando tenían cinco o seis años; a uno le decían Romualdo y al otro Andrés; grabaron sus primeros temas en 1912. En 1916 Corsini filma su primera película “Santos Vega”; en 1917 Gardel participa en “Flor de durazno”. Los críticos entonces señalan las diferencias entre un Corsini elegante, delgado, rubio y de ojos azules y un Gardel que entonces pesaba más de cien kilos.
Detalles físicos al margen, lo que llama la atención son las coincidencias en las historias de vida y los itinerarios artísticos. Estas coincidencias no obedecen exclusivamente a la casualidad. En la Argentina de las primeras décadas del siglo veinte era más o menos previsible haber nacido en Europa e identificarse luego con los géneros musicales populares. Ser inmigrante o hijo de inmigrantes en el Buenos Aires de 1900 ó 1915 era algo que a nadie podía llamarle la atención. En los conventillos, en los barrios, en el mundo popular, el tango se imponía por su poesía, su música y la cadencia de su baile.
Gardel y Corsini se iniciaron, como no podía ser de otra manera, cantando canciones camperas. Algo parecido puede decirse de Magaldi. Sus influencias musicales provenían de la música lírica y de los viejos payadores como José Betinotti o Gabino Ezeiza. Esa mezcla de payada y ópera será importante en la formación de los primeros cantores de tango. Por lo menos lo fueron en Gardel, Magaldi y Corsini.
Después están las inevitables diferencias. Gardel fue el “Morocho del Abasto” y Corsini el “Caballero cantor”. Cabellos rubios, ojos celestes como la mítica pulpera y una voz de tenor delicada y sugerente a la que los críticos más exigentes le hallan algunas imperfecciones fonéticas, Corsini rehuyó el tango reo y nunca abusó de los giros lunfardos. Sus letras fueron más discretas, un tono más melódico, intimista si se quiere, aunque, a diferencia de algunos de sus contemporáneos, nunca cayó en el sentimentalismo fácil.
La infancia de Corsini transcurrió en Almagro donde se dice que conoció a Betinotti. Después vivió algunos años en Carlos Tejedor donde se familiarizó con los oficios rurales. Alguna vez declaró en una entrevista que aprendió a cantar escuchando a los pájaros, “lo hice naturalmente, sin esfuerzo”. Sus inicios de cantor están relacionados con el circo. Esto también era un clásico en los cantores populares de aquellos años: el circo, el teatro, la revista y, un poco más adelante, el cine y la radio. La otra alternativa para sobrevivir eran las interminables giras por las ciudades y pueblos de la Argentina. Se viajaba en tren en segunda, se dormía en pensiones y fondas baratas, en más de un caso se actuaba ante un público que todavía no solía ser respetuoso con los artistas y los honorarios eran modestísimos.
En 1907, Corsini trabajó con José Pacheco. Allí conocerá a su hija, Victoria Pacheco, la mujer con la que se casará y tendrá un hijo, pero por sobre todas las cosas será el gran amor de su vida, al punto que cuando ella muera al año siguiente él decidirá retirarse del canto. Las crónicas registran que la despedida final se produjo el 28 de mayo de 1949, en el programa “La argentinidad”, de Radio Belgrano.
Decía que el circo y el teatro fueron sus escuelas formativas. También el cine. Después de “Santos Vega”, filma en 1917 “Federación o muerte”. Corsini no es un gran actor, pero su pinta y su modesta capacidad interpretativa le alcanza y le sobre para superarlo a Gardel. Con el inicio del cine hablado filma en 1934 “Idolos de la radio” y en 1941 “Fortín alto”, que cuenta con la participación de un cantor y músico notable, casi desconocido para el gran público: Edmundo Rivero.
El otro recurso artístico que abonará la popularidad de Corsini, serán los poemas de lo que se conoce como su “Ciclo federal”. La designación alude al puñado de tangos escritos por Pedro Blomberg y musicalizados por Enrique Maciel. Allí se distinguen: “La pulpera de Santa Lucía”, “La mazorquera de Monserrat”, “Tirana unitaria”, entre otros. Todos estos poemas, muy bien escritos, relatan historias de amor y coraje ocurridas en tiempos de Juan Manuel de Rosas. Los poemas hablan de los conflictos de hombres y mujeres cuyas vidas transcurren en una Argentina en la que las pasiones políticas y las privadas podían confundirse. No todos los tangos de Blomberg son federales. También merecen un destacado lugar en su repertorio “La canción de Amalia”, escrita en homenaje a la heroína de la novela antirosista de José Mármol.
Tan importantes como los tangos del “ciclo federal”, son aquellos otros escritos por Blomberg en homenaje a una mujer, a un amor perdido, o a una heroína muerta en una ciudad lejana. Nos referimos a “La que murió en París”, “Violines gitanos” o “Viajera perdida”. Algunos de estos tangos fueron cantados luego por Edmundo Rivero y Alberto Castillo, pero más allá de la calidad de estos insignes cantores, las interpretaciones que hace Corsini siguen siendo insuperables.
Su última presentación pública la hizo en 1961 en el programa de Canal 7 “Volver a vivir”. Tenía setenta años y ya era una reliquia. Hoy sus tangos se siguen escuchando con placer. Si bien su estilo, a diferencia del de Gardel, se revela como algo anacrónico, como algo que pertenece al más lejano pasado, esos mismos limites son los que le otorgan ese aura nostálgico, el aura de un tiempo en el que suponía que el tango se cantaba así: con ese fraseo, esa entonación y esas guitarras pulsadas por Armando Pagés, Rosendo Pessoa y Enrique Maciel. Basta para ellos escuchar “La que murió en París” o “La pulpera de Santa Lucía”, para recuperar un tiempo y un clima perdido en la niebla del pasado.
