miércoles, 28 de marzo de 2012

El tango según Juan Carlos Thorry

Mi relación con el tango es antigua, íntima y sentimental. Era muy chico y ya mi viejo, quien tocaba la guitarra, me enseñó algunos acompañamientos (dominante y tono), con los que empecé a canturrear mis primeros "dos por cuatro".
«¿Cuál habrá sido la primera melodía? Me acuerdo, así a lo lejos, de la armonía de "La cumparsita", aquella de: "Si supieras, que aún dentro de mi alma..." Y ya, más grande, aquel "Buenos Aires, la reina del Plata...", o "Rechiflao en mi tristeza...", cuando empecé a conocer a Carlos Gardel.

«Los primeros "largos", el fin del bachillerato, el ingreso a la universidad, van muy unidos con las primeras experiencias en "la milonga". Íbamos a bailar a aquellos "cabarets" de entonces, que luego fueron "boites" y después "night-clubs" y ahora son "boliches". Y allí realizábamos un torneo de firuletes y quebradas con los mejores intérpretes de la época: TroiloD'Arienzo,FresedoPuglieseDonatoDe Angelis, etcétera. Todos arrullaron nuestros sueños adolescentes, con las más populares melodías de entonces.
«Y allí, en el "Florida Club", conocí y me hice amigo de Osvaldo Fresedo, cuya amistad aún hoy tengo el honor de disfrutar, y de los músicos de su orquesta: los inolvidables José María Rizzutti, el tano Muzzi y el violín de oro de Manlio Francia. Fue Rizzutti quien le dio forma en el pentagrama a mi primer balbuceo "de oreja" en el piano. Una dulzona melodía, con letra también almibarada que se llamó "Pensando en ti" y que, para eludir compromisos, dediqué diplomáticamente, en la carátula de la edición de Rivarola: «A Ella». Lo grabó Fresedo. Y a mí me pareció que aquello era el máximo acontecimiento de mi vida.
«Luego vino, al hacer abandono de los estudios y empezar esta bendita carrera, el canturreo profesional, en radio o en teatro, donde mezclé las melodías foráneas tipo jazz o bolero o canciones francesas, con las más famosas expresiones tangueras del momento. En 1934, en el cine teatro Paris de la calle Suipacha, entre Cangallo y Bartolomé Mitre (ya, no existe), trabajé en unos espectáculos radioteatrales que dirigía Claudio Martínez Payva y cuyo elenco encabezaba Fernando Ochoa. Yo presentaba el espectáculo y, además, cantaba jazz con la orquesta de Rudy Ayala. Había un contrapunto de jazz y tango. Las dos orquestas eran la mencionada jazz de Ayala y la tanguera de Juan Canaro. En esta orquesta el pianista eraRodolfo Biagi.

«Fue, consecuentemente, en oportunidad de estos programas que conocí al querido "Manos brujas", con quien nos hicimos amigos y, en un ensayo, me hizo oír un tema que acababa de componer y me pidió que le hiciera letra. Allí, sobre el piano, pergeñé las primeras palabras de "Indifierencia". Algo parecido pasó, años después, con Edgardo Donato, en radio El Mundo, cuando coincidimos en que yo pusiera versos a su tema "Mi serenata". Esos dos temas, junto con "Vida querida", con música del inolvidable Lalo Scalise, son mis más queridas joyitas tangueras.»
De su autoría:
Bulincito estudiantil (tango) letra y música
Hasta cuando (tango) Pedro Maffia
Indiferencia (tango) Rodolfo Biagi
Mamá yo quiero casarme (vals) Julio De Caro/Carlos Marcucci
Mi serenata (tango) Edgardo Donato
Pensando en ti (tango) letra y música
Qué importa (tango) Ricardo Tanturi
Tu amor y mi obsesión (tango) Leo Lipesker "Riel"
Vida querida (tango) Eduardo Scalise

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