lunes, 27 de agosto de 2012

Feliciano Brunelli


En la historia de la música argentina existe un antes y un "después de Feliciano Brunelli".
Si bien algunos podrían dudar de su excelencia orquestal 
o negar el éxito en ventas de su repertorio, no puede pasar desapercibido que "Felicien" convirtió al acordeón en la"vedette" de los instrumentos de su época.

"No es por lo que tocaba, sino por dónde colocó al acordeón como instrumento, lo hizo importante...", dice el maestro Anconetani.
Ossimo, un pueblo incrustado en las montañas del Mar Adriático, un pueblo musical; sus habitantes fabrican instrumentos musicales, esencialmente acordeones a piano; investigan el sonido, seleccionan la madera, trabajan el aire..., huelen la música.
En la margen opuesta los Balcanes comenzaban a inquietarse.
El 20 de marzo de 1890 Bismark es destituido. El poder en Alemania quedaba en manos de la aristocracia militar prusiana.
El 24 de diciembre de 1890 Juan Brunelli vende su casa de Ossimo y su taller, decide emigrar con su compañera Ardovina Bontempi, se va con la música a otra parte y en Marsella encuentra algo de lo que buscaba.
En esos tiempos el Mar Mediterráneo era intensamente navegado y el Golfo de León ofrecía un solaz a los marinos.
El puerto de Marsella abría la puerta a la ciudad más importante después de París, con una densidad demográfica muy alta, conocida por sus aceites, jabones y sus construcciones navales.
Pero allí también se realizaba la gran Exposición de Ciencias e Industrias, en donde Juan presentó sus acordeones y parece que le fue bien porque decidió quedarse.
En 1893 mereció la medalla de oro en un concurso al que concurrieron 120 acordeonistas famosos de la época, era el 10 de setiembre.
Por su negocio de Marsella pasaban muchos músicos, entre los cuales estaban los argentinos Alfredo Gobbi (padre), Angel Villoldo y Enrique Saborido, con quienes entabló una amistad.
El 7 de febrero de 1903 nace Feliciano. Cuando cumple 9 años se desata la primera guerra balcánica y Juan decide viajar a la Argentina, estableciéndose con su familia en Rafaela, provincia de Santa Fe.
Feliciano se acercó a la música aprendiendo piano con el profesor Luis Richi y acordeón con su padre, al que acompañaba en sus presentaciones.
Un día de 1915 contratan a don Juan para animar con su acordeón una fiesta de campaña. Feliciano acomoda el "Tilburí", revisa los ejes, sube los acordeones al coche y espera, como siempre, va a acompañar a su padre.
Varias horas de música a pleno sol agota a cualquiera, menos a los incansables paisanos que siempre reclaman "la del estribo", así que Feliciano tomó su acordeón y no paró de tocar por una hora y media.
Cinco pesos y un gran abrazo no fue la recompensa esperada, así que ese mismo año debutó profesionalmente, animando bailes con su acordeón, tocando el piano en el cine mudo y recorriendo los pueblos con una "Capilla Volante".
En la campaña no abundaban las iglesias así que un sacerdote decidió instalar su capilla en una carpa, que trasladaba de lugar según las circunstancias, utilizando a Feliciano con su acordeón para atraer la atención de la gente e interpretar la música religiosa.
Posteriormente forma un trío de violín, guitarra y acordeón, con el que trabajó hasta 1933.
Por mediación de Angel Bini realiza su primera grabación como solista en "Grabaciones Dacapo" de Buenos Aires, perteneciente al sello Odeón.
Un año más tarde se radicaba en la Capital Federal impulsado por Elvino Vardaro y forman"Feliciano Brunelli y su Cuarteto Criollo", con Feliciano en acordeón, Elvino Vardaro en violín, Vicente Spina en guitarra y Alcides Fertonani en 2º acordeón.
Con esta formación actuaba 3 veces por semana en Radio Splendid y graba en RCA Victor 2 temas de su autoría: Ilusión de mi vida y la ranchera La enana.
En 1937 decide convocar a Elvino Vardaro en violín, Enrique Bour en flauta (su representante artístico) y Aníbal Troilo en bandoneón, reservando el piano para sí, resonando los primeros acordes del "Cuarteto del 900" por L.R.6 Radio Mitre.
Indudablemente la inclinación de Troilo por una formación típica orquestal y la de Brunelli por la orquestación universalizada, deben haberse fusionado en un estilo muy característico para el tango de la época.
Lo cierto es que, luego de esta experiencia, Feliciano presenta una formación de 15 músicos y 1 cantante bajo el nombre de "Feliciano Brunelli y su Orquesta Característica", siendo contratado por Jaime Jankelevich para interpretar su repertorio en Radio Belgrano como artista exclusivo (que lo fue durante 25 años), ganándose el seudónimo de "El Mago del Acordeón", mientras batía records de ventas discográficas.
Junto a Francisco Canaro, Héctor y Francisco LomutoPedro Maffia funda la Asociación de Directores de Orquesta en 1946.
El rock de los ’50 encontró a Feliciano grabando éxitos en Music Hall y el sello T. K.
Mientras el Cadillac daba la vuelta al mundo en los tempranos ’60, la casa Honner de Alemania, diseña especialmente para él, 3 acordeones electrónicos que incluye en su orquesta, orientando el repertorio hacia la música campera y ciudadana.
En 1964 forma el "Nuevo Cuarteto", integrado también por su hijo Carlos, grabando en RCA un repertorio de tangos, milongas y valses.
El verano de 1966 en Villa Gessell vio su última presentación en público. Quizá no fue la más brillante, pero fue una noche especial.

"No te desprendas de tu acordeón, en él tienes tu porvenir", dijo su padre cuando él le dio su primer instrumento.
Sí, fue una noche especial para Feliciano, tan especial como aquella tarde de 1915 en la que, mágicamente, apareció con su acordeón en la campaña, solo que esta vez el Mago del Acordeón hizo su último gran acto, desapareció de la escena convirtiéndose en música.
Llevó su melodía a otros cielos en 1981 dejando una obra de incalculable valor cultural, una música que ha sido escuchada hasta en los confines de la Argentina por más de 40 años.
El apellido Brunelli, de tan dilatada significación en la música popular, no solo sigue generando derechos autorales, también ha trascendido las fronteras ya que hoy su música es escuchada por alemanes, italianos y japoneses, entre otros.
Feliciano fue una "Fuente sin agua" porque tuvo fama en su vida, pero también soledad en su alma como consecuencia de las circunstancias que lo rodearon después de llegar a la fama.
El camino que recorrió mi abuelo comenzó en él mismo y siguió por tierras lejanas, concluyendo bastante apartado del punto de su nacimiento.
Salir de gira fue uno de los incentivos en los que recreó su naturaleza musical y, cuando dejó de hacerlo, procuró colocarse en situaciones que le dieran las experiencias y emociones de aquellos que disfrutaban haciéndolo.
Ocurrió así que, aunque permaneció siempre en el mismo sitio, fue extranjero en su casa y peregrino ante sí mismo.



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