La legendaria actriz y cantante Tania
La cantante –cuyo nombre era Ana Luciano Divis: su apodo era el anagrama del diminutivo “Anita”– nació en Toledo, España, el 13 de octubre de 1900 y llegó a la Argentina en 1924. Se definía entonces como una “decidora” de la música rioplatense. Luego de su arribo con la Troupe Ibérica, contratada por el Teatro Casino, decidió quedarse.
Su carrera había comenzado mucho antes. A los 12 años, y como su hermana era cantante de operetas, se entusiasmó en seguirla, por lo que estudió canto y baile. A los 18 ya tenía su compañía de varieté, con la que recorrió Barcelona, Alicante y Madrid. Entonces le decían “la Lucianito” y su nombre artístico se fue modificando a Tania Visdi, luego Tania Mexican y finalmente Tania, cuando ya caminaba las calles porteñas y el destino la había enfrentado con Discépolo. Sin embargo, Tania no pasó de canciones como “La violetera” y “Agua que no has de beber” al tango por influencia de Discepolín. Un tiempo antes, de gira por Brasil, fue animada por el guitarrista Mario Pardo: su debut con la música ciudadana se llamó “Fumando espero”. Tanto éxito tuvo con ese tango que volvió a Buenos Aires para actuar en el Chantecler.
Su consagración como artista y su gran amor le llegaron cuando cantaba en el Follies Bergère porteño “Esta noche me emborracho”, con la orquesta de Roberto Firpo. El autor, Discépolo, fue a escucharla por curiosidad: no se imaginaba a aquella gallega entonando sus estrofas. Los presentó José Razzano, el compañero de Carlos Gardel: ella recordaba que el compositor “era diferente de los ricachones que poblaban las noches de champán y caviar de los cabarets”. En su departamento de Córdoba y Callao, donde recibían a Aníbal Troilo, Osvaldo Miranda, Enrique Cadícamo, Homero Manzi, Pepe Arias y Francisco Canaro, Discépolo dio vida a “Yira Yira”, “Cambalache”, “Uno” y “Alma de bandoneón”. Mientras, actuaba en las radios Del Pueblo, París y Belgrano, de las que pasó a El Mundo, como solista de Mariano Mores en 1945. En 1947, Discépolo la incluyó en el ciclo “Así nacieron mis anciones”, por Belgrano. Un trajinar que quedó registrado en discos de Columbia, Víctor, Odeón, Music Hall y Magenta.
A sus dotes de cantante, Tania agregó la de comediante, tanto en cine como en teatro. Filmó tres películas: El pobre Pérez (Luis César Amadori, 1937), Cuatro corazones (1939) y Caprichosa y millonaria (1940), ambas realizadas por Discépolo. La relación amor-trabajo entre ambos era tan fuerte que él siempre la incluyó en sus temporadas teatrales. Así interpretó La perrichona y Mis canciones en 1932, en 1933 actuó en Wunder Bar y en 1935 en Winter garden. Sus personajes livianos y encantadoramente distraídos, se prolongaron en otras piezas de su marido como Blum (1949) y luego en 1950 y 1951 en el Teatro Gran Splendid. Ese fue el año que concluyó la etapa junto a Discépolo, el hombre que la acercó por primera vez a los problemas sociales. Tania compartió la adhesión de su marido al peronismo y la atención a la gente desprotegida. Sufrió a su lado la persecución de la que fue objeto por sus “Mordisquitos” radiales –duras respuestas al “gorilismo” de la época– y el desprecio del que fue víctima Discépolo por su militancia justicialista. “Se desmoronó de amargura, no se alimentó más, se encerró y se dejó morir”, recordaba Tania, que asistió impotente al final del genial artista, el 23 de diciembre de 1951. La muerte de Enrique y la caída del gobierno peronista fueron golpes tremendos. Las giras por Europa y América latina la mantuvieron lejos del país hasta 1959, cuando inauguró un local al que llamó Cambalache, que sería el origen de muchos otros. En una época en que el tango no tenía un lugar privilegiado, Tania lo albergó en su reducto. Sus memorias quedaron plasmadas en un libro que escribió Jorge Miguel Couselo en 1973, pero ella transitó etapas importantes más allá de esa fecha. A partir de 1983 realizó cinco temporadas en el Teatro de la Ribera, mientras actuaba en “Botica de tango” por Canal 11. En 1998, en su cumpleaños, se le tributó un homenaje en la sede de la Asociación de Periodistas de Radio y Televisión (Aptra), donde actuó en un sketch que se llamó “El descubrimiento de América”, una alusión humorística a su longevidad, tema que la divertía. Unos meses antes había sido una de las protagonistas de un homenaje a Aníbal Troilo, cuando junto a Fito Páez y frente a casi un millar de jóvenes cantó “Uno” y “Cambalache”.
TEXTUAL DE TANIA: “Discépolo me hacía oír lo que componía. ‘Sos pura intuición, sos como el público’, decía. Pero yo no sabía cuándo escribía sus canciones. Cuando quería componer solo me decía ‘Mami, por qué no te vas a dar una vuelta? Pero tardá, ¿eh?’.” “Ser la viuda de una leyenda es algo tremendo. Al principio es algo que comienza por halagar, pero después se torna pesado, se apodera de todo lo que hago, me ahoga. Será porque interiormente siempre tuve bien claro que antes que nada yo era Tania, y lo sigo siendo, aún con el orgullo de haber sido la mujer de Enrique Santos Discépolo.”
“Si inevitablemente se me asocia al recuerdo de Discépolo, trato de que la nostalgia no invada esos momentos. Prefiero sentirlo como una presencia, como una compañía eterna que aún está a mi lado. Será porque nos amamos, y el amor transforma todo. Por él me metí en el corazón de Buenos Aires, con el tango como excusa y telón de fondo.”
“Escribía las letras de sus tangos una y otra vez. Se paseaba por la habitación y me las leía, después casi siempre las destruía. Los únicos tangos que escribió rápidamente fueron ‘Cafetín de Buenos Aires’ y ‘Uno’, en tres o cuatro meses. Para él eso era una velocidad increíble.”
“Un día me dijo: ‘Me gustaría ser linyera, para no hacer nada’. Muchos dicen que si viviera, estaría lleno de plata. ¡Qué equivocados están! No tendría
un peso, porque no le gustaba trabajar.”
“A Gardel apenas lo conocí. Dos cositas puedo evocar. Una, su atención al acercarse al Folies Bergère para oírme cantar. Otra, una expresión que le escuché y me dejó estupefacta. Nos cruzamos en un festival: él estaba con sus guitarristas, y cuando los llamaron a escena les dijo: ‘Después de la ovación nos vamos’. Nunca volví a escuchar tal exabrupto de seguridad.”
“Al llegar acá noté que los cambios que me exigía el tango se prestaban a mi personalidad. Pero uno de aquellos señores de la sociedad porteña le dijo al empresario: ‘Si esta mina canta tangos, ¡yo me hago obispo!’. Cada vez que me encuentro con este abuelo le echo en cara su falta de palabra.”
Su carrera había comenzado mucho antes. A los 12 años, y como su hermana era cantante de operetas, se entusiasmó en seguirla, por lo que estudió canto y baile. A los 18 ya tenía su compañía de varieté, con la que recorrió Barcelona, Alicante y Madrid. Entonces le decían “la Lucianito” y su nombre artístico se fue modificando a Tania Visdi, luego Tania Mexican y finalmente Tania, cuando ya caminaba las calles porteñas y el destino la había enfrentado con Discépolo. Sin embargo, Tania no pasó de canciones como “La violetera” y “Agua que no has de beber” al tango por influencia de Discepolín. Un tiempo antes, de gira por Brasil, fue animada por el guitarrista Mario Pardo: su debut con la música ciudadana se llamó “Fumando espero”. Tanto éxito tuvo con ese tango que volvió a Buenos Aires para actuar en el Chantecler.
Su consagración como artista y su gran amor le llegaron cuando cantaba en el Follies Bergère porteño “Esta noche me emborracho”, con la orquesta de Roberto Firpo. El autor, Discépolo, fue a escucharla por curiosidad: no se imaginaba a aquella gallega entonando sus estrofas. Los presentó José Razzano, el compañero de Carlos Gardel: ella recordaba que el compositor “era diferente de los ricachones que poblaban las noches de champán y caviar de los cabarets”. En su departamento de Córdoba y Callao, donde recibían a Aníbal Troilo, Osvaldo Miranda, Enrique Cadícamo, Homero Manzi, Pepe Arias y Francisco Canaro, Discépolo dio vida a “Yira Yira”, “Cambalache”, “Uno” y “Alma de bandoneón”. Mientras, actuaba en las radios Del Pueblo, París y Belgrano, de las que pasó a El Mundo, como solista de Mariano Mores en 1945. En 1947, Discépolo la incluyó en el ciclo “Así nacieron mis anciones”, por Belgrano. Un trajinar que quedó registrado en discos de Columbia, Víctor, Odeón, Music Hall y Magenta.
A sus dotes de cantante, Tania agregó la de comediante, tanto en cine como en teatro. Filmó tres películas: El pobre Pérez (Luis César Amadori, 1937), Cuatro corazones (1939) y Caprichosa y millonaria (1940), ambas realizadas por Discépolo. La relación amor-trabajo entre ambos era tan fuerte que él siempre la incluyó en sus temporadas teatrales. Así interpretó La perrichona y Mis canciones en 1932, en 1933 actuó en Wunder Bar y en 1935 en Winter garden. Sus personajes livianos y encantadoramente distraídos, se prolongaron en otras piezas de su marido como Blum (1949) y luego en 1950 y 1951 en el Teatro Gran Splendid. Ese fue el año que concluyó la etapa junto a Discépolo, el hombre que la acercó por primera vez a los problemas sociales. Tania compartió la adhesión de su marido al peronismo y la atención a la gente desprotegida. Sufrió a su lado la persecución de la que fue objeto por sus “Mordisquitos” radiales –duras respuestas al “gorilismo” de la época– y el desprecio del que fue víctima Discépolo por su militancia justicialista. “Se desmoronó de amargura, no se alimentó más, se encerró y se dejó morir”, recordaba Tania, que asistió impotente al final del genial artista, el 23 de diciembre de 1951. La muerte de Enrique y la caída del gobierno peronista fueron golpes tremendos. Las giras por Europa y América latina la mantuvieron lejos del país hasta 1959, cuando inauguró un local al que llamó Cambalache, que sería el origen de muchos otros. En una época en que el tango no tenía un lugar privilegiado, Tania lo albergó en su reducto. Sus memorias quedaron plasmadas en un libro que escribió Jorge Miguel Couselo en 1973, pero ella transitó etapas importantes más allá de esa fecha. A partir de 1983 realizó cinco temporadas en el Teatro de la Ribera, mientras actuaba en “Botica de tango” por Canal 11. En 1998, en su cumpleaños, se le tributó un homenaje en la sede de la Asociación de Periodistas de Radio y Televisión (Aptra), donde actuó en un sketch que se llamó “El descubrimiento de América”, una alusión humorística a su longevidad, tema que la divertía. Unos meses antes había sido una de las protagonistas de un homenaje a Aníbal Troilo, cuando junto a Fito Páez y frente a casi un millar de jóvenes cantó “Uno” y “Cambalache”.
TEXTUAL DE TANIA: “Discépolo me hacía oír lo que componía. ‘Sos pura intuición, sos como el público’, decía. Pero yo no sabía cuándo escribía sus canciones. Cuando quería componer solo me decía ‘Mami, por qué no te vas a dar una vuelta? Pero tardá, ¿eh?’.” “Ser la viuda de una leyenda es algo tremendo. Al principio es algo que comienza por halagar, pero después se torna pesado, se apodera de todo lo que hago, me ahoga. Será porque interiormente siempre tuve bien claro que antes que nada yo era Tania, y lo sigo siendo, aún con el orgullo de haber sido la mujer de Enrique Santos Discépolo.”
“Si inevitablemente se me asocia al recuerdo de Discépolo, trato de que la nostalgia no invada esos momentos. Prefiero sentirlo como una presencia, como una compañía eterna que aún está a mi lado. Será porque nos amamos, y el amor transforma todo. Por él me metí en el corazón de Buenos Aires, con el tango como excusa y telón de fondo.”
“Escribía las letras de sus tangos una y otra vez. Se paseaba por la habitación y me las leía, después casi siempre las destruía. Los únicos tangos que escribió rápidamente fueron ‘Cafetín de Buenos Aires’ y ‘Uno’, en tres o cuatro meses. Para él eso era una velocidad increíble.”
“Un día me dijo: ‘Me gustaría ser linyera, para no hacer nada’. Muchos dicen que si viviera, estaría lleno de plata. ¡Qué equivocados están! No tendría
un peso, porque no le gustaba trabajar.”
“A Gardel apenas lo conocí. Dos cositas puedo evocar. Una, su atención al acercarse al Folies Bergère para oírme cantar. Otra, una expresión que le escuché y me dejó estupefacta. Nos cruzamos en un festival: él estaba con sus guitarristas, y cuando los llamaron a escena les dijo: ‘Después de la ovación nos vamos’. Nunca volví a escuchar tal exabrupto de seguridad.”
“Al llegar acá noté que los cambios que me exigía el tango se prestaban a mi personalidad. Pero uno de aquellos señores de la sociedad porteña le dijo al empresario: ‘Si esta mina canta tangos, ¡yo me hago obispo!’. Cada vez que me encuentro con este abuelo le echo en cara su falta de palabra.”
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domingo, 15 de febrero de 2015
Marambio Catán supo abordar lo nacional
Juan Carlos Marambio Catán nació en Bahía Blanca el 30 de julio de 1895 y falleció hace 42 años, el 15 de febrero de 1973. Cantor, letrista, escritor, docente y actor, integra esa clase de personajes cuya diferencia con los grandes íconos de la música popular ha sido una mera cuestión de fortuna publicitaria. De ahí en más, puede seguirse como fuente su propio libro El tango que yo viví: 60 años de tango (Edit. Freeland-1972). Su historia artística establece un paralelo con cantores de su generación, incluyendo el trío de oro: Gardel, Magaldi y Corsini. Al igual que estos, Marambio fue un cantor nacional, formado con experiencia y carácter trashumante.
Corría el año 1915 y se hacía llamar Carlos Núñez, de ahí que su primer dúo vocal fuera Salinas-Núñez, cambiado luego por Salinas-Catán, por sugerencia del payador Gabino Ezeiza. Ese mismo año se separaron y Catán siguió un tiempo como solista. Ejerció como Maestro de Escuela en Mendoza donde tomó contacto con el folclore lugareño.En San Juan actuó junto al celebrado Carlos Montbrun Ocampo. Ya en los años 20 mantuvo fructífera relación con otro cuyano muy popular, Alfredo Pelaia. Compusieron juntos y grabaron varios discos entre 1924/28. Tiempo después, Catán integró un dúo con otro músico regional, nada menos que Hilario Cuadros, el de Los Trovadores de Cuyo. Estas actividades hablan claramente de su fluctuación entre el tango y el folklore. Fue un auténtico difusor del cancionero nativo cuyano-pampeano, acorde al modelo de la época, que alternaba la música ciudadana con la de tierra adentro.
Catán se reveló también como actor de teatro en grandes compañías. Con ellas recorrió buena parte de América Latina, en cuadros de revistas musicales. Pero la disolución teatral llegó de improviso y Marambio siguió solo, recorriendo desde Perú hasta Colombia, para emprender desde allí el regreso. En Buenos Aires se unió a orquestas de tango (Julio de Caro, Eduardo Bianco), para continuar como solista, incursionando por Europa y Egipto. De todas esas inquietudes y espíritu itinerante, es imposible obviar su labor autoral. Por ello es recordado a 40 años de su muerte. Quizás toda su fama se apoya en el recuerdo de obras que siguen vigentes. Entre ellas el tango Acquaforte, su poesía más conocida. Le siguen de cerca las letras que hizo para varios tangos, más frecuentes en versiones instrumentales, como: El monito, Buen amigo (ambos de Julio De Caro) o El choclo (de Ángel Villoldo). Su letra es anterior a la de Discépolo y posterior a una del propio Villoldo.
Pero Catán es autor de muchas letras más, incluyendo temas folclóricos preferentemente con música de Pelaia. Entre los tangos, la mayoría escritos entre 1923/29 y grabados en el sello Víctor con las orquestas de Antonio Scatasso, Augusto P. Berto y Julio De Caro, o con un trío de guitarras encabezado por Francisco Marino (El ciruja). Sobresalen: Servite un amargo, Apocalipsis, Mosaico arrabalero, La bolada, Pobre corazón, La ruleta, Lazos de seda, Perdida, Traiga veneno, garçón, Sueño de amor, Todo corazón, Perjuria, Eras tú, Tengo celos, que no tuvieron la difusión merecída. También dejó valses y otras composiciones que les pertenecen en música y letra.
Por lo apuntado, su labor discográfica no fue menor, como supone su virtual olvido como intérprete. Pero por falta de reediciones, hoy es un artista casi inaccesible. Este hecho, sumado a una probable falta de aggiornamento, le quitó la proyección hacia planos más actuales. Cabe agregar que en 1932 grabó en España con el Trío Buenos Aires, más actuaciones en radios porteñas. Un artista en constante ocupación. Realizó una última tournée por provincias y países de América (con el bandoneonista Carlos Marcucci y números de baile a cargo de El Vasco Casimiro Aín e intervino como actor y cantante en una obra teatral de Samuel Eichelbaum. Después el retiro; sin estridencias, como había sido su carrera. Fue en 1943; la fecha puede parecer prematura, pero no extraña si se tiene en cuenta que para esa época la figura del cantor nacional había declinado, ante el avance arrollador de las grandes orquestas y vocalistas, en la década de oro del tango.
. Juan Carlos Marambio Catán tuvo para la historia de la música argentina algunos privilegios accidentales: autor de una de las letras de El choclo; constante presencia en partituras; estrenó el primer tango de Discépolo, Bizcochito (1924) y fue centro de una polémica sobre quién interpretó una popular publicidad de Geniol. Superando estos detalles, queda un artista digno de ser considerado, que va desde el poeta descriptivo (Acquaforte) hasta el cantor experimentado y solvente, según lo atestiguan crónicas y grabaciones. Falleció en Mendoza. Llegó para ver cómo componían su nombre en la tapa de su autobiografía, prologada por Raúl González Tuñón. No vivió, sin embargo, para el redescubrimiento que aún espera.
Acquaforte
Tango - 1932
Es media noche, el cabaret despierta.
Muchas mujeres, flores y champán.
Va a comenzar la eterna y triste fiesta
de los que viven al ritmo de un gotán.
Cuarenta años de vida me encadenan,
blanca la testa, viejo el corazón:
hoy puedo ya mirar con mucha pena
lo que otros tiempos miré con ilusión.
Las pobres milongas,
dopadas de besos,
me miran extrañas,
con curiosidad.
Ya no me conocen:
estoy solo y viejo,
no hay luz en mis ojos...
La vida se va...
Un viejo verde que gasta su dinero
emborrachando a Lulú con el champán,
hoy le negó el aumento a un pobre obrero
que le pidió un pedazo más de pan.
Aquella pobre mujer que vende flores
y fue en mi tiempo la reina de Montmartre
me ofrece, con sonrisa, unas violetas
para que alegren, tal vez, mi soledad.
Y pienso en la vida:
las madres que sufren,
los hijos que vagan
sin techo ni pan,
vendiendo La Prensa,
ganando dos guitas...
¡Qué triste es todo esto!
¡Quisiera llorar!
Letra: Juan Carlos Marambio Catán.
Música: Horacio Pettorossi.
Grabaciones: Agustín Magaldi (sello Brunswick-1932); Carlos Gardel (Odeón-1933) con sus guitarristas, entre ellos Pettorossi; Miguel Montero con Osvaldo Pugliese (Odeón -1958), entre otros.
Homenaje a bahienses
Eduardo Giorlandini (abogado bahiense, miembro de la Academia Porteña del Lunfardo y académico nacional e internacional del tango, autor de 46 libros, etc; condujo una charla debate en octubre de 2012, dentro de las actividades del 2º Festival Nacional de Tango ‘Carlos Di Sarli’ de Bahía Blanca. Allí se evocó a grandes del tango bahiense como Armando Lacava, Juan Carlos Marambio Catán y Juan Carlos Cobián (quien nació en Pigüe pero vivió en Bahía Blanca). Frente al busto que perpetúa la memoria de El Señor del Tango, se descubrieron plaquetas con imágenes del genial pianista, al tiempo que Giorlandini trazó una semblanza de Di Sarli, evocación extensiva a los nombrados bahienses del tango.
HISTORIA. Gracias al libro de Marambio Catán antes mencionado, puede reconstruirse la historia del tango Acquaforte, inspirado en un cabaret italiano (Excelsior, de Milán). Allí estaban Catán y Horacio Pettorossi en una noche de 1930, cuando la atmósfera decadente del sitio les sugirió el tema. El dictador Benito Mussolini objetó la letra, entendiendo que el fascismo había eliminado las diferencias sociales. Para obviar esa situación, ordenó aclarar expresamente que se trataba de un “tango argentino”. No obstante, el tema consiguió estrenarse en la voz del tenor local Gino Franci. Según la misma fuente “Acquaforte es aguafuerte, lámina obtenida por una técnica de grabado que emplea el ácido nítrico disuelto en agua para morder las planchas, empleada en estampas costumbristas”. El escritor Roberto Arlt llamaba así a sus artículos periodísticos que describían aspectos de la vida cotidiana.
Corría el año 1915 y se hacía llamar Carlos Núñez, de ahí que su primer dúo vocal fuera Salinas-Núñez, cambiado luego por Salinas-Catán, por sugerencia del payador Gabino Ezeiza. Ese mismo año se separaron y Catán siguió un tiempo como solista. Ejerció como Maestro de Escuela en Mendoza donde tomó contacto con el folclore lugareño.En San Juan actuó junto al celebrado Carlos Montbrun Ocampo. Ya en los años 20 mantuvo fructífera relación con otro cuyano muy popular, Alfredo Pelaia. Compusieron juntos y grabaron varios discos entre 1924/28. Tiempo después, Catán integró un dúo con otro músico regional, nada menos que Hilario Cuadros, el de Los Trovadores de Cuyo. Estas actividades hablan claramente de su fluctuación entre el tango y el folklore. Fue un auténtico difusor del cancionero nativo cuyano-pampeano, acorde al modelo de la época, que alternaba la música ciudadana con la de tierra adentro.
Catán se reveló también como actor de teatro en grandes compañías. Con ellas recorrió buena parte de América Latina, en cuadros de revistas musicales. Pero la disolución teatral llegó de improviso y Marambio siguió solo, recorriendo desde Perú hasta Colombia, para emprender desde allí el regreso. En Buenos Aires se unió a orquestas de tango (Julio de Caro, Eduardo Bianco), para continuar como solista, incursionando por Europa y Egipto. De todas esas inquietudes y espíritu itinerante, es imposible obviar su labor autoral. Por ello es recordado a 40 años de su muerte. Quizás toda su fama se apoya en el recuerdo de obras que siguen vigentes. Entre ellas el tango Acquaforte, su poesía más conocida. Le siguen de cerca las letras que hizo para varios tangos, más frecuentes en versiones instrumentales, como: El monito, Buen amigo (ambos de Julio De Caro) o El choclo (de Ángel Villoldo). Su letra es anterior a la de Discépolo y posterior a una del propio Villoldo.
Pero Catán es autor de muchas letras más, incluyendo temas folclóricos preferentemente con música de Pelaia. Entre los tangos, la mayoría escritos entre 1923/29 y grabados en el sello Víctor con las orquestas de Antonio Scatasso, Augusto P. Berto y Julio De Caro, o con un trío de guitarras encabezado por Francisco Marino (El ciruja). Sobresalen: Servite un amargo, Apocalipsis, Mosaico arrabalero, La bolada, Pobre corazón, La ruleta, Lazos de seda, Perdida, Traiga veneno, garçón, Sueño de amor, Todo corazón, Perjuria, Eras tú, Tengo celos, que no tuvieron la difusión merecída. También dejó valses y otras composiciones que les pertenecen en música y letra.
Por lo apuntado, su labor discográfica no fue menor, como supone su virtual olvido como intérprete. Pero por falta de reediciones, hoy es un artista casi inaccesible. Este hecho, sumado a una probable falta de aggiornamento, le quitó la proyección hacia planos más actuales. Cabe agregar que en 1932 grabó en España con el Trío Buenos Aires, más actuaciones en radios porteñas. Un artista en constante ocupación. Realizó una última tournée por provincias y países de América (con el bandoneonista Carlos Marcucci y números de baile a cargo de El Vasco Casimiro Aín e intervino como actor y cantante en una obra teatral de Samuel Eichelbaum. Después el retiro; sin estridencias, como había sido su carrera. Fue en 1943; la fecha puede parecer prematura, pero no extraña si se tiene en cuenta que para esa época la figura del cantor nacional había declinado, ante el avance arrollador de las grandes orquestas y vocalistas, en la década de oro del tango.
. Juan Carlos Marambio Catán tuvo para la historia de la música argentina algunos privilegios accidentales: autor de una de las letras de El choclo; constante presencia en partituras; estrenó el primer tango de Discépolo, Bizcochito (1924) y fue centro de una polémica sobre quién interpretó una popular publicidad de Geniol. Superando estos detalles, queda un artista digno de ser considerado, que va desde el poeta descriptivo (Acquaforte) hasta el cantor experimentado y solvente, según lo atestiguan crónicas y grabaciones. Falleció en Mendoza. Llegó para ver cómo componían su nombre en la tapa de su autobiografía, prologada por Raúl González Tuñón. No vivió, sin embargo, para el redescubrimiento que aún espera.
Acquaforte
Tango - 1932
Es media noche, el cabaret despierta.
Muchas mujeres, flores y champán.
Va a comenzar la eterna y triste fiesta
de los que viven al ritmo de un gotán.
Cuarenta años de vida me encadenan,
blanca la testa, viejo el corazón:
hoy puedo ya mirar con mucha pena
lo que otros tiempos miré con ilusión.
Las pobres milongas,
dopadas de besos,
me miran extrañas,
con curiosidad.
Ya no me conocen:
estoy solo y viejo,
no hay luz en mis ojos...
La vida se va...
Un viejo verde que gasta su dinero
emborrachando a Lulú con el champán,
hoy le negó el aumento a un pobre obrero
que le pidió un pedazo más de pan.
Aquella pobre mujer que vende flores
y fue en mi tiempo la reina de Montmartre
me ofrece, con sonrisa, unas violetas
para que alegren, tal vez, mi soledad.
Y pienso en la vida:
las madres que sufren,
los hijos que vagan
sin techo ni pan,
vendiendo La Prensa,
ganando dos guitas...
¡Qué triste es todo esto!
¡Quisiera llorar!
Letra: Juan Carlos Marambio Catán.
Música: Horacio Pettorossi.
Grabaciones: Agustín Magaldi (sello Brunswick-1932); Carlos Gardel (Odeón-1933) con sus guitarristas, entre ellos Pettorossi; Miguel Montero con Osvaldo Pugliese (Odeón -1958), entre otros.
Homenaje a bahienses
Eduardo Giorlandini (abogado bahiense, miembro de la Academia Porteña del Lunfardo y académico nacional e internacional del tango, autor de 46 libros, etc; condujo una charla debate en octubre de 2012, dentro de las actividades del 2º Festival Nacional de Tango ‘Carlos Di Sarli’ de Bahía Blanca. Allí se evocó a grandes del tango bahiense como Armando Lacava, Juan Carlos Marambio Catán y Juan Carlos Cobián (quien nació en Pigüe pero vivió en Bahía Blanca). Frente al busto que perpetúa la memoria de El Señor del Tango, se descubrieron plaquetas con imágenes del genial pianista, al tiempo que Giorlandini trazó una semblanza de Di Sarli, evocación extensiva a los nombrados bahienses del tango.
HISTORIA. Gracias al libro de Marambio Catán antes mencionado, puede reconstruirse la historia del tango Acquaforte, inspirado en un cabaret italiano (Excelsior, de Milán). Allí estaban Catán y Horacio Pettorossi en una noche de 1930, cuando la atmósfera decadente del sitio les sugirió el tema. El dictador Benito Mussolini objetó la letra, entendiendo que el fascismo había eliminado las diferencias sociales. Para obviar esa situación, ordenó aclarar expresamente que se trataba de un “tango argentino”. No obstante, el tema consiguió estrenarse en la voz del tenor local Gino Franci. Según la misma fuente “Acquaforte es aguafuerte, lámina obtenida por una técnica de grabado que emplea el ácido nítrico disuelto en agua para morder las planchas, empleada en estampas costumbristas”. El escritor Roberto Arlt llamaba así a sus artículos periodísticos que describían aspectos de la vida cotidiana.
martes, 10 de febrero de 2015
GABY “LA VOZ SENSUAL DEL TANGO” GANÓ EL FARO DE ORO VIP 2015 POR “LA NOVIA DE AMÉRICA”
El pasado 09 de
Febrero, la Asociación Civil premio Nacional “FARO DE ORO” distinguió al
espectáculo musical unipersonal “La
Novia de América” protagonizado por Gaby “La voz sensual del tango” quien fue
acompañada en la temporada marplatense por el pianista puntaltense Víctor
Volpe.
En el marco de
una cena show realizada en el Restó
“Club Pi” de Av. Patricio Peralta
Ramos y Diagonal Alberdi (Balneario
Punta Iglesias) de la ciudad de Mar del Plata donde fueron reconocidas
importantes figuras del espectáculo que
nutren la temporada Marplatense, Gaby recibió el galardón que, no sólo la
muestra como una gran artista sobre el escenario sino también como guionista de
este espectáculo sobre Libertad Lamarque que continúa cosechando buenas
críticas.
Con idea y
producción de José Valle, “La novia de América” vio la luz en agosto de 2014 en
la ciudad de Bahía Blanca para presentarse luego en la Botica del Ángel
(Capital Federal) y otros escenarios del interior.
La obra fue
declarada de Interés Cultural por el Ministerio de Cultura de la Nación y el
Instituto Cultural de Bahía Blanca; de Interés Provincial y Legislativo
Provincial por la Honorable Cámara de Senadores de la Provincia de Buenos Aires
y de Interés Municipal por el Honorable Concejo Deliberante de Bahía Blanca.
El espectáculo
dura 75 minutos y se hace corto. Gaby opta por un didactismo prodigioso,
huyendo de la hagiografía, mostrándonos desde muchos prismas diferentes la vida
y obra de la magistral “Novia de America”. La selección musical es apabullante,
abarca toda la trayectoria de Libertad Lamarque, se repasa su vida y su obra,
se muestran muchas anécdotas y detalles poco conocidos, siguiendo siempre un
orden cronológico y una búsqueda de ir siempre un poco más allá. Tiene mucho
ritmo y en ningún momento pierde la perspectiva, al contrario muestra múltiples
facetas, convirtiéndose así en la crónica de una vida, una carrera y una época
y sus vicisitudes.
La actuación
tanto actoral como musical de Gaby resultó en esta obra una verdadera sorpresa.
Picos altísimos de emoción se registraron al ir desgranando la vida privada de
Libertad, especialmente la relación con sus padres, su hija y su amor de toda
la vida: Alfredo Malerba. Todo esto intercalado con hermosísimas
interpretaciones de canciones épicas de la Lamarque y su legado artístico que
nunca morirá.
El premio Faro
de Oro fue declarado de Interés Nacional por Secretaría de Turismo de Presidencia
de la Nación Resolución Nº 328, declarado de Interés
Turístico por el EMTUR en carácter permanente resolución Nº 104/5, declarado de
Interés Municipal en carácter permanente por el Municipio de Gral. Pueyrredón
decreto Nº 1247.
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lunes, 2 de febrero de 2015
Monumento Al “Zorzal Criollo” En El Segundo Festival Nacional de Tango De Monte Hermoso
El 20 al 22 de febrero Monte Hermoso será sede del Segundo Festival de Tango que dará inicio el 20 de febrero a las 18 horas con las palabras del Director del Festival, José Valle y autoridades municipales, a demás de la entrega de distinción del Centro de Estudios y Difusión de la Cultura Popular Argentina “in memoriam” al difusor montehermoseño, Juan Carlos Schimizzi, por su labor de apoyo y permanente difusión de la música ciudadana y al Intendente Municipal Marcos Fernández por su apoyo a la cultura nacional y popular. Seguidamente, Carlos Benítez ofrecerá la charla audiovisual “Gardel y las Mujeres”.
Las actividades continuarán en Peatonal Dufaur y Costanera y alrededor de las 19 horas, además se inaugurará el monumento a “Carlos Gardel” en el año del 80 aniversario del adiós del zorzal criollo. Seguidamente, se desarrollará una demostración y conceptos básicos de tallado en madera, ofrecida por el reconocido escultor Celso Biondo, autor de los monumentos tangueros a Carlos Di Sarli (ciudad de Bahía Blanca) y Aníbal Troilo (ciudad de Pigué), escultura que se sorteará entre el público presente. Y, para finalizar el primer día de actividades, se presentará una clínica de baile a cargo de Natalia y Gustavo y el show musical y Milonga Callejera con el trío de Juan Carlos Polizzi y los “Amigos del Tango de Monte Hermoso” para disfrutar la pista de baile.
El sábado 21, desde las 20 horas, las actividades se trasladarán al Centro Cultural Monte Hermoso, donde se presentará un show musical a cargo de los cantantes Julio Ciccola y Cristina Marinissen y el cierre estará a cargo del “Sexteto Mayor” con entradas en venta en la boletería del Centro Cultural a $200.
Finalmente, el domingo 22 a las 21.30 horas, nuevamente en el Centro Cultural Monte Hermoso pero ésta vez con entrada libre y gratuita, será el turno del Show musical de Muñecas Bravas, junto al pianista Víctor Volpe, un trío que revoluciona el género del 2x4 con humor, belleza y magníficas interpretaciones de tres damas con verdadera personalidad sobre el escenario. Una romántica (Gaby), una rockera (Geraldine Trenza Cobre) y una arrabalera (Florencia Albanesi) demuestran, contradiciendo al negro Celedonio Flores, que el Tango no es macho.
Este trío tiene ya más de dos años de trabajo conjunto presentándose en los principales escenarios tangueros del país, incluyendo grandes fiestas populares como el Festival Internacional de Tango de Justo Daract, la Fiesta de la Soberanía Patagónica, el Festival de Tango Carlos Di Sarli de Bahía Blanca, entre otros.
Las actividades continuarán en Peatonal Dufaur y Costanera y alrededor de las 19 horas, además se inaugurará el monumento a “Carlos Gardel” en el año del 80 aniversario del adiós del zorzal criollo. Seguidamente, se desarrollará una demostración y conceptos básicos de tallado en madera, ofrecida por el reconocido escultor Celso Biondo, autor de los monumentos tangueros a Carlos Di Sarli (ciudad de Bahía Blanca) y Aníbal Troilo (ciudad de Pigué), escultura que se sorteará entre el público presente. Y, para finalizar el primer día de actividades, se presentará una clínica de baile a cargo de Natalia y Gustavo y el show musical y Milonga Callejera con el trío de Juan Carlos Polizzi y los “Amigos del Tango de Monte Hermoso” para disfrutar la pista de baile.
El sábado 21, desde las 20 horas, las actividades se trasladarán al Centro Cultural Monte Hermoso, donde se presentará un show musical a cargo de los cantantes Julio Ciccola y Cristina Marinissen y el cierre estará a cargo del “Sexteto Mayor” con entradas en venta en la boletería del Centro Cultural a $200.
Finalmente, el domingo 22 a las 21.30 horas, nuevamente en el Centro Cultural Monte Hermoso pero ésta vez con entrada libre y gratuita, será el turno del Show musical de Muñecas Bravas, junto al pianista Víctor Volpe, un trío que revoluciona el género del 2x4 con humor, belleza y magníficas interpretaciones de tres damas con verdadera personalidad sobre el escenario. Una romántica (Gaby), una rockera (Geraldine Trenza Cobre) y una arrabalera (Florencia Albanesi) demuestran, contradiciendo al negro Celedonio Flores, que el Tango no es macho.
Este trío tiene ya más de dos años de trabajo conjunto presentándose en los principales escenarios tangueros del país, incluyendo grandes fiestas populares como el Festival Internacional de Tango de Justo Daract, la Fiesta de la Soberanía Patagónica, el Festival de Tango Carlos Di Sarli de Bahía Blanca, entre otros.
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